Infundadas críticas a Vietnam sobre derechos humanos

(VOVworld) – Parlamentarios europeos escribieron a Catherine Ashton, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y también vicepresidenta de la Comisión Europea, refiriéndose a los derechos humanos en Vietnam. Lo que los remitentes describieron como “el peor entorno de los derechos de las personas en este país”, carece de fundamento alguno si se le contrasta con la realidad de las garantías legales para todos los ciudadanos de Vietnam, en virtud de sus compromisos con las convenciones internacionales al respecto.

Algunos legisladores en Europa criticaron que en Vietnam tiene lugar “una ruptura en la legislación”, y para ello recurren a falsificaciones sobre las severas penas impuestas por el país indochino a comisores de actos destinados a derrocar el poder del pueblo y vulnerar los intereses del Estado, y en su lugar las presentan como reprimendas a opiniones divergentes. Instaron inclusive a las autoridades vietnamitas a liberar de forma inmediata e incondicional a infractores como el bloguero Nguyen Van Hai/Dieu Cay y dos periodistas, Ta Phong Tan y Cu Huy Ha Vu. Argumentaron en la carta enviada a la alta representante de la Unión Europea que pese al llamamiento de la comunidad internacional, el Gobierno vietnamita coarta sistemáticamente la libertad de expresión, censura el uso de servicios en Internet y contenidos informativos en línea, así como colabora con empresas y proveedores de Internet para atacar los sitios web en vietnamita que operan desde el exterior.

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Vietnam garantiza la libertad religiosa para todos los ciudadanos
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Todas estas acusaciones de legisladores europeos pretenden ignorar la realidad en Vietnam. El Estado vietnamita practica una invariable política de respeto y garantías de los derechos humanos en conformidad con las normas internacionales en este sentido. La Constitución evidencia que las instituciones de todos los vietnamitas, sean de carácter político, económico, cultural y social, y que actúan dentro de un sistema jurídico respetado para la garantía de una vida digna. Esto incluye las libertades de expresión, prensa, reuniones y religiones. Este país ha obtenido reconocimiento internacional por el mejoramiento de los derechos humanos en todos los aspectos. Son innegables los resultados positivos en alcanzar las metas de Naciones Unidas del Milenio, con la reducción sostenible del índice de pobreza, la elevación de la calidad de la vida del pueblo, el cumplimiento de las convenciones en favor de las mujeres y los niños, y los indicadores sobre el desarrollo de las personas. El Informe de la ONU para el Desarrollo Humano en 2013, publicado el pasado 3 de julio precisó que Vietnam se ubica entre los más de 40 países en vías de desarrollo que obtuvieron progresos superiores a lo esperado en las últimas décadas. Con antelación, el Programa de la ONU para el Desarrollo apuntó en un informe de abril del presente año que Vietnam ocupó el tercer puesto en ASEAN en cuanto a la equidad de género, y el 48 en el mundo. Es claro que resultan irracionales las desestimaciones de esos legisladores europeos en torno a la actual situación de los derechos humanos en Vietnam, pese a las recientes valoraciones de la máxima organización internacional. Estas personas rebasaron el marco de sus legislaciones nacionales para pedir al Parlamento Europeo que exprese reiteradamente al máximo nivel sus preocupaciones sobre las violaciones de los derechos humanos en los diálogos con Vietnam y que intensifique la presión sobre las autoridades de este país para que retiren los controles en Internet y los blogs y las prohibiciones impuestas a los medios privados; permitan a colectividades e individuos fomentar los derechos humanos, expresar sus opiniones y disentir públicamente; tomen medidas para abolir la pena de muerte; deroguen o modifiquen las leyes en materia de seguridad nacional que se utilizan para criminalizar a los disidentes pacíficos; y liberen a los presos de conciencia pacíficos.

De hecho, en Vietnam no se trata del concepto de presos de conciencia y presos políticos, sino de violadores de las leyes que fueron tratados de manera transparente y equitativa. Las sentencias que recibieron de tribunales se corresponden con el sistema jurídico de Vietnam y sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos.

Obviamente, existen diferentes posiciones entre Vietnam y Europa sobre los derechos humanos debido a las diferencias de cultura, historia, tradición y nivel de desarrollo. La garantía de los derechos humanos debe basarse en las peculiaridades y las condiciones de convivencia en cada región y cada país. En general, no hay un modelo concreto al respecto para aplicarse en todas las naciones. Por ende, la visión sujetiva y las acusaciones sin fundamento de algunos legisladores europeos sobre los derechos humanos en Vietnam, incluso su imposición de estándares al respecto para este país, constituyen injerencias ilegales en los asuntos internos vietnamitas. Solo consiguen deteriorar el itinerario de diálogos entre Vietnam y la Unión Europea en materia de derechos humanos. 
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