Aunque estos contactos de dos días sólo tuvieron por finalidad establecer “un plan de procedimiento” sobre el futuro diálogo sustancial, analistas destacaron señales alentadoras acerca del itinerario de paz en la región. Antes de estas conversaciones, Israel y Palestina expresaron la voluntad de buscar un camino pacífico en interés de sus pueblos. Mientras que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu reconoció que la reanudación de las conversaciones con Palestina puede traer beneficios vitales para su país, el gobierno que preside liberó a más de 100 presos palestinos. Aparte, Israel previó por el momento frenar la construcción de asentamientos judíos en la Ribera Occidental. Ocupada. Por su lado Palestina indicó que no respaldará las sanciones internacionales contra Tel Aviv, y limitará sus demandas a la suspensión por Israel de la edificación de asentamientos y su reconocimiento de las líneas fronterizas anteriores a junio de 1967. Cabe destacar que las conversaciones en perspectiva durarán más tiempo que las anteriores, efectuadas de manera intermitente en las recientes dos décadas. La última vez que conversaron el jefe del Gobierno israelí Benjamin Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, emplearon 16 horas en el curso de tres semanas en septiembre de 2010. La parte palestina abandonó la mesa de negociación ante la negativa de Israel a prorrogar la prohibición para la construcción de asentamientos en Cisjordania. Ahora los dialogantes se comprometieron a discutir con responsabilidad todos los temas espinosos, en un acto sin precedentes. Además, no se puede negar el importante papel mediador del secretario estadounidense de Estado, John Kerry.

El resultado positivo de las concluidas conversaciones israelíes-palestinas abrió nuevas esperanzas de alcanzar la paz en Oriente Medio. El jefe de la diplomacia estadounidense desplegó esfuerzos hacia ese fin. En su sexta visita al escenario del candente conflicto en mayo de 2013 después que asumiera su cargo en febrero, Kerry concibió una agenda de contactos bilaterales con altos dirigentes de Israel y Palestina para lograr un acuerdo pacífico. Se cree que con sus amplias influencias en el Oriente Medio y la ayuda de su aliado Israel, la administración del presidente Barack Obama continúa enfilada a restablecer la seguridad en una región donde Estados Unidos protege beneficiosos intereses.

Sin embargo, la opinión pública tiende a considerar que todavía queda mucho por hacer alrededor del contencioso en la región. Se señala entre los asuntos pendientes las posiciones encontradas entre el movimiento islámico Hamas que controla la Franja de Gaza y la administración de la organización Al Fatah que controla parte de Cisjordania. Dentro de la comunidad internacional se aprecian expectativas de éxito del proceso de paz con la mediación de Estados Unidos, tras muchos años de incertidumbres en la región.