La situación de paz en Oriente Medio, aún fuera del alcance

(VOVWORLD) - El pasado 14 de mayo, Estados Unidos inauguró su Embajada en Jerusalén, a pesar del rechazo de Palestina y muchos países del mundo. Se trata de una acción que “echa aún más leña al fuego” en una zona tan caliente como Medio Oriente, haciendo que la situación en la región sea más complicada que nunca.
La situación de paz en Oriente Medio, aún fuera del alcance - ảnh 1Ivanka Trump, hija y asesora especial del presidente estadounidense Donald Trump, en la ceremonia inaugural de la Embajada de su país en Jerusalén el 14 de mayo de 2018 (Foto: Reuters)
El traslado este lunes de la oficina diplomática norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén es la materialización de una decisión adaptada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a finales de 2017 para confirmar esa última ciudad como la capital de Israel. Entonces, generó la ira en la comunidad internacional, incluidos los socios árabes de Washington, y causó una ola de violencia por parte de los palestinos, quienes siempre aspiran a que Jerusalén Este sea la capital de su Estado.

Esta vez, las tensiones aumentaron de nuevo, lo que podría incrementar los conflictos que se prolongan desde décadas en Oriente Medio y llevarlos a una situación fuera de control.

Violencia sangrienta en la Franja de Gaza

El 14 pasado se convirtió en el día más sangriento en la historia de los enfrentamientos entre los palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes desde el inicio de la Guerra de Gaza en 2014. Al menos 55 palestinos murieron, entre ellos 6 niños, mientras más de 2000 personas resultaron heridas. Desde el anuncio de Donald Trump, en marzo, más de mil 100 palestinos perdieron la vida durante las protestas contra Estados Unidos e Israel.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, declaró tres días de luto por las víctimas de la masacre de este lunes y afirmó que su pueblo seguirá luchando hasta conseguir establecer su propio Estado con Jerusalén Este como la capital.

También llamó a la comunidad internacional a tomar medidas destinadas a para poner fin a las acciones similares contra sus ciudadanos.

A la vez, varios países levantaron sus voces contra la inauguración de la Embajada estadounidense en la ciudad en conflicto y exhortaron a las partes involucradas a buscar soluciones pacíficas. Muchas naciones que tienen relación diplomática con Israel se negaron a participar en la ceremonia conmemorativa del 70 aniversario del Día Nacional de ese Estado y tampoco asistieron a la apertura de la sede diplomática norteamericana en Jerusalén. El secretario general de la Organización para la Liberación Palestina, Saeb Erekat, condenó la decisión de Washington, porque según él, es ilegal y  perjudicará el proceso de paz y la solución de dos Estados, y empujará a los pueblos en la zona a una situación de violencia e incertidumbre.

Mientras, el Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, y otras fuerzas armadas en la Franja de Gaza, anunciaron que consideran esa acción como una violación de los derechos de los palestinos y perdieron la paciencia ante la misma. La Liga Árabe la tildó como una vergüenza y un incumplimiento de la ley internacional y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Así dijo que convocará el 16 de mayo una reunión urgente para debatir sobre este tema.

La paz fuera del alcance

Jerusalén es un punto caliente en Oriente Medio desde hace mucho tiempo. Enormes esfuerzos fueron desplegados para llevar la paz a esa tierra sagrada pero todos fracasaron. Israel la ocupó ilegalmente durante la guerra en 1967 y anunció entonces que esa ciudad forma parte inseparable de su nación. Sin embargo, la comunidad internacional no reconoce sus derechos en ese territorio y los palestinos siempre consideran la parte oriental como su capital.

Cada vez más países del mundo respaldan la medida de formar dos Estados en la zona. Desde la creación de Israel en 1948, los 86 países que tienen relaciones diplomáticas con esa nación establecen sus embajadas en Tel Aviv, su capital económica. Sin embargo, ahora Estados Unidos va en contra de esa tendencia y su acción representa un peligro para el futuro de Oriente Medio.

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