Según la filosofía ancestral de esos autóctonos, los vivos están acompañados siempre por sus familiares fallecidos. Dicho de otro modo, los espíritus de los muertos siguen los pasos de las personas y las bendicen en cualquier lugar y momento, especialmente cuando estén lejos de casa, vayan a visitar a algún pariente o amigo o a participar en alguna celebración, así como en las bodas o los funerales.

Una comida que una familia Thai comparte con sus invitados (Foto: baomoi.com)

Por tal razón, en esas ocasiones especiales, comienzan la comida invocando a sus antepasados, y antes de hacer los brindis, tiran unas gotas de licor en su memoria. Esta práctica deviene popular entre los autóctonos y la cumplen tanto los mayores como los jóvenes, desde los hombres hasta las mujeres, con el deseo de tener sus bendiciones.

Muchos lo hacen también con los alimentos, al reservar un poco de arroz y unos trozos de carne a los espíritus. Normalmente, son quienes perdieron a sus padres o a su pareja. Repiten el rito incluso en las comidas en el campo y el bosque, en homenaje a las deidades protectoras de su comunidad y a los fallecidos. Según explicó Quang Van Hung, de la aldea de Hin, en la provincia de Son La, esta es una tradición de gran significado humanitario de su pueblo, transmitido de generación en generación y agregó lo siguiente: “Nosotros los jóvenes preservamos esa costumbre tan arraigada de nuestra comunidad, tirando unas gotas de aguardiente antes de tomarlo sin que nadie nos lo recuerde o nos obligue. Lo hacemos sintiéndonos tranquilos y despejados de todas las inquietudes”.

Los Thai mantienen la tradición arraigada de invitar a los muertos a comer y beber aguardiente con los vivos (Foto: baomoi.com)

Especialmente, en las comidas que el dueño de la casa ofrece a la gente de la familia de su esposa, siempre coloca juntas en la bandeja dos copas de licor para mostrar su hospitalidad. Nadie puede tocarlas hasta que el visitante anuncia que se retirará. Entonces, el propietario lo invita a tomar la bebida, pero este también puede compartir con los que se sientan junto a él en la mesa.

Al respecto, Tong Van Xom, un conocedor de la cultura antigua residente en la aldea de Mong, de la comuna de Hua La, en la provincia de Son La, explicó: “Cuando llegan a la casa los familiares de nuestra esposa, considerados como queridos invitados, siempre les destinamos dos copas de aguardiente, que son las primeras de una nueva botella, para expresar nuestro respeto y hospitalidad hacia ellos, sin importar si son padres o hermanos de ella. En el concepto de nuestra etnia, participan en la comida junto a ellos los espíritus de su casa. Pues, estos también pueden disfrutar de la bebida”.           

Aunque las tradiciones antes mencionadas solo tienen carácter simbólico, ya están enraizadas muy profundamente en la vida espiritual de los Thai y forman parte de la identidad cultural de estos autóctonos.