Nuevos desafíos esperan a la flamante dirección de la Unión Europea

(VOVWORLD) - La nueva dirección de la Unión Europea (UE) inició oficialmente su mandato el 1 de diciembre. Según los observadores, en los próximos cinco años los nuevos líderes del bloque tendrán que resolver los que se consideran los mayores desafíos enfrentados desde su surgimiento, y que van desde la seguridad y la geopolítica hasta la economía.
Nuevos desafíos esperan a la flamante dirección de la Unión Europea - ảnh 1Foto de ilustracion: AFP/VNA

El Parlamento Europeo aprobó el 27 de noviembre las nominaciones a los cargos más importantes del bloque continental. Se trata de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas.

Ucrania, una compleja cuestión

En el mismísimo día de inicio de su mandato, el primero de diciembre, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Kaja Kallas, viajaron a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky.

Los dos nuevos líderes de la UE declararon que el viaje demostraba el compromiso de Bruselas de apoyar a Ucrania hasta el final, en el contexto en que el conflicto con Rusia pasó ya el milésimo día. El periplo también demuestra que Ucrania seguirá siendo uno de los temas más cruciales y dominará todas las políticas de la UE y de muchos países miembros del bloque en el futuro próximo.

Después de Antonio Costa y Kaja Kallas, el canciller alemán Olaf Scholz también llegó a Kiev el 2 de diciembre, con una nueva comprometida ayuda militar por valor de casi 700 millones de dólares.

Según los observadores, la cuestión de Ucrania se ha tornado cada vez más compleja para la UE, porque con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos la carga puede recaer enteramente sobre los hombros de los Veintisiete. Anteriormente, Donald Trump declaró en varias ocasiones que quería poner fin inmediatamente al conflicto en Ucrania y al mismo tiempo exigió que la UE asumiera una mayor responsabilidad en la cuestión.

Leslie Vinjamuri, directora del Programa de las Américas del Instituto de Investigación Chatham House (Reino Unido), estimó: “Lo que le suceda a Ucrania es vital para Europa, para su seguridad y para el compromiso de Estados Unidos con la Organización del Tratado del Atlántico Norte-OTAN. Ucrania es un ejemplo de si Estados Unidos brindará un apoyo real y fuerte a Europa cuando ocurra algún incidente”.

La inseguridad no solo radica en la política de la nueva administración de Estados Unidos hacia Ucrania, sino en el hecho de que si Europa tiene suficiente voluntad política y moviliza suficientes recursos económicos para asumir o no un papel de patrocinador principal del país eslavo.

Según los observadores, la elección de Kaja Kallas, persona con una postura muy dura con Rusia y que siempre mostró su apoyo absoluto a Kiev, como jefa de la diplomacia y seguridad de la UE refleja que el bloque no aceptará fácilmente la presión de Trump sobre la cuestión de Ucrania.

El ministro de Relaciones Exteriores de la República Checa, Jan Lipavsky, dijo que, incluso sin las presiones de Trump, es hora de que Europa asuma un papel más importante.

“Creo que Europa necesita desempeñar un papel más significativo, incluso si Donald Trump no lo forzara. Tenemos que estar mejor preparados, ya que puede haber escenarios en los que Ucrania tenga que depender más de la ayuda europea”, estimó Lipavsky.

Europa primero

Para la nueva dirección de la UE, el conflicto en Ucrania representa sólo uno de los desafíos que enfrentará. El riesgo de quedarse rezagada económicamente y perder competitividad frente a Estados Unidos y China es también una cosa que preocupa cada vez más a los líderes del bloque.

En un informe sobre el futuro de la competitividad europea publicado en septiembre pasado, el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi advirtió que la UE se está quedando cada vez más atrás en relación con Estados Unidos y China, especialmente en campos tecnológicos clave, y corre el riesgo de convertirse en víctima de la competencia económica mundial.

Para evitar ese riesgo, el informe propone que Europa implemente el llamado “Plan Marshall 2.0”, llamando a gastar unos 800 mil millones de euros cada año para invertir en tecnología, energía y defensa del bloque.

El pasado 27 de noviembre, inmediatamente después de haber sido aprobada su designación para el segundo mandato, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la estrategia “Competitiveness Compass” (Brújula de Competitividad, en español) considerándola como el foco de acción del nuevo mandato de la UE.

También se creó un grupo de acción para convertir el contenido del informe de Mario Draghi en propuestas políticas específicas para la UE en un futuro próximo. Según el vicepresidente de la Comisión Europea y ex ministro de Asuntos Exteriores francés, Stéphane Séjourné, esta nueva percepción es la versión de “Europa primero”, que ayudará a la UE a crear un contrapeso a la política de “Estados Unidos primero” de Trump, o al desarrollo comercial de China.

Sin embargo, competir con Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump no es una tarea sencilla. Actualmente, a los principales funcionarios europeos les preocupa el hecho de que éste utilice los aranceles como arma para obtener ventajas comerciales sobre sus aliados.

La semana pasada, el presidente electo de Estados Unidos amenazó con imponer un impuesto de un 25% a México y Canadá. Durante su primer mandato como presidente, Donald Trump también impuso aranceles a los productos europeos de aluminio y acero para obligar al bloque comunitario a hacer concesiones. El Comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, opinó: “El potencial retorno de Estados Unidos al proteccionismo en la política comercial perjudicará enormemente a las economías estadounidense y europea. Por lo tanto, la Comisión Europea trabajará con la nueva administración de Estados Unidos para promover una agenda transatlántica sólida, garantizando al mismo tiempo que los canales comerciales internacionales permanezcan abiertos y seguros”.

No obstante, a diferencia de la actitud de inquietud y temor que prevalecía antes, muchos funcionarios de la UE y de sus Estados miembros ahora tienen una postura más dura hacia Donald Trump.

Según el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, el mercado europeo también es muy importante para Estados Unidos y el Gobierno estadounidense debe tener eso en cuenta. Habeck también pidió a Europa que se una si Washington inicia una guerra comercial, y advirtió que los enfoques tímidos en las relaciones con Estados Unidos sólo perjudicarán a la propia Europa.

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