Le Son Hai usa hojas de loto para aromarizar su té  (Foto: VOV)

En 2015, Le Son Hai se graduó en la Academia de Periodismo y Propaganda en Hanói. Mientras estudiaba en la universidad, Hai realizaba en parte el sueño de su madre. Después de su graduación, no encontró ningún puesto conveniente para trabajar. Así que decidió renunciar a su profesión y regresar a su pueblo natal para reanudar el oficio familiar con algunas diferencias. Él contó: “Durante el periodo universitario, indagué más sobre el té y su producción. El trabajo de periodismo no me iba bien, así que regresé a casa en busca de un nuevo camino para seguir la profesión de la familia, la cual me apasiona cada vez más.”

A diferencia de muchas otras familias, la familia de Hai no quería que su hijo continuara con el oficio tradicional. Prefería que se convirtiera en periodista. Su madre, Pham Thi Van, explicó: “Producir té es un trabajo extremadamente difícil que no necesariamente rinde mucho. Quería que mi hijo fuera a la escuela de posgrado para convertirse en periodista u oficinista. Es menos duro que la agricultura”.

Le Hai Son ultiliza las materias primas para garantizar la seguridad higiénica del producto (Foto: VOV)

El joven emprendedor vertió capital para producir té orgánico según un proceso cerrado que garantiza la limpieza absoluta de los productos. Realizó siembras inicialmente en una hectárea con un fertilizante hecho de vegetales. Compartió: “No valía la pena lanzarme para ofrecer el mismo producto que todos los demás. Sabía que no podía competir con otros productores más experimentados que yo. Entonces decidí ofrecer un tipo que respetara el medio ambiente e invertir en la agricultura orgánica.”

Para garantizar productos libres de cualquier sustancia química, Le Son Hai produce las materias primas para hacer el té. Para enriquecer su suelo y luchar contra los parásitos, el joven utiliza técnicas naturales, como el compostaje, un fertilizante natural que desarrolla a partir de estiércol y brotes de soja disponibles en el sitio. Construyó un estanque de tres mil 600 metros cuadrados para cultivar flores de loto, el aroma natural de su té. Para obtener un sabor poderoso, Hai elige solo las flores de loto recién nacidas al amanecer. Reveló que las hojas de té secas se colocaron directamente en el corazón de la flor o se perfuman en el taller con las anteras de loto. El agricultor dijo: “Mi abuela es de Hanói. Ella me enseñó a aromatizar el té. También me dijo que tenía que poner todo mi corazón en este trabajo porque es él quien determina el sabor del té”.

Con el espíritu de un joven emprendedor, Hai ha creado su marca y continúa con esfuerzos incesantes buscando elevar el valor del té orgánico. Él dio a conocer: “Lo más importante para lograr el éxito en el trabajo es la pasión. Esta me ayuda a superar las dificultades. Además, nací en una familia agricultora. Estoy acostumbrado a hacer trabajos duros. Estos me brindaron oportunidades para desarrollar el oficio tradicional de la familia.”

Después de 5 años de aplicación, la iniciativa de Le Son Hai logra aproximadamente un mil dólares por mes. Tiene la intención de crear una etiqueta para comercializar su té en el extranjero. También planea abrir su granja al público con el deseo de presentar y promover el arte del té vietnamita.