Italia: Nuevo gobierno, viejos desafíos

Tras fundar el nuevo gobierno y jurar el cargo, el primer ministro de Italia, Mario Monti, presentó este jueves al Parlamento otro programa de austeridad para recortar la deuda pública. Mientras la tercera economía en importancia de Europa corre el riesgo de ser la nueva víctima del endeudamiento público en la zona euro, se espera que el gobierno de unidad encabezado por Mario Monti traiga un nuevo aliento a la arena política de Italia, ayudándole a salir de su crisis de deuda soberana. Sin embargo, el ex comisario europeo enfrenta no pocos retos. Más con…

Mario Monti, quien fue nombrado primer ministro de Italia tras la salida de Silvio Berlusconi, tuvo 10 años de experiencias como comisario al frente de dos carteras de peso del mercado interior y la competencia de la Unión Europea. Ante la fuerte presión de la crisis financiera, el nuevo gobierno, compuesto por 16 miembros, todos tecnócratas, con Mario Monti como primer ministro y titular de Economía y Finanzas, anima a muchos italianos. Según este ex comisario de 68 años de edad, la ausencia de políticos en el gabinete no lo debilitará, sino que reforzará su potencia, afectada últimamente por muchas discrepancias políticas. Inmediatamente después de su investidura, Monti afirmó que Italia puede vencer la crisis de la deuda pública con esfuerzos colectivos, y que como fundador de la Unión Europea debe ser un miembro activo, no un factor debilitador del grupo. En su primera prueba en el nuevo puesto, Monti logró colocar 3 mil euros en bonos a 5 años. Sin embargo, al pasar los primeros momentos de entusiasmo, Italia y el nuevo primer ministro Mario Monti en particular comprenden que les esperan tareas acumuladas y que es pequeña la posibilidad del éxito.

De hecho, Italia está al borde del precipicio con una deuda soberana de 1,9 billones de euros (lo cual representa el 120% de su Producto Interno Bruto y el doble del total del endeudamiento público de Grecia, Irlanda y Portugal). El desempleo de Italia, de 8,5%, le ubica en el primer puesto en Europa. Especialmente, la desocupación de los jóvenes aumentó al 29,6%. Esto significa que más de un millón de jóvenes italianos no tienen empleos, y una cuarta parte de la población podrá caer en la miseria. Después de la clausura en Cannes, Francia, de la reciente Conferencia cumbre de G20 (Grupo de las 20 economías desarrolladas y emergentes), Italia fue obligada a someterse a la supervisión del Fondo Monetario Internacional en la ejecución de sus medidas de reforzamiento fiscal. Para obtener el rescate de la Unión Europea, la administración del ex presidente Silvio Berlusconi se comprometió a desplegar la reforma económica para recortar su colosal deuda pública e impulsar el crecimiento. Las medidas reformistas incluyen la venta de activos estatales estimados en 21 mil millones de euros, la elevación de la actual edad de jubilación de 65 años a 67 años en 2026, el aumento del impuesto de valor agregado y del precio de combustibles, así como el cese del aumento de nóminas públicas hasta 2014, la reforma del mercado laboral y la exención de tarifas a los proyectos de infraestructura y a las empresas que emplean a jóvenes. Por eso, la misión de Monti radica en continuar aplicando con eficiencia  estas reformas vitales para Italia. No obstante, según los analistas, no le resultará fácil crear transformaciones notables en esta triste situación de la economía italiana. Además, las medidas financieras urgentes de Italia a la demanda de la UE pueden no sacar Italia de la crisis y posiblemente este país deba salir de la eurozona si no aplica medidas más categóricas. La austeridad y el recorte del presupuesto estatal van en contra del crecimiento económico y la garantía laboral, lo que se traducirá en una vida más difícil para las masas y la inestabilidad social. Estos son los grandes desafíos que le esperan al nuevo primer ministro de Italia.

Se puede afirmar que la solución al tema del endeudamiento público de Roma no puede avanzar de la noche a la mañana con este cambio de su sistema político. Las facciones y el pueblo de Italia deben poner los intereses nacionales por encima de todo. Italia puede superar los riesgos inmediatos mediante la unidad. Siendo uno de los fundadores de la UE, debe ser una fuerza motriz, no un lastre, para impulsar el avance del bloque. El mayor riesgo radica en que la supuesta caída de la economía italiana conduciría al colapso de la eurozona y esto sería el comienzo de una crisis peor en el ámbito global.

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