(VOVworld) – “Aldea” es la cuna donde nacen y crecen los vietnamitas. La imagen de una aldea típica consiste en setos de bambú, embarcaderos, casas comunales, banianos y canciones folclóricas. Además, se trata del lugar donde destacan el amor de la familia, la vecindad cariñosa, la honestidad, empatía y compartimiento. Cada pueblo cuenta con sus propias costumbres culturales y labores artesanales. En la actual coyuntura de la integración internacional de Vietnam, las informaciones sobre sus aldeas ayudarán a los radioescuchas a entender mejor la herencia de la tradición, la creatividad, los valores auténticos, y la fuerza de crecimiento del país, en general, y de sus aldeas, en particular, a lo largo del tiempo.
Según investigaciones arqueológicas, las aldeas en Vietnam surgieron cuando comenzó a cultivarse arroz. Al principio, la gente se movía desde las tierras altas hacia los deltas para practicar la agricultura. Eso favoreció también la ampliación de las relaciones, desde los lazos de sangre hasta la vecindad, así como la división de las áreas de residencia. Gradualmente, aprendieron a colaborar en la explotación de terrenos, excavación de canales para el riego y la construcción de presas, tareas que no puede realizar un individuo solo ni tampoco una familia. Este vínculo fue la base para el surgimiento de las más pequeñas unidades residenciales, que se llaman caseríos, y varios de estos constituyen una aldea. Esta unión comunitaria se deriva de su primera necesidad de apoyarse en la lucha contra la invasión y la edificación de obras hidráulicas de tal manera que se forman los primeros países. Después del nacimiento de las naciones, las aldeas se convirtieron en la unidad administrativa más pequeña en la sociedad.
La entrada de una aldea vietnamita
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Con dichas características, la estructura de un pueblo tradicional comprende un dique que lo protege de las crecidas de ríos, una entrada principal y una casa comunal, un embarcadero y un gran baniano, dentro de los cuales están los caseríos formados por viviendas cerradas con jardín y estanque. Dichas obras crean los espacios rurales que se han mantenido a lo largo de la historia vietnamita.
Al llegar a una aldea cualquiera, la primera imagen será su portón y las gruesas filas de bambú que la rodean. En cuanto al tema, el doctor Tran Huu Son, investigador de cultura folclórica, explicó: “El portón fija las limitaciones de una aldea y divide la zona de producción del espacio de residencia. Por otro lado, la obra, junto con la arboleda de bambú, forma un sistema de defensa sólido contra los conquistadores. También, tiene función estética al simbolizar a su propia aldea. Las decoraciones y los pareados antitéticos grabados en ella frecuentemente devienen una presentación de la aldea y su belleza, así como reafirma su posición en comparación con otras similares. Cada persona cuando se va de su aldea, siempre recuerda dicha entrada.”
Una casa comunal antigua
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Mientras, el camino principal de la aldea se dirige a la Casa Comunal en veneración de su Genio Protector, que se sitúa en un lugar céntrico. Se trata de la obra de arquitectura espiritual más destacada de un poblado. El doctor Dinh Hong Hai, de la Universidad Nacional de Hanoi, comentó: “Dice un proverbio que cada aldea cuenta con su propio tambor y genio protector. Podemos decir que estos dos elementos distinguen una aldea de las otras y también demuestran la fuerza y su posición.”
En la vida cotidiana, los templos de este tipo son el lugar para los eventos culturales importantes como las fiestas o las reuniones comunitarias. Sin embargo, no solo estos tienen un significado espiritual, sino también las fuentes de agua y los banianos, porque el primero refleja la vida pacífica en el campo y el segundo testimonia los cambios históricos de la aldea. En las fotos, se suele captar la imagen de una casa comunal bajo la sombra de un baniano crecido hacia el cielo, representando los sueños y las esperanzas de los habitantes.
El embarcadero junto con un baniano
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En general, los elementos que forman una aldea vietnamita tradicional, sobre todo en el norte del país, están vinculados estrechamente. Tras el portón y los setos de bambú, aparecerán las vías embaldosadas y limpias hacia los caseríos, que se dividen en rutas más pequeñas interconectadas para que los locales puedan tomar cualquier camino para volver a casa. De hecho, el surgimiento de las aldeas de explotación agrícola fue el fundamento para los mecanismos sociales y la organización de su aparato administrativo. Cada pueblo posee un propio reglamento sobre la ética y el estilo de vida, así como los deberes y obligaciones. Gracias a estas normativas, se han creado muchos buenos hábitos, lo que genera las personalidades típicas de los pobladores vietnamitas.
La imagen de la aldea típica vietnamita en una obra artística nacional
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A lo largo de generaciones, la estructura y las costumbres en las aldeas vietnamitas se mantienen casi intactas en muchas partes del país y simbolizan un espacio rural pacífico. Por esta razón, para aquellos que viven lejos de su tierra de origen, la imagen de las aldeas siempre les transmite la nostalgia y el orgullo de su pueblo.