El presidente francés, Emmanuel Macron (Foto: AFP/VNA)

En una carta a todos los franceses, Macron afirmó que el debate nacional, programado hasta el 15 de marzo, no es una votación ni un referéndum y solo pretende ayudar a aliviar la ira y convertirla en soluciones prácticas para el país.

La imagen de Francia seriamente afectada por disturbios

Las manifestaciones de los “chalecos amarillos” comenzaron a mediados de noviembre, de modo que ya entraron a su novena semana. Violentas, las protestas convirtieron en un “campo de batalla” el área alrededor del famoso Arco de Triunfo de París. Aunque el Gobierno hizo algunas concesiones, como la anulación del plan del aumento de tarifas a los combustibles en 2019 y la congelación de los impuestos ecológicos, los manifestantes no se dan por satisfechos porque los problemas se han acumulado y vienen desde mucho antes del mandato de Macron. Ellos se quejan de que los altos impuestos dictados a lo largo de los años han reducido sus ingresos y limitado los fondos que destinan no solo ya a las actividades de recreación, sino también al pago de los servicios comunes y corrientes. El descontento es tal, que las protestas se extendieron de París a otras ciudades francesas.

Vale decir que los manifestantes no consideran las propuestas de la Administración de Macron como compromisos serios, sino como paliativos a las soluciones reales. Por esta razón, aunque las últimas protestas han sido menos violentas, han atraído a más participantes y causan mayor preocupación. En medio de semejante situación, un diálogo entre el Gobierno y la ciudadanía parece ser la única alternativa a la crisis.

Manifestantes del movimiento "chalecos amarillos" en París (Foto: AP)

Un pacto nuevo e sin precedentes

El propuesto debate nacional del presidente Emmanuel Macron consta de 33 preguntas sobre una amplitud de asuntos, desde los políticos y económicos hasta los institucionales, es un gesto de buena voluntad. Esta consulta, prevista para el 15 de marzo próximo, se centran en cuatro temas principales: impuestos y gastos públicos; organización gubernamental y de agencias públicas; transformación ecológica; y democracia y derechos ciudadanos. El mandatario también se comprometió a publicar los resultados del debate nacional inmediatamente después de finalizado el proceso.

Según los observadores, a pesar de que es difícil alcanzar un consenso en todos los asuntos, esta idea de Macron es un paso importante para resolver los problemas relacionados con el impuesto, la democracia, la protección ambiental y la migración. Lo más importante es cómo el presidente puede equilibrar sus políticas de reforma con los requisitos de los manifestantes, a fin de persuadirlos de que pongan fin a las protestas.

En una reciente entrevista, Macron admitió que sus decisiones económicas le restan prestigio, pero aseguró que los efectos positivos se sentirían dentro de 18 a 24 meses. Si Francia supera la crisis actual, los votantes tendrán hasta tres años y media para verificar su anuncio. A través de la reconciliación, Emmanuel Macron trata de transmitir el mensaje de que su Gobierno está listo para acompañar al pueblo en la búsqueda de respuestas de sus problemas, con el fin de estabilizar la situación en el país y reformular el papel de Francia en Europa y en el resto del mundo.