(VOVWORLD) - Faltan menos de dos meses para que el Reino Unido abandone oficialmente la Unión Europea (UE), pero las partes aún no han logrado un acuerdo sobre el tema. La retirada de Londres del bloque comunitario (proceso llamado Brexit) está causando cada vez más conflictos y separación en el mundo político británico cuando el primer ministro Boris Johnson trató de posponer la agenda del Parlamento para evitar un rechazo al Brexit duro.
El primer ministro británico, Boris Johnson (Foto: Reuters) |
En un referéndum en junio de 2016, la mayoría de los británicos votaron a favor del “divorcio” de la UE. Pero desde entonces hasta ahora, el Parlamento y el Gobierno no han podido convenir cómo implementarlo. Incapaz de persuadir a los parlamentarios para que aceptaran lo acordado sobre el Brexit con Bruselas el año pasado, Theresa May, la predecesora del primer ministro Boris Johnson, se vio forzada a renunciar.
Acciones del nuevo primer ministro británico
Aunque asumió el cargo del primer ministro a finales de julio, Boris Johnson parece haber perdido ya la paciencia con la crisis de la política británica respecto al Brexit. Decidido a cumplir la fecha límite de la salida del Reino Unido de la UE, el jefe de Gobierno solicitó a la Reina Isabel II suspender el Parlamento británico entre el 12 de septiembre y el próximo 14 de octubre para asegurar que no pueda bloquear al Brexit duro del que él es partidario. De esta manera, los legisladores británicos se reunirán cinco semanas más tarde que lo habitual.
Al explicar la razón de este pedido, el premier dijo que el Gobierno necesita desarrollar un nuevo programa legislativo y afirmó que habrá tiempo para que los parlamentarios debatan el Brexit y otros temas. También advirtió que impedir la salida del Reino Unido de la UE el 31 de octubre provocaría un “daño duradero” a la confianza de la gente en la política y una situación catastrófica para los partidos políticos del país.
Sin embargo, analistas valoraron que este aplazamiento del calendario de la Asamblea Nacional tiene por fin evitar que los parlamentarios se expresen contra un Brexit sin acuerdo y tengan tiempo para preparar los procedimientos necesarios al bloqueo del proceso. Eso los obligaría a realizar una votación de confianza, pero es poco probable que esa movida tenga el resultado esperado porque necesitarían el respaldo de los conservadores, el partido de Johnson.
Entretanto, el Gobierno tiene la intención de presentar una moción para convocar a elecciones generales en la semana del 14 de octubre si los diputados votan este martes por un aplazamiento. Boris Johnson también aseguró que si los parlamentarios lo apoyan, podría lograr en la cumbre del bloque el 17 de octubre los términos de cambio del Brexit . Estos son los términos que hicieron que el pacto de Brexit fuera rechazado por la Cámara de los Comunes tres veces, bajo el mandato de Theresa May.
El descontento
Las acciones del primer ministro, por supuesto, enfrentan el rechazo de la oposición, interesada en evitar un Brexit sin acuerdo. Los opositores argumentan que el aplazamiento de las labores del Parlamento es inconstitucional y amenazan la democracia. Esto podría hacer que el Reino Unido abandone la UE sin ningún compromiso ni regla clara sobre las relaciones bilaterales, en cuanto a las transacciones comerciales y los derechos de los ciudadanos británicos en la UE, entre otros aspectos. A resultas de ello, el país estaría en riesgo de dividirse, la agricultura y algunas de las industrias se paralizarían y la economía podría verse empujada hacia la recesión.
Una petición de más de 1,3 millones de firmas también fue enviada a la Corte Suprema para pedirle que considerara el “impacto y la intención” del plan de extensión de las vacaciones del Parlamento. Los líderes del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, y del Partido Liberal, Jo Swinson, solicitaron reunirse con la Reina Isabel II para pedirle que rechace la propuesta de Johnson. Mientras, miles de personas se reunieron en grandes ciudades del Reino Unido, como Londres, Manchester y Edimburgo para manifestarse contra la decisión del primer ministro.
Aunque el premier Boris Johnson tiene mucha confianza en que los asuntos relacionados con el Brexit irán en orden, vale la pena mencionar que hasta ahora no hay señal de que los líderes de la UE vayan a hacer concesiones, especialmente en torno al asunto de los controles aduaneros en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
El retraso de las actividades del Parlamento es un movimiento lleno de riesgos, puesto que establecería un peligroso precedente que los líderes del Gobierno podrían usar como herramienta para pasar por alto al Legislativo y empujar más al país hacia la separación, en el contexto de una crisis jamás vista en el Reino Unido en las últimas décadas.