El casamentero se inclina junto a los novios ante el altar familiar para informar a los antepasados sobre su matrimonio.

Según reza la tradición del grupo étnico minoritario Thai, cuando dos jóvenes se enamoran y desean casarse, entre todos los protocolos de la boda, la familia del novio debe organizar al menos tres encuentros con la de la novia antes de la celebración de las ceremonias nupciales. En la primera cita, llamada “Pay chom” en el idioma Thai, la madre del pretendiente va acompañada por una pariente a la casa de la chica para establecer las primeras relaciones con su familia y conocer un poco a su futura nuera. Este encuentro solo cuenta con la presencia de las mujeres de ambas partes. Mientras, en la segunda reunión, que es prácticamente la pedida de mano y se denomina “Vay cuoi oi”, la familia del novio lleva frutas, como plátanos, y algunas cañas de azúcar a la casa de la novia para abordar el asunto del casamiento. Ya en la tercera cita o “Vay lau cay”, el futuro esposo recurre a un casamentero o casamentera, quienes debaten con más detalle con los padres de la novia sobre la boda, ofreciéndoles alimentos y bebidas, como aguardiente, arroz glutinoso, pollo hervido y pescado a la parrilla, con una cantidad suficiente para alimentar varias mesas de comensales. En el día de la boda, se organiza un gran banquete destinado a la familia de la novia, sus parientes y sus vecinos, con abundantes platos elaborados principalmente a partir de carne de cerdo y pollo.

Cam Vui, integrante de la Asociación de Artes Folclóricos de Vietnam en el distrito de Muong La, de la provincia septentrional de Son La, dio a conocer: “En la boda, las dos familias acuerdan todos los protocolos para el casamiento, así como los presentes de la ceremonia, la dote, el dinero para ofrecer a los padres de la futura esposa y el tiempo que vivirá el futuro yerno en la casa de sus suegros. También se escoge la fecha auspiciosa para la celebración de la boda”.

La presencia de los casamenteros es imprescindible en la boda. Estas son personas conocedoras de las tradiciones y, en especial, deben ser figuras que sepan cantar las coplas folclóricas, o Khap thai, ya que las sesiones de canto en alternancia no pueden faltar en esta ocasión. Esta actividad puede durar toda la noche, hasta la mañana del día siguiente, en un ambiente de dicha, alegría y regocijo. Ese día también marca la conversión oficial del yerno en un integrante más de la familia de la esposa. Su convivencia sirve para que la joven pareja exprese su gratitud a los progenitores de la novia y es una forma de recompensar todo lo que sacrificaron para criar y educar a su hija. Es también una forma de apoyar a los recién casados en la producción y acumulación de bienes antes de mudarse a su propia casa. También es una práctica que contribuye a forjar su paciencia y laboriosidad, así como el respeto y la atención a otros miembros de la familia.

Tong Van Hia, radicado en la comuna de Chieng Ngan, de la ciudad de Son La, en la provincia homónima, dijo: “Los padres de la esposa son los que deciden hasta cuándo vive el yerno bajo su techo. Por lo general esta estadía dura de uno a dos años, pero también puede prolongarse hasta tres o cinco años. Pero si la familia del novio cuenta con muy pocos parientes que puedan trabajar, puede pedir el permiso a sus suegros para reducir la estadía a un año”.

Hoy en día, en la comunidad Thai en la región noroeste de Vietnam ya no es obligatoria la convivencia de los yernos en la casa de sus suegros, pero muchas familias aún mantienen esta tradición, aunque durante lapsos de tiempo mucho más flexibles. De esta manera ayudan a las jóvenes parejas a acostumbrarse a la vida conyugal y a tener las condiciones favorables para iniciar una estable y próspera vida en matrimonio. Para los autóctonos, esta siempre es una costumbre revestida de un profundo sentido humano.