El encuentro entre Joe Biden y Xi Jinping en San Francisco es su segundo cara a cara, tras la primera reunión en Bali (Indonesia) durante la Cumbre del G20 en el pasado noviembre. En el contexto en que las relaciones binacionales están en el periodo más difícil de las últimas décadas, se espera que la reunión en San Francisco ayude a reducir las tensiones, estabilizar las relaciones y construir un nuevo enfoque capaz de gestionar los vínculos bilaterales.

El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan. (Foto: Getty Images)

Prevenir riesgos de conflictos

Exactamente un año después del primer encuentro entre Biden y Xi en Bali, las relaciones entre Washington y Beijing siguen siendo tensas en casi todos los ámbitos. Con respecto a la economía, la administración de Joe Biden ha intensificado la imposición de restricciones a las exportaciones chinas de alta tecnología, especialmente chips semiconductores, al tiempo que ha creado un mecanismo de control más estricto para los flujos de capital de inversión de empresas estadounidenses hacia el gigante asiático. En respuesta, China también aplicó medidas restrictivas contra algunas empresas estadounidenses y órdenes de control de exportaciones sobre algunos materiales importantes en el sector tecnológico de Estados Unidos.

En términos de política y diplomacia, el incidente de un globo aerostático espía chino sobrevolando el territorio norteamericano a principios de este año provocó que los contactos de alto nivel entre los dos países se congelaran durante mucho tiempo. Luego, las controversias sobre el conflicto Rusia-Ucrania, el entorno de seguridad en Asia Oriental, y la competencia estratégica en el Pacífico sur, continúan empujando las relaciones entre las dos potencias hacia una espiral de crisis, derivando gradualmente hacia una tendencia de confrontación. Sin embargo, funcionarios de ambos países rápidamente se dieron cuenta de los peligros de esta tendencia, por lo que promovieron una serie de esfuerzos para enfriar las tensiones. Desde el verano, numerosos cargos estadounidenses de alto rango, como el secretario de Estado, Antony Blinken, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, visitaron China y, en octubre, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, también visitó Estados Unidos.

Según los observadores, tanto Washington como Beijing comprenden que las crecientes tensiones entre los dos países causarán muchos impactos negativos para ellos mismos y también para el mundo entero. El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, afirmó: “Siempre surgirán cosas impredecibles, siempre habrá fluctuaciones. La pregunta es si podemos crear líneas de comunicación y un marco más amplio para las relaciones entre Estados Unidos y China, de modo que, en cualquier caso, podamos gestionar la competencia de manera responsable para no convertirla en un conflicto”.

Buscar una mayor cooperación

De hecho, las intensas actividades diplomáticas entre Estados Unidos y China durante los últimos meses están dando sus frutos y demuestran que ambas partes tienen enormes espacios de colaboración. Justo antes de la reunión entre el presidente Joe Biden y su par chino Xi Jinping, a principios de esta semana, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, sostuvieron una conversación en la cual lograron un entendimiento común sobre las cuestiones económicas y financieras. Asimismo, acordaron mantener comunicación y cooperación para responder a problemas globales, como el cambio climático, la deuda de los países en desarrollo, además de construir un entorno de negocios equitativo para sus empresas.

Anteriormente, se reanudaron todos los vuelos comerciales directos entre los dos países, en la misma escala que antes del estallido de la pandemia de covid-19. Además, al asistir a la primera Cumbre Mundial de Inteligencia Artificial (IA), celebrada a principios del corriente mes en el Reino Unido, China expresó su apoyo a la Declaración de Bletchley sobre la seguridad de la IA propuesta por los países occidentales. Según evaluó Fù Yíng, ex viceministra de Relaciones Exteriores de China, estas medidas muestran que la conversación entre Joe Biden y Xi Jinping será el siguiente paso para estabilizar las relaciones binacionales: “Estoy encantado de que los dos líderes se reúnan en San Francisco y éste será un evento muy esperado. Espero que los dos líderes puedan cumplir con las expectativas del mundo, que es tener un diálogo franco y buscar medidas capaces de estabilizar las relaciones, a partir del cual podamos trabajar juntos para resolver otras cuestiones verdaderamente importantes del mundo”.

Según un comunicado de la Casa Blanca, el gobierno estadounidense pretende lograr resultados específicos en la reunión entre Joe Biden y Xi Jinping, tales como la postura de competencia feroz pero responsable, la reanudación de las comunicaciones de defensa, y la gestión de la IA. Además, las dos partes abordarán una serie de cuestiones internacionales, incluidos el conflicto ruso-ucraniano, el conflicto entre Israel y Hamás y la seguridad en la península de Corea.