(VOVworld) - En la concepción de los vietnamitas, el Tet tiene un significado especial y es el tiempo en que los miembros de cada familia se reunen, deseando un nuevo año próspero y feliz. Los que están lejos de su tierra de origen esperan esta ocasión para regresar a sus casas, celebrar la fiesta tradicional y disfrutar del cálido ambiente primaveral con sus seres queridos. Para ellos el sabor de la fiesta en su tierra natal es sencillo y sagrado. El siguiente reportaje relatará la recepción de la festividad más importante del año en la familia de la señora Bui Thi Các, en la comuna de Son Vi, provincia de Phú Tho.

Desde hace más de l0 años en el “giao thua”, último instante del año viejo lunar e inicio del nuevo, la familia de Bui Thi Các se reune. La alegría y felicidad se perciben en los rostros de sus miembros. Este año ella cumplirá 84 años de edad y se siente orgullosa por esta cita familiar. “Todos quieren que en los días del Tet sus hijos y nietos se reúnan para celebrar la fiesta, ya sea grande o pequeña. El encuentro en el hogar es la alegría más grande para cualquier persona”, dijo la anciana.

El hijo mayor de la señora Cac, Nguyen Van Thu también anhela que tras un año de trabajo intenso en distintos lugares, sus hermanos se agrupen en la tierra de procedencia. La fiesta solo es completa cuando todos se sientan alrededor de la bandeja de comidas, brindando por la salud de su madre. “El Tet es el encuentro familiar, por lo tanto todos están muy eufóricos y comparten resultados y experiencias de un año de trabajo. También deseamos que nuestra madre goce de buena salud y que en nuestro hogar se reúna todos los años en la fiesta tradicional. Este es un rasgo cultural legado por nuestros antecesores”.

Các tiene 5 hijos y 4 de ellos viven y trabajan en Hanoi. Nguyen Van Phong, su hijo menor dijo que el Tet realmente es significativo cuando retorna a su tierra natal para compartir la fiesta con sus parientes, probar la comida familiar y visitar a los vecinos.“El ambiente en el campo es muy alegre y cordial. Vivo en Hanoi desde hace más de 20 años y todos los años vuelvo a mi tierra de origen en ocasión del Tet. Nosotros trabajamos muy lejos, por ello en los días feriados nos encontramos y conversamsos alegremente. Nuestros hijos también se regocijan mucho, porque la zona rural es espaciosa y ellos pueden visitar a los parientes”.

Desde el momento en que se casó con Thu, la señora Le Thi Hoa mantiene el hábito de comprar productos comestibles en Hanoi para su suegra y ofrendar a sus ancestros. Dijo que aunque su suegra vive cómodamente en el campo, estos son sus sentimientos hacia ella. “No todas las personas tienen la felicidad de que los hijos, nietos, yernos y nueras se concentren para esperar el “giao thua”. Siempre deseo que los miembros de mi familia esten unidos y que esto se mantenga de generación en generación”.

Tanto los que se encuentran lejos como los que están en la casa esperan verse con impaciencia. Nguyen Thi Cong, hija de Các expresó: “Un año solo tiene un Tet, por ello anhelo ver a todos mis hermanos. Esto es lo más sagrado, ya que tenemos 5 hermanos y queremos celebrar la fiesta tradicional junto con nuestra madre. Nada es más alegre que esto”.

Este año la señora Cac se siente más regocijada por recibir a la esposa de su nieto recién casado y preparó manjares típicos para que la nueva integrante comprenda la práctica familiar. También hirvió un buen pollo con la cresta roja para poner en el altar en honor de los antepasados. Dijo que las ofrendas a los antecesores deben ser apetitosas para expresarles gratitud con el deseo de un año de buena suerte para toda la familia. Al degustar la comida del Tet, Các aconsejó a sus hijos como en su infancia: “Ahora ya son mayores, solo deseo que tengan buena salud, trabajen honestamente  y no se apoderen de bienes públicos, privados o de la sociedad, más nada”.

En el momento sagrado de la tierra y el cielo la reunión familiar es muy cálida y llena de aire primaveral.