(VOVWORLD) - Medio Oriente, uno de los puntos más candentes del mundo en décadas, presenció últimamente sucesos preocupantes, principalmente originados de los cálculos ambiciosos de potencias mundiales. Este contexto amenaza con empujar a esta zona a una peligrosa explosión de violencia.
Un asentamiento israelí en Cisjordania. (Foto: AFP) |
En una decisión muy repentina, la administración de Estados Unidos anunció recientemente un cambio absoluto en su posición mantenida durante decenios sobre los asentamientos de Israel en los territorios palestinos ocupados. El pasado 18 de noviembre, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, declaró el respaldo de Washington al derecho del país judío de construir colonias en Cisjordania. Este anuncio marcó la reversión de la política mantenida desde 1978 por los gobiernos estadounidenses anteriores, que consideraron esas construcciones incompatibles con el derecho internacional.
Muchos países, incluidos aliados cercanos de Estados Unidos, censuraron este giro. El mundo árabe reaccionó fuertemente a la decisión de Washington. El embajador de Palestina ante la ONU, Riyad Mansour, estimó que el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, cometió otro error y deshará con esta decisión todas las oportunidades para la paz y la seguridad en la región. El funcionario la calificó de irresponsable e inválida en los ámbitos legal, histórico, político y ético. La Liga Árabe y los Estados miembros, así como los demás países de la zona como Irán y Turquía, también dirigieron duras críticas a la conducta de Estados Unidos, que según ellos echa al suelo la solución de dos Estados y los esfuerzos de la comunidad internacional por mantener la paz en Oriente Medio.
Igualmente, varias naciones y organizaciones europeas y de otras partes del mundo alzaron sus voces de censura y protesta contra la nueva postura de Estados Unidos. También advirtieron de las graves consecuencias que causaría el reconocimiento de Washington a las colonias judías en la Ribera Occidental.
En realidad, pocos días después del anuncio del jefe del Departamento de Estado norteamericano, las autoridades israelíes cerraron una serie de oficinas de medios de comunicación de Palestina en Jerusalén. La administración palestina y de muchos otros países árabes lo catalogaron como un nuevo paso sumamente peligroso para la seguridad regional, pues destruyó el compromiso de Israel en los Acuerdos de Oslo firmados en 1993 en Estados Unidos y en 1995 en Egipto. De acuerdo con analistas políticos de la región, Israel realizará otras acciones de escalada de tensiones, mientras varios grupos armados palestinos declararon que responderán con medidas violentas a la arrogancia de Israel y Estados Unidos.
Aun se recuerda que el reconocimiento de Washington a Jerusalén como capital de Israel a finales de 2017 y el traslado de su embajada a esa ciudad en disputa provocaron una ola de indignación y furia de los palestinos, así como prolongados enfrentamientos sangrientos a lo largo de la frontera entre los dos países. Por eso, en el contexto de la inestabilidad política tanto en Israel como en Palestina y los ataques mutuos entre el ejército israelí y los grupos palestinos, el aumento de las tensiones por el cambio de postura de Estados Unidos sobre los asentamientos judíos puede activar un nuevo torbellino de violencia y empujar el proceso de paz en Medio Oriente, de por sí frágil, al colapso.