Estados Unidos: ¿Es posible buscar una voz común en tema de presupuesto?

(VOVworld) - El presidente, Barack Obama, presentó al Congreso estadounidense un presupuesto de casi 4 mil millones de dólares para el año fiscal 2016, estableciendo el escenario para una batalla con los republicanos, dado que controlan las dos cámaras del Congreso y ya han expresado su oposición al plan del presidente. Analistas predicen que este plan de presupuesto aún pueda dar forma a la elección presidencial de 2016.

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El presidente norteamericano Barack Obama pronuncia un discurso
en la sede del Departamento de Seguridad Nacional


Obama pretende aplicar un plan menos austero que los anteriores, particularmente en defensa, infraestructura y actividades investigativas. Este plan de presupuesto fija la meta de mantener un pronóstico de déficit de 474 mil millones de dólares, que equivale a un 2,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), lo que economistas consideran sostenible. Mientras se prevé que la deuda pública represente el 75% del PIB. La propuesta de Obama aumenta el gasto público en un 7 % sobre los niveles fijados por los recortes automáticos, que entraron en vigor en 2011 para reducir el déficit.

Para el presupuesto de defensa, el presidente solicita 534 mil millones de dólares, un 4 % más que en el ejercicio actual, en parte del plan destinado a reforzar las fuerzas estacionadas en la región Asia - Pacífico, la operación contra el grupo extremista Estado Islámico, el fortalecimiento de la ciberseguridad y los gastos para hacer frente a la situación en Europa del Este.

Beneficios para la clase media

El texto de Obama complementa las propuestas que hizo en su discurso sobre el Estado de la Unión y reafirma las prioridades de los demócratas para los últimos dos años de su mandato, en los cuales desplegarán programas para fortalecer la clase media, financiados con un aumento de los impuestos a las empresas y a los estadounidenses de mayores ingresos y recortar la brecha entre ricos y pobres entre las clases sociales. El proyecto de Obama que comenzará el próximo primero de octubre, contempla financiamientos para proyectos de infraestructura y políticas de seguridad social. Según el jefe de la Casa Blanca, las nuevas medidas permitirán que la economía de Estados Unidos siga creciendo y cree empleo con “el ritmo más rápido desde la década de 1990”. El Gobierno norteamericano también prevé que el desempleo siga descendiendo hasta una tasa de 5,4% en 2015, frente al 5,6% actual.

Disidencia por los republicanos

Es fácil de entender cuando sólo unas pocas horas después que el presidente Barack Obama, presenta este paquete de presupuesto, los senadores republicanos en el Congreso bicameral lo oponen. El contenido que provoca el desacuerdo proviene de que Obama propuso un impuesto obligatorio del 14 % sobre los beneficios que las compañías estadounidenses obtienen en el extranjero, que generarán ganancias futuras de 238 mil millones de dólares para invertir en la construcción, reparación y modernización de importantes proyectos de carreteras, puentes y sistemas de transbordadores.

No obstante, para los republicanos que controlan el Congreso Bicameral, el plan presupuestario de Obama es sólo para ayudar a "pulir" el prestigio del Partido Demócrata, en la carrera electoral a la presidencia del 2016. El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch, acusó que el plan solo se enfoca en promover el gasto público gracias a los ingresos derivados del alza impositiva, argumentando que dicha propuesta no puede ayudar a Estados Unidos a recuperar su “base financiera sólida”.

Anticipándose a estas objeciones, al hablar en la sede del Departamento de Seguridad Nacional, el presidente, Barack Obama, afirmó: "Lo que no podemos hacer es jugar a la política con la seguridad económica de la gente o la seguridad nacional”. Con antelación, en el discurso del Estado 2015, llamó a buscar el consenso entre los legisladores republicanos y la Casa Blanca en la reforma de las leyes fiscales, de seguridad, plantilla de personal, recortes presupuestarios y reforma migratoria, así como proponer medidas para impulsar la economía de Estados Unidos. Obama no se olvidó de mencionar su derecho de veto, lo que rara vez utiliza desde que asumió el cargo.

La batalla presupuestaria del 2016 entre la Casa Blanca y el Congreso Bicameral apenas ha comenzado, pero es improbable la oportunidad de que se obtenga la aprobación de los republicanos. Sin embargo, es cierto que ambas formaciones considerarán con cautela el paso siguiente tanto para proteger sus puntos de vista, como aprovechar el apoyo de los votantes estadounidenses en la carrera por la Casa Blanca que se aproxima.

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