(VOVWORLD) - Grandes bancos de inversión y conglomerados financieros internacionales han pronosticado recientemente una desaceleración del crecimiento mundial hacia finales de 2025, debido a la inestabilidad económica derivada de las tensiones arancelarias y geopolíticas. Sin embargo, otras economías de peso muestran señales de expansión.
Según proyecciones divulgadas la semana pasada por entidades líderes como UBS, Goldman Sachs y Morgan Stanley, el crecimiento global se situaría entre un 2,5% (UBS y Goldman Sachs) y un 2,9 % (Morgan Stanley), cifras menos optimistas que las estimadas anteriormente por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Consumidores compran en un supermercado en Foster City, California, Estados Unidos. (Foto: Xinhua/VNA) |
Pronósticos poco alentadores para Estados Unidos y Europa
Estados Unidos, la mayor economía del planeta, avanza hacia un crecimiento de entre 1% y 2 % en 2025, lastrado por el encarecimiento de los precios debido a los aranceles y por la desaceleración del mercado laboral. Aun así, la renta variable estadounidense ha repuntado más de un 30 % desde el mínimo de abril, tras el anuncio del presidente Donald Trump de una nueva serie de medidas arancelarias contra varios países y territorios.
En sus últimas revisiones, las firmas bursátiles Citigroup y UBS Global Research elevaron sus previsiones de cierre para el índice S&P 500, reflejando una menor percepción de riesgo político y una mayor estabilidad en los beneficios empresariales.
No obstante, algunos economistas advierten que el prolongado periodo de incertidumbre generado por la política arancelaria de la administración Trump, vigente desde comienzos de abril hasta inicios de agosto, ha deteriorado el clima de inversión y de negocios en el país. Según estos expertos, los efectos de dichas medidas se percibirán con mayor nitidez en la segunda mitad del año.
El economista Gary Hufbauer, del Instituto Peterson de Economía Internacional (Estados Unidos), señaló: “La economía de Estados Unidos muestra signos de desaceleración, con altos niveles de endeudamiento en los hogares y una inversión empresarial contenida por la incertidumbre. Pese a los acuerdos comerciales anunciados por el presidente Donald Trump, muchas empresas han optado por postergar inversiones. Es probable que se entre en una etapa de crecimiento más lento, con riesgo de recesiones leves”.
Por su parte, la Unión Europea (UE) tampoco atraviesa un momento favorable. Según la Oficina de Estadística del bloque comunitario (Eurostat), el Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro creció apenas un 0,1% en el segundo trimestre y un 1,4 % interanual. Eurostat advirtió que la imposición por parte de Estados Unidos de un arancel del 15% a productos europeos, vigente desde el 27 de julio, encarecerá las exportaciones y presionará a las empresas del bloque.
Franziska Palmas, economista jefe para Europa en la firma de análisis Capital Economics, estima que el impacto de estos aranceles podría recortar el PIB de la eurozona en un 0,2 %. Alemania sería el país más perjudicado, ya que su economía retrocedió un 0,1% en el segundo trimestre y aún no ha recuperado los niveles previos a 2019, mientras su sector industrial enfrenta una intensa competencia internacional.
Perspectivas favorables para China y Reino Unido
A diferencia de las previsiones poco alentadoras para Estados Unidos y la UE, algunas de las principales economías mundiales exhiben un panorama más positivo. China, la segunda mayor economía del mundo, ha mejorado sus expectativas de crecimiento. En su actualización de julio del Informe de Perspectivas de la Economía Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su previsión para 2025 del 4 % al 4,8 %, y la de 2026, del 4 % al 4,2 %.
Grandes entidades financieras como UBS, Goldman Sachs y Deutsche Bank prevén para este año un crecimiento de entre 4,5 % y 4,7 %. Según el FMI, este repunte responde sobre todo a la solidez de la demanda interna, al buen desempeño de las exportaciones y al avance en innovación. En el primer semestre de 2025, el consumo interno aportó el 68,8 % del crecimiento del PIB chino, consolidándose como su principal motor.
En el ámbito externo, la reciente decisión de Washington de prorrogar por 90 días las negociaciones arancelarias con Beijing ha aliviado la presión sobre los exportadores chinos en un periodo clave para el consumo en los mercados occidentales.
Por su parte, el Reino Unido, sexta economía del planeta, también muestra signos de recuperación. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el PIB británico creció un 0,3 % en el segundo trimestre de 2025, superando el 0,1 % previsto inicialmente. Este resultado situó a la nación británica como la economía con mayor crecimiento entre los países del G7 en dicho periodo.
La ministra de Finanzas, Rachel Reeves, afirmó: “El crecimiento del Reino Unido en el segundo trimestre se basó en el aumento de la actividad en los sectores manufacturero y de servicios, los pilares de la economía británica, así como en el sector de la construcción, lo que refleja el enfoque del Gobierno en fomentar la edificación residencial”.
No obstante, analistas advierten que la economía del Reino Unido afrontará varios desafíos en la segunda mitad del año. Ruth Gregory, economista de Capital Economics, considera que el país tendrá dificultades para sostener este ritmo en el tercer trimestre, debido al debilitamiento de la economía mundial y al pleno impacto del alza de impuestos aplicada en abril sobre la inversión empresarial.