Un vietnamita en Francia que aporta tenazmente a la radiodifusión

VOVworld) – “En estos 60 años de migración siempre sentimos morriña por nuestras tierras natales y por eso mantenemos nuestra nacionalidad vietnamita para poder regresar a la Patria en cualquier momento”. Esta es la confesión del matrimonio de Ngo Thien Hon, actualmente con residencia  en Toulouse, una ciudad situada en el sur de Francia. Este ex maestro, de 79 años de edad y su familia  han dedicado  30 años a crear y desarrollar una programación radial en vietnamita destinada a los connacionales en Francia. 

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Ngo Thien Hon y su esposa en su residencia en Toulouse 

Nacido en la provincia sureña de Soc Trang, Ngo Thien Hon fue a estudiar desde pequeño a Francia, donde se quedó y vivió de la pedagogía. En su juventud, participó en movimientos contra las agresiones francesa y norteamericana junto a sus compañeros de la Unión de vietnamitas en ultramar, precursora de la Asociación de vietnamitas residentes en Toulouse, hasta la reconquista de la independencia nacional. En los años de 70, pese a las presiones de la administración del país residente para que los inmigrantes adoptaran la ciudadanía francesa, el señor Hon y su esposa decidieron mantener su nacionalidad de origen. En 1975, el matrimonio abrió un restaurante como un medio de conservar  la nacionalidad vietnamita. Él recordó con mucha emoción: “Nuestro país logró la liberación total y la reunificación en 1975, pero desde 1973, el Ministerio de Educación de Francia nos informó que si no teníamos la ciudadanía gala, no podríamos trabajar. Ya en ese momento me preparé para dejar de ser maestro, con la finalidad de mantener mi nacionalidad, y asi  expresar mi lealtad al país natal.”

En 1981, el Gobierno francés  autorizó  la fundación de algunas radioemisoras libres. Al año siguiente nació la emisora Occitanie, destinada a  la comunidad de vietnamitas residentes en Toulouse y sus zonas adyacentes, con su programa “Monzones”. Todo empezó con viento a favor, gracias a las ayudas de amigos franceses progresistas y el entusiasmo de los participantes en la producción y transmisión de los programas, pero luego, se enfrentaron muchos retos. Ngo Thien Hon contó: “Después de un año y medio, los redactores y locutores se fueron marchando, abandonándonos. Algunos fueron a París, otros partieron rumbo a EEUU, y otros se casaron. Me quedé solito en la radio. Reflexioné mucho sobre su destino y al fin decidí mantenerla, pues en aquél entonces la Voz de Vietnam no llegaba hasta Toulouse y teníamos solamente la emisora “Monzones” con programas en vietnamita.”  

Así se convirtió el ex maestro en redactor y locutor de los programas radiofonicos, primeramente dirigidos a los emigrantes vietnamitas. Cada emisión se divide en dos partes, un boletín informativo de 30 minutos y los últimos 10 minutos dedicados a reportajes y comentarios sobre los temas sociales y culturales de Vietnam. Para diversificar el contenido del programa y facilitar la comprensión de los radioescuchas, el señor Hon redactan recopila  informaciones de diferentes fuentes, desde los periódicos populares en el país, como Tien phong (Vanguardia), Lao dong (Trabajo), Sai Gon Giai phong (Saigon Liberación) y Revista Ilustrada de Vietnam, hasta los más específicos dedicados a la literatura como Van nghe Cuu Long y Van nghe Song Huong… Luego, las informaciones difundidas en Internet se aprovechan para las emisiones. Más tarde, el creador de la radio “Monzones” también amplio la programacion con otros 10 minutos  en idioma francés para los amigos hablantes  interesados y los vietnamitas que no entienden bien la lengua materna, principalmente los que han vivido  por largo tiempo en Francia y los de segunda y tercera generaciones.

Ahora, cada vez que hablan de Vietnam, el señor Hon y su esposa se emocionan. Desean aportar más a su Patria. Han participado activamente en las actividades de la Asociación de apoyo Francia- Vietnam para recaudar fondos en ayuda a los invidentes en Vietnam, con la simple divisa  de “35 euros para llevar luz”. Gracias a sus trabajos y corazones  benefactores, cientos de ciegos han sido operados y tenido la oportunidad de volver a ver el mundo que les rodea. Además, la familia de Hon abriga también el deseo de enseñar el idioma vietnamita para contribuir a preservar la tradición nacional y desarrollar las relaciones vietnamita-francesas. 

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