Numerosos especialistas estimaron que los actos del el gigante asiático en partes del Mar Oriental sobre los territorios que no ejerce soberanía violan la Convemar de 1982.

Irrespeto al derecho internacional

Según Carl Thayer, profesor honorario de la Academia de Defensa de Australia, China ha violado intencionalmente leyes internacionales, al continuar declarando su soberanía sobre islas y aguas en el Mar Oriental sin apoyarse en ningún fundamento jurídico y pasando por alto la Convemar y los veredictos de la Corte Internacional de Justicia.

Carl Thayer, profesor honorario de la Academia de Defensa de Australia (Foto: VNA)

El experto aclaró que las acciones de Beijing en los últimos años se dirigen a dos objetivos principales. Primeramente, pretende establecer la hegemonía apoderándose de recursos marinos, que incluyen el petróleo y el gas en la zona dentro de la línea de demarcación definida por China misma. De esta manera, busca impedir la explotación de hidrocarburos por parte de los países costeros y obligarlos a participar en los proyectos de explotación común junto a Beijing.

Thayer también remarcó que el otro propósito de la segunda potencia mundial es privar a las otras de participar en el desarrollo de recursos en el Mar Oriental. Explicó además que China pidió que cualquier cooperación marítima sea realizada con ella y naciones ribereñas de la región, y no mediante compañías de otros países fuera de la zona.

Por su parte, el congresista Eliot L.Engel, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos, destacó que la actitud agresiva de China en el también llamado Mar del Este de Vietnam, es una muestra preocupante de irrespeto y desprecio hacia las leyes y los principios diplomáticos internacionales.

Eliot L.Engel, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos. (Foto: VGP)

A su vez, Anthony Nelson, director de Asia Oriental y el Pacífico del grupo consultor Albright Stonebrigde, opinó que la exploración geológica por parte de Beijing en la referida zona marítima estratégica donde no tiene territorios soberanos viola la Convemar de 1982. “Esta es una violación fragrante de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el veredicto de la Corte Permanente de Arbitraje sobre el pleito de Filipinas en 2016. China violó ambos documentos al reclamar su soberanía sobre los recursos naturales en la zona e impedir el acceso de otros países a los mismos”, acotó.

Stein Tonnesson, profesor del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, Noruega, estimó: “Según la ley del mar, China no tiene derecho a explotar recursos naturales en la zona económica exclusiva y plataforma continental de otros países. Está intentando hacer realidad su absurda línea de demarcación llamada “la lengua de la vaca” desafiando los principios internacionales. Esta vez China no realiza perforaciones de petróleo, sino una importante exploración en el Mar Oriental. También impide a otras naciones explorar la plataforma continental de los países en la región”.

Stein Tonnesson, profesor del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, Noruega. (Foto: VOV)

El estudioso Collin Koh, de Singapur, consideró que si Beijing continúa tensando la situación en el Mar Oriental, se colapsaría la imagen de país responsable de la que siempre trata de presumir.

Incumplimiento de los compromisos con los países vecinos

Además de incumplir los principios de la Convemar de 1982, las últimas acciones de China en el Mar Oriental también violan sus propios compromisos con los Estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). Según un texto firmado por Beijing y los países de esta agrupación regional el 4 de noviembre de 2002 en la octava Cumbre de la Asean en Cambodia, el gigante asiático prometió trabajar junto con ese grupo por un entorno de paz, amistad y conciliación en el Mar Oriental, sin usar la fuerza ni amenazar con hacerlo, en concordancia con las leyes internacionales, incluida la Convemar de 1982.

En definitiva, los actos de China solo debilitarán el actual sistema jurídico internacional y afectarán la imagen de la propia segunda potencia mundial.