El presidente de Vietnam, Luong Cuong. (Foto: VOV) |
En el texto, el mandatario reafirma que, a lo largo de ocho décadas de desarrollo, bajo la dirección del Partido Comunista y del Presidente Ho Chi Minh, la diplomacia vietnamita ha mantenido firme su voluntad de servir a la patria y al pueblo, realizando importantes contribuciones a la causa revolucionaria del país.
De tener relaciones económico-comerciales con apenas 30 países y territorios, Vietnam ha pasado a establecer vínculos con más de 230 socios comerciales en todo el mundo. El valor total de importaciones y exportaciones se aproxima hoy a los 800 mil millones de dólares, ubicando al país entre las 20 economías con mayor volumen comercial global. Asimismo, el país indochino ha captado más de 500 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), ubicándose entre los principales destinos para la inversión foránea entre los países en desarrollo.
Vietnam se ha convertido en un eslabón clave de la economía global y ha ganado peso dentro de las cadenas mundiales de suministro, al contar con 17 tratados de libre comercio (TLC), incluidos varios de nueva generación, además de más de 500 acuerdos bilaterales y multilaterales.
Los esfuerzos diplomáticos también han contribuido a transformar a Vietnam de un país aislado a una nación activa y responsable, miembro de más de 70 organizaciones internacionales y regionales, incluyendo todos los mecanismos clave de gobernanza global como las Naciones Unidas, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiatico (ASEAN), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Foro de Cooperación Economica Asia-Pacifico (APEC) y el Foro de Cooperación Asia-Europa (ASEM), entre otros.
La historia de la diplomacia revolucionaria vietnamita, construida a lo largo de 80 años, ha dejado valiosas lecciones que se mantienen intactas hasta hoy. En primer lugar, destaca la necesidad de una dirección absoluta y unificada del Partido, la adhesión al pensamiento diplomático de Ho Chi Minh, la combinación entre la fuerza nacional y la de la época, entre los recursos internos y externos, así como la defensa de la independencia, la autonomía, la autosuficiencia y la resiliencia, vinculadas a la cooperación, la diversificación y la multilateralización de las relaciones exteriores.
Igualmente, subraya la importancia de gestionar con equilibrio las relaciones con las grandes potencias y mantener vínculos estables y de amistad con los países vecinos, destacó.
De cara a la nueva era de desarrollo nacional, el estadista enfatizó en que la diplomacia debe continuar desempeñando un papel de vanguardia, cumpliendo bien su misión “fundamental y permanente”, en coordinación con la defensa y la seguridad, para salvaguardar al país desde temprano y a distancia, y contribuir al crecimiento rápido, sostenible y próspero de la nación.
El jefe de Estado expresó su plena confianza en que, con la valentía y sabiduría forjadas a lo largo de milenios de historia y consolidada en la era de Ho Chi Minh, la diplomacia vietnamita seguirá siendo un pilar esencial en la senda hacia el desarrollo sostenible, la prosperidad y el fortalecimiento del prestigio nacional en el ámbito internacional.