El cariño de los vietnamitas por los jóvenes del Sudeste Asiático y Japón

(VOVworld) - A lo largo de estos últimos años, el programa de alojamiento familiar (homestay) ha sido una de las actividades más relevantes del Navío de los Jóvenes del Sudeste Asiático y Japón (SSEAYP por sus siglas en inglés). Entre los días 17 y 21 de noviembre del presente año, Ciudad Ho Chi Minh recibió este barco con mucho cariño, dejando una muy buena y profunda impresión en el corazón de los jóvenes tripulantes, gracias a la belleza de la tradición del pueblo vietnamita.

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 La señora Dao Kim Hang enseña a Gunjan Singh, un jóven singapurense de 26 años la forma de cocinar platos típicos de los lugareños


Es fue la octava vez que la familia del señor Tran Ngoc Quang (barrio 4, Ben Thanh, distrito 1) hospeda a delegados del navío de los jóvenes del Sudeste Asiático y Japón en su casa. Preparó las habitaciones a disposición de los visitantes. Él considera como sus hijos a muchos muchachos miembros del grupo que han vivido en su hogar, quienes son muy simpáticos e inolvidables. Aunque ya se marcharon, mantienen el frecuente contacto con la familia y el cariño mutuo es cada día más profundo. El señor Quang desea mostrar las virtudes del pueblo vietnamita y de los ciudadanos de una urbe moderna, civilizada y afectuosa con los amigos internacionales. “Quiero transmitirles el mensaje de que el pueblo vietnamita es sumamente hospitalario, humano y amante de la paz. Hemos tratado de estar a sus órdenes, para que estén a gusto en su estancia, que guarden buenos recuerdos y no se olviden de nosotros una vez que se vayan. Nos mandan postales desde Vientiane (Laos) en la fiesta de Tet, uno de los jóvenes dice que somos sus padres adoptivos y volvió una vez para vernos desde Japón”.

De manera similar dos jóvenes provenientes de Indonesia y Japón estuvieron en las buenas manos de la señora Tran Thi Tuyet Huong, barrio 11, distrito 3, como si fueran sus hijos. Se levantaba temprano para hacer las compras y luego prepararles el desayuno. La señora Tuyet Huong piensa que la comida es una característica de la cultura vietnamita, el alma de la reunión y el amor, asimismo construye el afecto entre diferentes generaciones de una familia, reflejando el carácter comunitario de Vietnam. Aunque sean sencillos, los platos que prepara se adaptan al gusto de los nuevos integrantes, para brindarles lo mejor. La señora Huong comparte: “Me han informado que hoy recibiré a unos jóvenes musulmanes, por lo que les he preparado platos con pescado o camarones. Después, les llevaré a comer “banh beo” y “banh nam” (tamales de harina con judías verdes y carne de camarones). Por la mañana les pasearé por el mercado cerca de casa para que conozcan las costumbres locales. También les llevaremos al mercado Oeste, el más antiguo de aquí”.

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Una despedida llena de emoción entre los jóvenes foráneos y anfitriones


No solo la familia del señor Tran Ngoc Quang y señora Tran Thi Tuyet Huong, recibieron a jóvenes este año, en la ciudad hay más de 170 familias que se han registrado para recibir y alojar a más de 300 integrantes de la embarcación. Les han cuidado y preparado cada detalle, desde donde dormir, qué comer, hasta organizar los lugares históricos y culturales que podrían visitar y conocer la metrópoli. Natthaphop, de Tailandia, comenta que convivir con una familia local le hace conocer mejor la cultura y la gente de Vietnam, tan serena y acogedora, luego de la agenda apretada que ha tenido durante el viaje. Le han quedado lindos recuerdos inolvidables: “Me entusiasma mucho el viaje esta vez por ser el primero que llego a Vietnam y a Ciudad Ho Chi Minh. La familia del tío Quang ha cuidado muy bien de mí y mi compañero, con tanta amabilidad como si fuéramos miembros familiares. Han sido apenas unos pocos días pero me he encariñado mucho con ellos. A la vuelta en mi país, seguro que guardaré estos preciados recuerdos y seguiré en contacto con ellos por email y cartas”.

El programa “homestay” del barco de los jóvenes del Sudeste Asiático y Japón este año ha durado solo 2 días y una noche. Sin embargo, los “padres adoptivos” lograron embellecer la imagen del país en los ojos de los amigos del grupo como un lugar pacífico y activo en la integración, al mismo tiempo que conserva sus tradiciones en cuanto a los valores de la familia y la hospitalidad.
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