Ya sea que nos escuchen desde las callejuelas centenarias de Madrid, desde un rincón en la azotea de París o desde el vibrante corazón de Ciudad de México, en este instante compartimos el mismo viaje: una travesía silenciosa y emotiva por Vietnam, guiados solo por el oído y el corazón.
Vietnam acaba de celebrar por todo lo alto el 50.° aniversario de la victoria total y la reunificación nacional (30 de abril de 1975 – 30 de abril de 2025). Desde los más diversos rincones del mundo nos han llegado mensajes llenos de cariño y felicitaciones, deseando paz duradera y prosperidad constante para nuestro país. En nombre del pueblo vietnamita, les damos las gracias de todo corazón. Evocar aquel pasado glorioso no solo fortalece nuestro amor por la Patria, sino que también nos recuerda la responsabilidad que tenemos hacia ella y nos permite valorar, con hondura, la belleza de la paz.
La bahía de Ha Long. (Foto: whc.unesco.org) |
Alfonso: ¿Hay acaso algo más hermoso y conmovedor que recorrer Vietnam, de norte a sur, bajo un cielo libre y en este aire de paz, justo en mayo, cuando la naturaleza se viste de gala? El cielo se alza limpio, el sol acaricia sin agobiar, y el ambiente, fresco y diáfano, parece purificado tras las últimas lluvias primaverales. Si alguna vez soñaron con pisar esta tierra en forma de “S”, hoy les invitamos a hacerlo con nosotros, los locutores del servicio en español, en esta travesía radiofónica a través del alma de Vietnam.
Empezamos por el Norte, donde late el corazón milenario de la nación. Hanói, la capital de mil años de historia, les recibe con tejados cubiertos de musgo, el tañido vespertino de las campanas en la pagoda Tran Quoc y una taza de té de loto con el aroma delicado del lago Oeste, que apacigua el espíritu.
Margarita: Un paseo por el lago Hoan Kiem, con la Torre de la Tortuga suspendida en el espejo de agua, seguido de una parada en una esquina para tomar un té helado callejero mientras se escucha la voz de una vendedora ambulante: “¡Bánh mì recién horneado!”, todo mezclado con el perfume del café, eso es Hanoi: sencilla, profunda y entrañable.
Un poco más al noreste, encontramos Moc Chau, una meseta verde de plantaciones de té y ciruelos que, en mayo, tiñen de rojo las laderas. Allí, por la mañana, el rocío aún abraza las hojas, y la brisa transporta un dulzor frutal que nos hace sentir en un mundo aparte: puro, primitivo, en paz.
Y no podemos dejar de mencionar Ha Giang, en el extremo norte del país. En mayo, los arrozales en terrazas se llenan de agua, convirtiendo montañas y valles en espejos gigantes que reflejan el cielo. Los pueblos Mong, Dao y Tay emergen entre la bruma, cada paso allí es una zancada hacia la leyenda. Al final del mes, incluso podrán asistir al festival Gau Tao, en el que el pueblo Mong ruega por cosechas abundantes y felicidad perdurable.
Alfonso: Siguiendo hacia el sur, llegamos a Ninh Binh, donde los ríos serpentean entre montañas en un paisaje que parece sacado de una pintura oriental hecha con tinta y agua. Mayo es el mes del arroz maduro en las riberas del río Tam Coc. Suban a una barca de bambú, atraviesen cuevas frescas de piedra caliza y escuchen el canto de los pájaros que resuena en las paredes: es entonces cuando el alma se vuelve tan ligera como una nube.
El barrio antiguo de Hoi An (Foto: whc.unesco.org) |
Margarita: Dejamos atrás el Norte y descendemos hacia el Centro, donde el sol dora como miel y el viento murmura nanas al oído. Da Nang, joven ciudad a orillas del río Han, nos da la bienvenida con su famoso Puente del Dragón, las aguas turquesas de la playa My Khe y la verde exuberancia de la península Son Tra.
En mayo, Da Nang acoge el festival internacional de fuegos artificiales: un espectáculo en el que luz, color y música se entrelazan como en un sueño. No olviden visitar el Museo de Escultura Cham, un vestigio mágico de una civilización milenaria que floreció en las orillas del río Han.
Alfonso: Muy cerca está Hoi An, la ciudad antigua que se adormece junto al río Hoai. Por la noche, los farolillos se reflejan en el agua, mientras una melodía suave se escapa de algún café. Platos como el mì quảng, cao lầu o bánh bèo, sencillos pero intensos, nos detienen el tiempo y nos aquietan el alma.
Seguimos hacia Nha Trang, con sus playas radiantes, sus corales de mil colores y sus islas: Hon Mun, Hon Tam, Doc Let, ... cada una un pequeño universo. Mayo es ideal para navegar, bucear o, simplemente, dejarse arrullar por el murmullo de las olas sobre la arena.
Margarita: El viaje nos lleva al Sur, al delta del Mekong, tierra de ríos y huertos generosos. En Can Tho, corazón del delta, el mercado flotante de Cai Rang despierta antes del alba. Desde una pequeña barca, con un cuenco de sopa humeante entre las manos, escuchamos pregones, motores y carcajadas resonando por todo el río. Inolvidable.
En Tien Giang, los canales entrecruzados son como un laberinto de espejos entre hileras de cocoteros, mientras que en An Giang, los visitantes descubren el bosque de cajeput de Tra Su, el santuario de Ba Chua Xu, y la convivencia entrañable entre vietnamitas de las etnias Kinh, Jemer y Cham: una sinfonía de culturas en cada rincón.
Alfonso: Y al final del camino, Ca Mau. Extremo sur de Vietnam. Allí, el bosque de U Minh Ha se extiende como una alfombra verde interminable; el cangrejo de Ca Mau es un manjar codiciado, y el lẩu mắm, ese estofado de sabor potente, no se parece a nada más. En mayo, esta tierra vibra con la plenitud de la cosecha y el calor humano de su gente sencilla y sincera.
Paseos tranquilos por las aguas del Mekong, donde el murmullo del río y la danza de los colores en los mercados flotantes crean una sinfonía única de paz y vida. (Foto: Vietnam.travel) |
Queridos oyentes, recorrer Vietnam de norte a sur no es solo un itinerario turístico. Es un viaje al corazón, a las raíces, a lo que nos hace ser quienes somos. Estés donde estés, basta una radio y un instante de escucha para que nuestros corazones se acerquen, más que nunca.
Margarita: Seguimos esperando sus cartas, sus mensajes llenos de afecto: cuéntennos cómo es la vida allá donde estén, compartan sus recuerdos con Vietnam, o simplemente envíennos un saludo desde la distancia.
Desde Hanói, ciudad milenaria, La Voz de Vietnam les desea un mes de mayo pleno de salud, alegría y viajes llenos de sentido.
Gracias, como siempre, por caminar con nosotros. Hasta muy pronto, en una nueva edición de Cita de Correspondencia, en esta misma onda corta que nos une.