Río Rojo abona la cultura de los hanoyenses

(VOVworld) - Hanoi es una ciudad ligada a los ríos, entre los que descolla el Rojo es el mayor de todos. En la mente de los hanoyenses, no se trata solo de la arteria fluvial Madre que nutre al hombre, sino que a la vez forjó el espacio cultural, la historia del país y la prosperidad de la antigua ciudadela real Thang Long, hoy, Hanoi.

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El río Rojo al amanecer

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Orillas del río Rojo es un espacio ideal para disfrutar del ambiente de afuera


El Río Rojo proviene de la cordillera Wei Shan (China) a una altitud de mil 776 metros, entra en Vietnam por la provincia de Lao Cai, pasa por Yen Bai, Phu Tho,Vinh Phuc, Hanoi, Hung Yen, Ha Nam, Nam Dinh y Thai Binh, y desemboca en el Mar Oriental. Este torrente tiene mil l50 kilómetros de longitud, incluidos 800 kilómetros en mesetas y montañas, lo que lo torna furioso en la estación lluviosa. Sin embargo, al derramarse en la llanura con 3 metros de altura sobre el nivel del mar, se vuelve más apacible. Desde miles de años, el afluente fecundó con sus aluviones, una inmensa planicie en la que reposa Hanoi, capital de Vietnam. Este portentoso no solo simboliza la civilización del arroz de agua del delta del Norte, sino que es asimismo portador de valores culturales de los vietnamitas. El profesor, doctor Tran Tri Doi, investigador cultural de la Universidad Nacional de Hanoi, dio a conocer: “Primeramente el río Rojo se llamaba río Cai (Madre) y después recibió el nombre de Lo. Cuando pasaba por el distrito Khoai Chau, provincia Hung Yen, se le denominaba Xich Dang y al acercarse al mar río Hoang. Posteriormente al llegar los franceses y presenciar los aluviones rojos lo rebautizaron Song Hong (Río Rojo) como se le conoce hasta hoy día. Al verificar sus distintos nombres, uno se percata de que en esta corriente fluvial convergen rasgos culturales diferentes”.

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El río Rojo al atardecer


Aunque el tramo que atraviesa Hanoi es corto en comparación con la longitud del río, este segmento dejó huellas simbólicas de una zona de cultura de río y aguas como aldeas pesqueras y villorrios antiguos de oficios cuyas costumbres y hábitos representan el alma vietnamita. Hace más de mil años, el rey Ly Cong Uan trasladó la capital real de Ninh Binh a la ciudadela de Dai La, construyendo la capital real de Thang Long (Dragón en vuelo). El monarca se dio cuenta tempranamente de la posición de esta tierra que “se apoya en montañas y se dirige al río”. Como centro de la llanura del Norte, al lado del gran río, la comunicación entre Thang Long-Hanoi y las demás localidades resultó más favorable. El torrente con sus aluviones propició una tierra fecunda y sagrada con hombres ilustres y famosas aldeas de oficios artesanales. El paisaje pintoresco de sus orillas y los habitantes de Hanoi elegantes y corteses inspiraron temas de poesía, música y pintura desde hace numerosas generaciones, atrayendo a visitantes de todas las partes.

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Turistas elaboran obras cerámicas en la aldea Bat Trang

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Otros visitantes optan por recorrer orillas del río Rojo para sacar fotos


Actualmente las compañías turísticas de Hanoi organizan viajes de descubrimiento del río Rojo en barcos, ayudando así a los excursionistas a comprender más el íntimo vínculo de esta arteria con la historia de la capital y el país en su totalidad. Nguyen Manh Hung, guía de turismo, apuntó: “La civilización del Río Rojo es una de las 36 ilustraciones del mundo. Desde esta cuna cultural, la civilización del arroz de agua y la cultura aldeana se diseminaron con identidades autóctonas. Los vietnamitas antiguos consideraban que “lo mejor era vivir cerca del mercado y después del río”. Cuando la comunicación terrestre todavía no se había desarrollado, la gente se desplazaba principalmente por vía fluvial, dando lugar al surgimiento de villorrios profesionales y ferias en las riberas, así como a costumbres, hábitos y espacios culturales relacionados con ríos y aguas”.


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Habitante que vive a lo largo del río Rojo en Hanoi, la capital

Al pasear por el río Rojo, los visitantes pueden mezclarse en el paisaje poético , contemplar la belleza de antiguos poblados de oficios, recorrer templos y pagodas ribereñas, participar en las fiestas populares y comprender más la costumbre de rendir culto a la Madre, una creencia original de los vietnamitas. En especial, durante el trayecto, los turistas pueden visitar la famosa aldea cerámica Bat Trang de más de 700 años de historia para seleccionar y comprar artículos singulares de su preferencia. Este recorrido les ayudará a imaginar el origen de la cultura vietnamita.

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