Una posición más elevada

La elección del tema para la cumbre de BRICS 2024 demuestra claramente las prioridades de acción que la anfitriona Rusia quiere promover, relacionadas con tres temas principales, entre ellos: política-seguridad; economía-finanzas y cultura-humanidades. Al intervenir en la conferencia de prensa previa al encuentro cimero, el presidente ruso Vladimir Putin afirmó que los BRICS están desempeñando un papel cada vez más importante en las relaciones internacionales, expresado en todos los aspectos de la economía y la geopolítica, la seguridad y la promoción del intercambio y la cooperación entre culturas.

En cuanto a la economía, el campo fundamental para el nacimiento y desarrollo de los BRICS, un rol cada vez mayor del bloque se muestra más claramente en su proporción en la economía global, así como en su propio motor de crecimiento.

Al respecto, Vladimir Putin enfatizó: “En los últimos 10 años, más del 40 % del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial provino de los países integrantes de BRICS y según las cifras actuales de este año, el crecimiento económico promedio de estos miembros es del 4 %, superior al nivel alcanzado por el grupo de economías desarrolladas G7, del 1,7 % y mayor que el pronóstico de crecimiento global promedio del 3,2 %”.

La nueva posición de los BRICS es cada vez más notable en comparación con la del G7, especialmente cuando los gráficos de crecimiento de ambas partes apuntan cada vez más hacia direcciones opuestas. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los países de BRICS representan actualmente el 45 % de la población mundial y el 35 % del PIB global, mientras que el G7 sólo representa alrededor del 10% de la población mundial y el 30% del PIB mundial. Para finales de esta década, la participación del PIB de dichas naciones en la economía global se incrementará a un 37 %, mientras que las contribuciones del G7 disminuirán a un 28 %. Esta brecha podrá ser aún mayor si los BRICS admiten más miembros en los próximos años.

Lo más importante, según expertos, reside en el perfeccionamiento de los BRICS en materia de organización y estrategia para adquirir una dimensión geopolítica más amplia, alejándose de su papel inicial como mero bloque de cooperación económica entre países emergentes. Desde la cita del año pasado en Sudáfrica, esta agrupación ha admitido 4 miembros más y actualmente muchos otros países, como Turquía, Tailandia y Cuba también han expresado públicamente su deseo de unirse a los BRICS.

De centrarse principalmente en la cooperación económica, dicho bloque comenzó a discutir planes más ambiciosos destinados a crear nuevos sistemas financieros o mecanismos de cooperación en el sector de la seguridad para lograr una posición más equilibrada en un nuevo orden económico-político en el que los países occidentales todavía desempeñan un papel dominante.

De esta manera, Raymond Matlala, presidente de la Asociación de Jóvenes BRICS de Sudáfrica, comentó: “Los BRICS son la voz del mundo del Sur, en un mecanismo multilateral dominado por Occidente. No existe ningún mecanismo u organización que pueda liberar al mundo del Sur del orden mundial actual. Sólo los BRICS, con su voz fuerte y su cooperación, pueden hacerlo”.

Nuevas estrategias en proceso de construcción

Demostrando su determinación de crear una posición más equitativa para el mundo del Sur, en la cumbre de BRICS 2024, uno de los temas que centrarán la agenda es la construcción de un nuevo sistema de pagos internacional, independiente de actuales, principalmente en manos de bancos e instituciones financieras de Occidente. Este plan no sólo es importante para la Rusia anfitriona, un país que actualmente sufre numerosas sanciones desde el estallido del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, sino también un plan estratégico apoyado por muchos otros miembros de los BRICS, porque estos territorios no quieren ser demasiado dependientes de los sistemas financieros occidentales y sufrir riesgos por decisiones unilaterales en el futuro.

De hecho, este tema fue discutido por los BRICS en la cumbre del año pasado en Sudáfrica y además de la ambición de construir un nuevo sistema de pagos internacional, algunas opiniones incluso mencionaron la creación de uno para el propio bloque. Sin embargo, los expertos creen que, en medio de la actual inestabilidad geopolítica y económica en el planeta, y al mismo tiempo que los BRICS no están verdaderamente unidos, sus países miembros actuarán con cautela en la elaboración de nuevas instituciones o sistemas que enfrenten directamente a Occidente.

En este sentido, Theresa Fallon, fundadora del Centro de Estudios Rusos, Europeos y Asiáticos de Bruselas (Bélgica), comentó: “Hay dos países de BRICS ampliado que de alguna manera quieren construir o mantener el aspecto no alineado del grupo: Brasil e India. Por lo tanto, es necesario esperar y ver cómo este bloque solventa los problemas”.

Otro gran tema que los líderes de los BRICS deben discutir en Kazán es la admisión de nuevos miembros. En una declaración emitida recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que dicho grupo necesita suspender temporalmente la admisión de nuevos miembros durante un período de tiempo para estabilizar la organización y determinar objetivos estratégicos generales.

Sin embargo, en los últimos tiempos, muchos países todavía han expresado públicamente su deseo de unirse pronto a los BRICS, el más notable de los cuales es Turquía, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y también candidato a unirse a la Unión Europea (UE).

La admisión de miembros como Ankara puede aumentar con celeridad el poder político y económico de los BRICS, pero también puede plantear difíciles problemas estratégicos a largo plazo, cuando este grupo busca construir una posición y una identidad propia, sirviendo principalmente a los intereses del mundo del Sur.