(VOVworld) – El Senado de Brasil realizó el 11 de mayo la sesión plenaria para votar por la suspensión del cargo de la presidenta Dilma Rousseff, acusada de infracción de leyes presupuestarias. Este incidente evidencia la crisis política más grave en su historia hasta la fecha que perjudica considerablemente el desarrollo económico de ese país suramericano.
El pleno celebrado por el Senado brasileño comenzó a las 13 horas GMT del 11 de mayo en el que 81 senadores participantes debatieron sobre si la presidenta debe ser juzgada por cometer un "crimen de responsabilidad" al utilizar préstamos de bancos estatales para tapar agujeros del presupuesto en 2014 y en 2015 para posteriormente someterla a un juicio político. Una vez 41 de dichos diputados aprueben el proceso contra la mandataria, el cargo de Dilma Rousseff será suspendido durante 6 meses y el vicepresidente Michel Temer asumirá la presidencia temporal del país. No obstante, el jefe del Senado, Renán Calheiros ha calificado el juicio como "largo y traumático”.
El 17 de abril, la Cámara Baja de Brasil aprobó dicho proceso contra Dilma Rousseff aunque la mandataria no estaba sometida a investigaciones y no existían acusaciones relativas a la corrupción.
Rechazo a acusaciones
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff
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En respuesta, la presidenta brasileña acusó al vicepresidente Michel Temer y al exjefe de la Cámara Baja, Eduardo Cunha de autores del “golpe moderno” inconstitucional, considerando los últimos acontecimientos como los comicios indirectos que anulan el derecho del voto de los electores.
Entretanto, el 10 de mayo, los partidarios de Dilma Rousseff quemaron vallas y bloquearon las principales calles del país, provocando un atasco monumental para rechazar el juicio contra la presidenta. Como esfuerzo para impedir el avance de los manifestantes, las fuerzas policiales instalaron barreras en 14 arterias viales de 26 estados y el distrito federal donde se ubica Brasilia, la capital. Mientras en Río de Janeiro, los manifestantes elevaron vallas en un camino importante que comunica con Sao Paolo.
Las protestas para impugnar el proceso contra Dilma Rousseff fueron convocadas por el Frente de Izquierda. En su mensaje publicado en la red social Facebook, esta organización declaró su disposición de combatir en todos los lugares para defender la democracia y decir no al golpe de estado. El mismo día, el fiscal general José Eduardo Cardozo exhortó a la Corte Suprema a neutralizar el pleito contra la presidenta argumentando que el caso tiene motivos políticos y carece de bases jurídicas.
Entre tanto, el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro informó que consultará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el tema. Afirmó también la responsabilidad de ese foro regional de observar la práctica de la democracia en la zona, luego de expresar la preocupación por la seguridad jurídica de Brasil. De acuerdo con Almagro, la presidenta brasileña no ha sido en contra de la confianza del electorado durante su mandato.
Dificultades crecientes en Brasil
Las manifestaciones en apoyo a Dilma Rousseff se convocan en numerosas localidades brasileñas
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Según analistas, el alejamiento temporal o la permanencia en el poder de Dilma Rousseff no podrá solucionar de raíz los problemas existentes en Brasil. En idéntico sentido, el experto brasileño Brian Winter de la Sociedad y del Consejo de las Américas evaluó que no existirán ganadores en el proceso contra la presidenta porque la confianza popular en el Parlamento se ha deteriorado, pues 352 de los 594 legisladores están acusados de infracciones. De momento, la economía nacional se ha sumergido en la recesión con un déficit presupuestario del 11% del Producto Interno Bruto, sin contar la epidemia de Zika que encierra el riesgo de estallar en los estados del norte oriental.
Para conducir al país fuera de la crisis económica y política, los líderes de Brasil deben asumir incalculables tareas arduas como la reforma del sistema político, el control de gastos públicos y tributación, así como la aceleración del crecimiento económico. Estos son los retos nada pequeños para todos los políticos. De esta manera, la crisis política en Brasil obstaculiza hoy más que nunca la recuperación económica de ese país suramericano.