(VOVworld) – Las relaciones entre Moscú y Kiev se han deteriorado después de que el primero acusara al segundo de conspirar ataques terroristas en la península de Crimea para incitar nuevos conflictos. Este acontecimiento se califica del “problema más crítico” en la zona luego de su integración en el territorio ruso en 2014.
El problema comenzó con la información del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB) sobre la frustración exitosa de dos conspiraciones terroristas contra las infraestructuras principales de la península de Crimea, anexada por Rusia hace dos años, cobrando dos vidas. La misma fuente acusó al Servicio de Inteligencia de Ucrania de ser autor de dicho complot con el objetivo de provocar una nueva inestabilidad regional en vísperas de las elecciones parlamentarias rusas, que se celebran el próximo mes.
Acusaciones mutuas
El presidente de Rusia, Vladimir Putin (Foto: Reuters)
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Según el presidente de Rusia, Vladimir Putin, los datos del FSB muestran que Ucrania apuesta en un juego peligroso al incitar la violencia y enfrentamientos en Crimea. Mientras su canciller, Sergei Lavrov, declaró este 15 de agosto que Moscú está dispuesto a suministrar a Occidente evidencias de los intentos ucranianos de penetrar en la mencionada península. Añadió que la acción de Kiev perjudica la recuperación de las negociaciones en torno a Ucrania en el llamado formato de Normandía con Francia y Alemania.
En idéntico sentido, reiteró que según él, las provocaciones de Kiev se deben a la inducción a la administración del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de la Unión Europea y de los Estados Unidos. Este último, por su lado, calificó de “ilógico y absurdo” el criterio del Kremlin, considerándolo como un pretexto para continuar las amenazas militares contra su país.
Actos de represalias
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko
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Pese al rechazo ucraniano a dicha acusación, Vladimir Putin afirmó que los líderes de la nación vecina aplican una estrategia terrorista en lugar de dialogar por la paz. Insistió en su determinación de no permanecer los brazos cruzados ante la actual situación. Inmediatamente, convocó una reunión del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa para analizar las medidas antiterroristas para proteger a la población civil y las obras principales de Crimea. Aceleró también el despliegue del primer sistema de misiles S400 en la península mientras el Ministerio de Defensa confirmó el plan de maniobras militares del 16 al 19 de agosto en Crimea y en la zona de Volgogrado. El mandatario ruso consideró igualmente tomar represalias, incluso cortando las relaciones diplomáticas con Ucrania. Por otra parte, un grupo de legisladores del Partido Comunista de Rusia, liderado por Sergei Obukhov, le envió este lunes 15 una misiva para exhortarlo a neutralizar el Acuerdo de Amistad, Cooperación y Asociación con Kiev.
Petro Poroshenko respondió ordenando a las unidades militares apostadas cerca de Crimea y de la zona de Donbass a disponerse para el combate, luego de ser equipadas con armamentos modernos. En una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, efectuada el pasado 11 de agosto, su embajador en la ONU, Volodymyr Yelchenko solicitó a los observadores de esta mayor institución mundial, de la Unión Europea y del Comité Internacional de la Cruz Roja, que vayan a Crimea para interrogar a dos personas detenidas por Moscú y acusadas de haberse involucrado en el complot terrorista.
Volodymyr Yelchenko comparó los últimos acontecimientos relativos a los nexos con el Kremlin, con el escenario que llevó a la guerra entre Rusia y Georgia. Sin embargo, observadores opinan que existen pocas posibilidades de conflicto entre las dos naciones. Moscú podría adoptar medidas de sanción económica y diplomática y aislar al gobierno de Kiev, y si ocurren choques, el plan de estabilización del Este ucraniano fracasará, perjudicando consecuentemente los lazos entre el Kremlin y Occidente. Por esta razón, se han notado algunas declaraciones más moderadas de ambas partes. El canciller ruso, Sergei Lavrov, reconoció que no todo el mundo apoya la ruptura de las relaciones diplomáticas con el país vecino. Mientras en una conversación telefónica con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, Petro Poroshenko afirmó la intención del gobierno ucraniano de evitar el agravamiento de las tensiones con Moscú. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, llegó el domingo 14 de agosto a Ekaterimburgo para debatir con su homólogo ruso sobre la conspiración terrorista fallida en Crimea.
Los últimos acontecimientos ocurridos en esa península han deteriorado los lazos entre Moscú y Kiev. Cabe decir que este problema obstaculiza el cumplimiento del Acuerdo de Minsk en los esfuerzos por estabilizar la situación en el Este de Ucrania.