Antonio Costa calificó la efeméride como un acontecimiento histórico de gran relevancia no solo para Vietnam, sino también para la conciencia universal. Reafirmó que ambas partes son socios clave, estables y de plena confianza, subrayando que Vietnam constituye un pilar esencial para la Unión Europea (UE) en el Sudeste Asiático. Asimismo, expresó su deseo de elevar las relaciones bilaterales a una nueva dimensión.

Por su parte, To Lam resaltó el profundo significado de la victoria de la primavera de 1975, destacándola como un hito trascendental que abrió una nueva era para la nación: la construcción de un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero. Reiteró el compromiso del país con la diversificación y multilateralización de sus vínculos exteriores, promoviendo la cooperación equitativa y mutuamente beneficiosa con todos los socios, incluida la UE y sus Estados miembros, en aras de un comercio equilibrado, sostenible y armonioso.

Ambos líderes coincidieron en la necesidad de reforzar la colaboración en foros multilaterales para contribuir a la paz, la estabilidad y la seguridad mundial. Además, manifestaron su apoyo a la resolución pacífica de disputas en el Mar del Este, conforme al derecho internacional, favoreciendo así la libertad de navegación y sobrevuelo en la región.