Originales casas de arcilla: viviendas típicas de los Pu Peo

(VOVworld) – “Nha trinh tuong”, que en español significa “casa con paredes de tierra”, es una característica particular de las viviendas de los grupos étnicos de la región montañosa de la provincia Ha Giang, entre los cuales se encuentran los compatriotas Pu Peo. Los nativos Pu Peo consideran que el éxito o fracaso de cada familia y persona está determinado en gran medida por el lugar y la casa donde vive. Por ello, el proceso de búsqueda del terreno, construcción y entrada en la nueva morada son parte importante de sus costumbres y hábitos.

Antiguamente, los Pu Peo buscaban valles pequeños entre montañas y bosques para levantar viviendas, fundar aldeas, cultivar arroz de agua, retoños de bambú, hongos y criar abejas productoras de miel. Al escoger el terreno, generalmente el jefe de la familia excavaba un hoyo pequeño en la tierra, echaba varios granos de arroz con cáscara y los tapaba con una taza. Después de 3 días, retiraba la taza, si estos granos se mantenían intactos, se podía construir casa allí. Lu Pa Sau de la etnia Pu Peo en el distrito Dong Van, provincia Ha Giang, dio a conocer: “Primero, se levantan las columnas y después la armadura y las paredes. El material principal es la tierra amarilla, ya que la tierra negra se quiebra facilmente. En las paredes se clavan bambúes pequeños para que estas no se agrieten. Generalmente la construcción de una casa dura l5 días.”

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Una casa típica de los Pu Peo en la provincia septentrional de Ha Giang

Según los ancianos, antiguamente los Pu Peo vivían en las tradicionales casas sobre pilotes como otras etnias hermanas, sin embargo, para levantar sus viviendas tenían que cortar muchos árboles del bosque mientras que estos constituían una fuente importante de sustento. Con esa reflexión, idearon entonces fabricar viviendas con muros de tierra para proteger los bosques. Generalmente la casa se dirige hacia el Sur o al Sureste, la parte trasera se apoya en el bosque y se cubre con paja o tejas, garantizando que la casa sea fresca en verano y cálida en invierno. Luu San Van, miembro del grupo de recopiladores e investigadores de cultura de las etnias de Ha Giang, dijo al respecto: “Generalmente una residencia  Pu Peo cuenta con 3 habitaciones y 2 techos cubiertos de paja o tejas. La habitación principal es la del centro. En la habitación derecha se ponen dos hornos, uno para cocinar y otro para rendir cultos que se dirige hacia la salida del sol. Algunas familias más pudientes o con mayores posibilidades construían hasta 4 casas entre ellas una principal. La cocina es un lugar muy importante. Al instalar el altar y entrar en la nueva morada se debe realizar el culto de ofrecer como ofrenda un pollo a la cocina.”

Los cimientos de la casa son reforzados con piedras para que la obra no se hunda. Van agregó: “Para levantar las paredes se escoge la arcilla fina mezclada con piedras con el fin de que estas sean sólidas y no se rompan. Con esta técnica de construcción, las viviendas de los Pu Peo en Ha Giang tienen cientos de años de existencia.”

La construcción de las paredes de la casa es la labor más minuciosa y específica. Comúnmente, 7 hombres realizan este trabajo, distribuyéndose de la siguiente manera: 4 trasladan la tierra al patio, uno la golpea y otros 2 edifican los muros. Si la altura de la casa es de menos de 5,5 metros, sus muros son de 50 centímetros de grosor, si esta es más alta, las paredes tendrán entonces, 60 centímetros de grueso. “En la construcción de muros se usa un molde compuesto por 3 tablas de madera, es decir, 2 tablas largas y una corta. El trabajo empieza desde las bases hacia el techo. La tierra es golpeada fuertemente para que las paredes sean finas y lisas y el agua no pueda filtrarse.”

Las viviendas de los Pu Peo cuentan con una puerta principal en la habitación central y 5 ventanas para que entre la luz del sol y el aire. Además, tiene una buhardilla o espacio amplio destinado a guardar maíz, arroz, carne seca o para dormir cuando la familia tiene un nuevo miembro o visitante.

Al finalizar la construcción de la casa, se celebra un culto en honor a los ancestros y genios del bosque y la tierra. Antes de entrar en la nueva casa, el chamán debe encender inciensos en la antigua vivienda y pedir que los antepasados permitan a la familia mudarse a la nueva residencia, seguidamente, hace lo mismo en la cocina y en la puerta. Tras ejecutar estos protocolos, se enciende el horno para preparar ofrendas al altar de los ancestros. Esta ceremonia se efectúa en la madrugada y todas las formalidades deben concluir antes de la salida del sol. Cuando el astro luminoso sale, los parientes y aldeanos llegan a la nueva casa, llevando pollo, cerdo, aguardiente o un poco de dinero, deseando prosperidad, buena salud y felicidad al hogar.  

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