(VOVWORLD) - Han pasado 100 días desde que Rusia lanzara una operación militar especial para “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania (24 de febrero), los feroces enfrentamientos continúan ocurriendo en muchas ciudades de la región oriental de Ucrania. Lo más preocupante es que los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución al conflicto no pueden impedir el aumento del suministro de armas y equipos de guerra a Kiev por parte de Estados Unidos y otros países occidentales.
Vehículos destruidos tras ataques en la ciudad de Severodonetsk, provincia de Lugansk, Ucrania, a mediados de marzo. (Foto: AFP) |
Aunque no es posible dar números específicos, todos los informes relacionados coinciden en que más de tres meses de conflicto han causado grandes pérdidas en vidas humanas y materiales tanto para Rusia como para Ucrania, así como graves impactos en la estabilidad social y las perspectivas de crecimiento económico de Europa y en el resto del mundo. Especialmente con Ucrania, los enfrentamientos no solo cobraron la vida de miles de soldados y civiles, sino que también obligaron a millones de personas a huir a otros países, asimismo, dañaron gravemente la infraestructura y la economía nacional. Se estima que Ucrania necesita cientos de mil millones de dólares y décadas para la reconstrucción y la recuperación de las consecuencias. El conflicto Moscú-Kiev se ha convertido en la peor crisis en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La situación es complicada y difícil de predecir
Hasta ahora, las confrontaciones se concentran principalmente en la región oriental de Ucrania, donde las fuerzas rusas han tomado el control de varias ciudades importantes y están intensificando su operación militar en otras localidades. Se considera que la parte rusa tiene una ventaja abrumadora sobre la ucraniana, pero el equilibrio de poder entre las dos partes está cambiando gradualmente a medida que Occidente proporciona continuamente armas y equipos de combate más potentes y modernos para las fuerzas ucranianas.
El 1 de junio, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania anunciaron simultáneamente que proporcionarían armas y vehículos de combate a Ucrania. El canciller alemán, Olaf Scholz, se comprometió a transferir a Kiev un sistema de defensa aérea de clase IRIS-T, el más avanzado disponible en Alemania, y un moderno radar de detección de objetivos. Desde el comienzo del conflicto, Berlín ha suministrado a Ucrania más de 15 millones de rondas de municiones, 100.000 granadas y más de 5.000 minas antitanque. Mientras, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, anunció que Londres enviará a Ucrania lanzamisiles M270, capaces de dirigir misiles con precisión a una distancia de 80 kilómetros.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró el mismo día otros 700 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. Este paquete de apoyo incluye Lanzacohetes Múltiples M142, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 80 kilómetros, además de una gran cantidad de municiones, radares de contrabatería, radares de vigilancia aérea, misiles antitanque Javelin adicionales y armas antiblindaje.
Según los analistas, el aumento del suministro occidental de armas pesadas y modernas a las fuerzas ucranianas cambiará significativamente el equilibrio en el campo de batalla ucraniano, haciendo que la situación sea más complicada e impredecible. En un comunicado del 1 de junio, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Ryabkov, advirtió que la ayuda armamentista de Occidente a Ucrania no resuelve el problema y al contrario, puede aumentar los riesgos de enfrentamientos directos entre Rusia y los países occidentales.
Un lanzacohete múltiple M142 de Estados Unidos. (Foto: Gagadget) |
Persiguen los esfuerzos de diálogo para poner fin a los conflictos
En el contexto de que el conflicto Rusia-Ucrania continúa desarrollándose de manera compleja y las dos partes aún no han encontrado una voz común, a pesar de que se han llevado a cabo varias rondas de negociaciones bajo los auspicios internacionales, los líderes mundiales continúan pidiendo a las partes involucradas que persistan en los esfuerzos diplomáticos y de diálogo para poner fin a las hostilidades.
En una declaración oficial del 31 de mayo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sugirió que Rusia y Ucrania celebren una nueva ronda de conversaciones en Estambul, y afirmó que Ankara está lista para asumir el papel de supervisor y hará esfuerzos para promover el diálogo con el apoyo de las Naciones Unidas.
Unos días antes, al hablar en una conferencia en el marco del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, enfatizó que Occidente necesita dialogar con Moscú para resolver la actual crisis. Según él, los países occidentales deben recordar y evaluar correctamente la importancia de Rusia para Europa.
Por su parte, la parte rusa continúa confirmando su disposición a negociar con Kiev para poner fin al conflicto. El presidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal (Cámara Baja) del país euroasiático Andrey Kartapolov, dijo el 1 de junio que la operación militar de Rusia en Ucrania podría terminar si Kiev acepta negociar. Un día antes, la presidenta del Consejo de la Federación Rusa (Cámara Alta), Valentina Matviyenko, también enfatizó que su país está listo para negociar y firmar acuerdos de paz con Ucrania.