(VOVWORLD) - Durante los últimos años, las mujeres de las minorías étnicas de la provincia norvietnamita de Yen Bai han promovido numerosas iniciativas para emprender negocios y salir de la pobreza. Un ejemplo destacado es Hoang Thi Can, de 35 años de edad y residente en la comuna de Hat Luu, del distrito de Tram Tau. Esta empresaria ha contribuido a cambiar el pensamiento económico de las féminas de las zonas montañosas del país.
Hoang Thi Can proviene de una familia muy pobre y no dominaba bien el idioma vietnamita. Con una fuerte personalidad y determinación, siempre se ha negado a considerar la pobreza como algo inevitable.
La cría de cerdos trae altos inggresos a la familia de Hoang Thi Can
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En la década de 2000, mientras sus compatriotas luchaban contra la pobreza en pequeñas parcelas de campos de arroz y buscando brotes de bambú y vegetales silvestres en el bosque, Hoang Thi Can decidió convertir sus tierras estériles en arrozales inundados y desarrollar la crianza de pollos y peces. Unos años más tarde, invirtió en la producción de carne de cerdo y ganado y siguió con diligencia la capacitación proporcionada por la comuna y el distrito. Al principio, ella sufrió grandes pérdidas financieras debido a que sus animales se vieron afectados por epidemias. Pero con coraje y determinación, Can y su esposo nunca tuvieron la intención de abandonar el camino. Después de unos 20 años de arduo trabajo, su familia se ha convertido en una de las más ricas en la localidad. Ella compartió: “Hemos tenido éxito gracias a los préstamos que el Estado nos ha otorgado y a la capacitación proporcionada por las autoridades locales. Hoy, tenemos unos ingresos más altos y nuestras condiciones de vida son mucho mejores”.
La familia de la señora Can tiene actualmente 4.000 metros cuadrados de cultivo de arroz inundado, una hectárea de maíz y miles de metros cuadrados de hortalizas. Además, cuenta con 14 búfalos y bueyes, 50 cerdos y cientos de aves. Cada año vende 20 toneladas de cerdos en pie y obtiene ganancias por más de 300 millones de dongs (unos 12 mil 900 dólares).
La familia de Can vive en una casa cómoda y realiza los trabajos agrícolas con máquinas modernas. Hoang Thi Chan, una vecina de Can, la admira mucho: “La señora Can es una mujer valiente y generosa. Los aldeanos admiran su éxito. Ella comparte regularmente su experiencia con los compatriotas del pueblo y los ayuda a desarrollar sus propios negocios”.
Aparte de eso, Hoang Thi Can participa activamente en los movimientos de emulación patriótica promovidos por el gobierno local. Como parte del programa del nuevo campo, su familia cedió más de 1.000 metros cuadrados de terreno para que fueran usados en la construcción de caminos vecinales. Lo Thi Thuoi, presidenta de la Unión de Mujeres de Hat Luu, evaluó: “Hoang Thi Can es un ejemplo para las féminas locales. Como miembro del Comité Ejecutivo de la Unión de Mujeres de la comuna, participa con dinamismo en las actividades de la asociación. Siempre está dispuesta a ayudar a sus integrantes más pobres a escapar de la pobreza”.
La señora Can ha recibido muchos elogios de la Unión de Mujeres de Vietnam. Durante varios años consecutivos la suya ha sido seleccionada “familia cultural destacada”. Ella, sin duda, es un verdadero ejemplo a seguir en esta región montañosa del norte del país.