Las Naciones Unidas rechazaron un tratado que busca legitimar el uso de bombas de racimo. Los países miembros de la ONU estimaron que este tratado debilitará el vigente convenio mundial de prohibición de este artefacto explosivo. Según la ONU, el nuevo documento, avalado por EEUU, contiene contradicciones al apoyar la eliminación de las bombas de racimo producidas antes de 1980 mientras proponer la autorización para el uso de las fabricadas después y con una confiabilidad superior al 99%. Inmediatamente después de su presentación, el documento chocó con la protesta categórica de los activistas pacíficos en el mundo y numerosos países, incluso Reino Unido, aliado de EEUU. La Coalición contra bombas de racimo (CMC), con sede en EEUU, advirtió que la supuesta aprobación de este nuevo tratado conduciría a la intensificación al empleo de esta arma por parte de los países que no firman el Convenio mundial de prohibición de bombas de racimo.