Busca primer ministro de Irak en Washington más dosis letal para la violencia

(VOVworld) – El primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, realiza una visita de tres días a Estados Unidos en busca de asistencia militar, en un contexto de violencia en el país del Oriente Medio. ¿Acaso esta gestión de apoyo norteamericano será para consolidar su poder?

Pidiendo el apoyo militar del aliado

Antes de partir a Estados Unidos, El primer ministro, Nouri al-Maliki afirmó que las fuerzas al-Qaeda llevan a cabo una operación contra el pueblo iraquí y se preocupó por la posibilidad de que su país se convierta en enclave de la organización terrorista. Por eso, cree necesaria la ayuda de Washington para combatir a los grupos armados, y así se lo planteará al presidente Barack Obama

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El primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki pide el apoyo militar de Estados Unidos


Sin embargo, la intención de Nouri al-Maliki enfrenta el rechazo de numerosos congresistas estadounidenses. Senadores como John McCain, Carl Levin, Robert Menendez y Lindsey Graham expresaron al presidente Obama preocupación por el agravamiento de la situación en Irak. De acuerdo con estos legisladores, el liderazgo de Maliki provoca divisiones internas y contribuye al aumento de la violencia con una directriz de gobierno dictatorial y de discriminación sectaria contra la población religiosa suní, desprecio a los kurdos y aislamiento a los chiíes que aspiran a un Estado iraquí democrático. Por eso, el abastecimiento de equipos militares al gobierno de Bagdad no hará más que echar leña al fuego, lejos de representar una solución de raíz a la actual inestabilidad del país.

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El primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki (i) recibe el saludo del presidente
de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara, el representante
Ed Royce (c), y el demócrata de más rango en esa comisión,
Eliot Engel, (Foto AP/Molly Riley)


En realidad, las oleadas de violencia alcanzan un nivel alarmante en Irak. Según la misión de la ONU en este país, en lo que va de 2013 a la fecha, al menos murieron 600 personas y otras 14 mil resultaron heridas en atentados con coche bomba y ataques suicidas. Estas cifras alcanzan el nivel récord registrado en el período cumbre 2006 – 2007,de la guerra civil. En los últimos 5 meses, casi todos los días ocurren al menos dos ataques letales. Continuamente estallan explosivos en mercados, mezquitas, bodas y funerales no sólo en Bagdad sino también en otras numerosas localidades. Para colmo, la discrepancia entre el gobierno del primer ministro, Nouri al-Maliki, controlado por la mayoría chiita y la minoría suní hace que ganen apoyo los grupos armados extremistas relacionados con la organización terrorista al-Qaeda.

Lejos de la estabilidad política

Ante el actual escenario, el Gobierno de Bagdad ha desplegado operaciones de limpieza de envergadura contra los insurgentes, intensificado el reclutamiento militar, acompañado de frecuentes toques de queda. Sin embargo, resultan insuficientes, pues son medidas a corto plazo, por lo cual se requiere en Irak pasos más duraderos porque el quid de la cuestión de la violencia radica en las diferencias sectarias cada vez más agudas tras la injerencia política de Estados Unidos en 2003. Los conflictos por el poder persisten aun cuando la negociación es la única para solventarlos. En tal contexto, lo fundamental para primer ministro Nuri al-Maliki debería consistir en mejorar la posición de los musulmanes suníes y buscar un equilibrio de poder entre las diferentes tendencias en lugar de rearmarse militarmente.

Cabe subrayar que la violencia en Irak se debe a la inestabilidad política y los conflictos de interés sectario. Para superar estos retos, el abastecimiento de armas constituye una dosis letal, que seguirá hundiendo al país en el caos. En este sentido, el viaje del premier iraquí a Washington carece de sentido “práctico”, en los esfuerzos por sacar al país de la espiral de violencia.

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