(VOVworld) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realiza una visita oficial a Cuba, en la cual se espera poner fin a medio siglo de hostilidades y determinar las políticas del futuro gobierno norteamericano respecto a la mayor de las Antillas.
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y de Cuba, Raúl Castro en una rueda de prensa en el Palacio de la Revolución, en La Habana
|
Por primera vez después de 88 años, un presidente de Estados Unidos pisa la alfombra roja en el aeropuerto internacional de La Habana, iniciando una visita oficial a la nación caribeña. Durante este viaje de tres días, Obama se reúne con su homólogo anfitrión, Raúl Castro, debate con la comunidad empresarial cubana, sostiene un discurso en vivo en la televisión cubana y asiste a un partido amistoso de béisbol entre el equipo nacional de Cuba y el club estadounidense de Tampa Bay Rays.
Visita histórica
El avión Air Force One del presidente Obama fue recibido este domingo por los habaneros con sonrisas, aplausos y pancartas de saludo. El gobierno cubano movilizó casi todas las fuerzas capitalinas para garantizar la seguridad mientras los obreros se apresuran a redecorar la ciudad. Los paneles de bienvenida con imágenes de los mandatarios Raúl Castro y Barack Obama fueron colocados en numerosas calles, convirtiéndose en lugares atractivos para los pobladores locales, los cuales esperan que la permanencia de Obama contribuya a mejorar el estado de la economía nacional y favorezca un fuerte desarrollo en el futuro.
Para organizar este viaje, tanto Washington como La Habana elaboraron medidas positivas en la normalización de las relaciones bilaterales. Por lo tanto, la llegada del presidente estadounidense se considera como un gran avance en la eliminación de las barreras respecto al comercio e intercambio entre ambos pueblos.
Según expertos, el mejoramiento de los lazos bilaterales brindará beneficios a ambos países, en conformidad con la tendencia de la época y, a la vez, satisface la demanda tanto de los ciudadanos cubanos y norteamericanos como de los amantes de la paz en el mundo.
En realidad, las sanciones impuestas por Washington a La Habana también afectan sus propios intereses. De acuerdo con estadísticas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, el bloqueo económico provoca una pérdida anual valorada en mil 200 millones de dólares para las exportaciones y el consumo de su país, mientras para Cuba llegan a tres mil 600 millones de dólares al año. Además, debido al embargo, los ciudadanos estadounidenses pierden la oportunidad de acceder oportunamente a los frutos del avanzado sistema de la salud cubana.
Para La Habana, el restablecimiento de los nexos con Washington constituye uno de los elementos más importantes para el desarrollo socioeconómico del país. Desde el Triunfo de la Revolución cubana en 1959, Estados Unidos no ha cesado de generar presiones contra Cuba tanto en la política como en la economía. Debido a este hecho, pese a la estratégica posición geográfica y abundantes recursos naturales, Cuba no puede materializar sus ventajas. Por lo tanto, el mejoramiento de las relaciones bilaterales promoverá la reforma en ese país caribeño, ya que la renovación económica requiere una gran fuente de inversión, tecnología y apoyo desde el exterior.
Persisten diferencias
Sin embargo, los intereses mostrados no significan que Cuba y Estados Unidos pueden dejar a un lado las diferencias existentes, a pesar de los avances en la normalización de los lazos bilaterales.
El mismo presidente Obama, quien tiene un punto de vista muy positivo en las relaciones con la Isla en comparación con los mandatarios predecesores, anunció públicamente que las nuevas políticas con La Habana no cambian su objetivo, sino que es un cambio en el método de operación.
Por su parte, el gobierno cubano ha recalcado en reiteradas ocasiones que jamás abandonará ninguna idea o principio revolucionario por el que su pueblo se ha sacrificado para construir su sistema político y mantenerlo. En vísperas de la visita de Obama, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó un editorial en el cual reafirmó la disposición de La Habana de impulsar los nexos bilaterales con Washington y de continuar su camino socialista con firme determinación. La mayor de las Antillas ratificó que para la normalización absoluta de los nexos, son imprescindibles el levantamiento del bloqueo económico contra su pueblo, la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo y el abandono de la pretensión de fabricar una oposición política interna en la nación caribeña.
Entonces, al evaluar el viaje del presidente Obama a La Habana, diversos expertos consideran que en el mediano plazo, este evento creará políticas más positivas para Cuba en particular y América Latina en general. Ambas partes necesitarán mucho más tiempo para resolver sus diferencias. Que las alternativas en la política exterior de Barack Obama hacia Cuba y esa región continúen o no dependerá mucho del partido que gane las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.