(VOVWORLD) - La primera cumbre entre Rusia y África tendrá lugar los días 23 y 24 del corriente mes en la ciudad rusa de Sochi. Este es un evento sin precedentes porque es la primera cita de ese tipo en que participarán los líderes de los países africanos y de las principales organizaciones regionales. Se espera que este sea el punto de partida para construir una asociación equitativa sobre la base de los beneficios mutuos.
 El presidente ruso, Vladimir Putin (d), y su homólogo egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi (Foto: AFP)
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Rusia es la cuarta nación que organiza una cumbre con África después de Francia, China y Japón. Con este movimiento, Moscú muestra su aspiración de expandir su influencia en ese continente con el fin de restaurar el poder de Rusia en el escenario internacional. En la venidera reunión, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibirá a 35 jefes de Estado africanos. Se tratará de una buena oportunidad para que los anfitriones presenten las ventajas de los programas de cooperación bilaterales, así como para debatir cuestiones políticas y económicas de interés común.
África, un socio ideal
La base para que Rusia pueda promover sus vínculos con África consiste en las buenas relaciones tradicionales y las numerosas áreas con potencial para la colaboración. En el pasado, la nación euroasiática jugó un papel importante en la liberación de ese continente al respaldar la lucha de los Estados africanos contra el colonialismo y el apartheid. Después, los ayudó a defender la independencia, proteger la soberanía, levantar los cimientos de la economía y fundar ejércitos regulares. Muchos expertos soviéticos, y luego rusos, participaron en la edificación de importantes proyectos infraestructurales en África, como plantas hidroeléctricas, carreteras y fábricas. Miles de africanos se han graduado en universidades rusas.
Luego de la asunción de Vladimir Putin a la presidencia en 2000, los nexos bilaterales se restauraron progresivamente gracias a asertiva política exterior del mandatario. En cuanto se instaló en el Kremlin, Putin restableció las relaciones diplomáticas, económicas y militares con sus antiguos aliados africanos. El progreso de esos vínculos ayudó a Moscú a recuperar influencia en África. Según Arnaud Dubien, del Instituto de Relaciones Internacionales y Estrategias de Francia, Rusia siempre ha mantenido una cierta ascendencia en muchos países africanos, desde Argelia hasta Libia y Egipto. A finales de 2017, las partes anunciaron la construcción de una planta de energía nuclear y muchos contratos de compraventa de armas. La nación euroasiática también firmó varios acuerdos de cooperación militar con los gobiernos de Mali, Burkina Faso y Congo Democrático.
Listos para una nueva oportunidad
Durante años, África ha sido objeto de una competencia geoestratégica entre Estados Unidos, China y la Unión Europea. Pero las cosas cambian ahora que un cuarto jugador muestra a las claras sus intenciones de sentarse a la mesa.
La determinación de Moscú de intensificar la cooperación con África quedó evidenciada cuando el presidente Putin, en vísperas de la cumbre bilateral, afirmó que su país está dispuesto a participar en la colaboración con el continente y que el desarrollo y el fortalecimiento de los lazos con los Estados africanos y las organizaciones regionales figuran entre las prioridades de la diplomacia rusa. El mandatario reiteró, además, que su país rechaza cualquier juego geopolítico en África y propondrá a sus socios de aquellas latitudes unirse a la exploración y explotación de recursos como el oro, el cobre, el petróleo y el gas en la zona.
Del año pasado a acá, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha realizado varios viajes a países subsaharianos y del norte de África. Además, Rusia ha mostrado más interés en colaborar con las naciones africanas en foros como el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); la Unión Africana y la Comunidad Económica de África Occidental. Putin ha recalcado que la cooperación de Rusia con África se diferenciará de las de Occidente y China en la no utilización de las inversiones para presionar ni amenazar, no explotar desmedidamente los recursos ni crear la trampa de la deuda.
Después de la visita de Putin a los países de Medio Oriente la semana pasada, la primera cumbre entre Rusia y África reafirmó una vez más el enfoque de la diplomacia de Moscú en la región. No solo trata de aumentar la voz y la posición del país en ese continente, pues por vía de los acuerdos de compraventa de armas y las inversiones en minería, también aspira a activar un nuevo juego de intereses geoestratégicos en África.