Conflictos y brechas digitales crean presiones sobre los derechos humanos en 2025

(VOVWORLD) - Los conflictos generalizados en muchas partes del mundo, sumados a la brecha digital y la falta de mecanismos eficaces de ciberseguridad, implican que la situación mundial de los derechos humanos en 2025 seguirá presentando numerosos desafíos importantes.
Conflictos y brechas digitales crean presiones sobre los derechos humanos en 2025 - ảnh 1Foto de ilustración: VGP

En un comunicado emitido el 10 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) afirmó que en 2025 la situación mundial en este ámbito enfrenta una grave presión derivada de los conflictos y los recortes presupuestarios, mientras en muchos países desarrollados surgen de forma alarmante movimientos contrarios a estos derechos fundamentales.

Un panorama preocupante para los derechos humanos

Las cifras del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en Suecia, citadas por ACNUDH, muestran que en 2024 los 100 mayores fabricantes de armas del mundo alcanzaron ingresos récord de 679.000 millones de dólares, mientras los conflictos continuaban extendiéndose por numerosas regiones del orbe, desde Gaza en Oriente Medio, Ucrania en Europa, Sudán en África, hasta otros focos de tensión en la región del Sahel. 

Esta realidad tiene un grave impacto en la situación de los derechos humanos a nivel mundial. Según estadísticas incompletas de la ONU, los conflictos armados se cobraron aproximadamente 250.000 vidas en todo el mundo en 2025 y generaron inseguridad alimentaria crítica en 14 de los 16 focos candentes. En total, más de 295 millones de personas en todo el mundo se enfrentaron al hambre aguda, 14 millones más que el año anterior.

La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, estimó: “Esta es la aritmética de los conflictos: cuando los sistemas alimentarios son atacados y se convierten en un arma, el impacto es global. Los alimentos han devenido un arma, como lo demuestran la inanición deliberada y la destrucción sistemática de los sistemas agrícolas”. 

En este contexto, las operaciones de las agencias especializadas en derechos humanos y ayuda humanitaria se ven gravemente afectadas por déficits presupuestarios.

El año pasado, ACNUDH tuvo que enfrentarse a un déficit de 90 millones de dólares en fondos operativos, lo que provocó la eliminación de 300 empleos. Mientras, en su informe sobre el Panorama Humanitario Mundial 2026, la ONU también reveló que su Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) necesitará 23.000 millones de dólares el próximo año para asistir a 87 millones de personas en todo el mundo, pero los aportes comprometidos por los países sólo cubren una pequeña parte.

Tom Fletcher, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, dejó saber: “Nuestra prioridad para 2026 es salvar 87 millones de vidas. El plan maestro incluye 29 programas detallados para más de 50 países, entre ellos 4.000 millones de dólares para 3 millones de personas en los territorios palestinos ocupados, 2.800 millones de dólares para 20 millones de personas en Sudán, donde se está produciendo la mayor crisis de desplazamiento del mundo, y 2.000 millones de dólares para 7 millones de sudaneses que han huido del conflicto. Además, se asignarán aproximadamente 1.400 millones de dólares para 4,9 millones de personas en Myanmar y aquellas que se vieron obligadas a desplazarse por la crisis en ese país, y hay muchos más lugares que necesitan asistencia”.

Brecha de desarrollo digital

Otra presión a los esfuerzos globales para garantizar los derechos humanos es la desigualdad tecnológica y la falta de mecanismos eficaces de ciberseguridad. El auge de la tecnología, especialmente la inteligencia artificial (IA), está ampliando la brecha digital entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo.

Mientras tanto, los delitos cibernéticos, en particular los basados en IA, han causado una pérdida de billones de dólares anuales, y la mayoría de las víctimas provienen de países en desarrollo de África y del Sudeste y Sur de Asia.

El 24 de noviembre pasado la ONU advirtió que la IA generativa podría convertirse en un “un moderno monstruo de Frankestein”.

De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, la IA generativa tiene un enorme potencial, pero su explotación con fines puramente políticos o económicos puede conducir a la manipulación, la distorsión y la distracción.

Advirtió que, a medida que las corporaciones tecnológicas lanzan nuevas tecnologías como la IA generativa, los derechos humanos, incluyendo la privacidad, la participación política, la libertad de expresión y el trabajo, “podrían ser las primeras víctimas”.

Turk también señaló que las amenazas derivadas del creciente aumento del poder de las corporaciones y la acumulación de riqueza personal y empresarial en manos de unos pocos pueden traducirse en el abuso y la subyugación. Agregó que el uso de tecnologías para la desinformación en las redes sociales en varios países desarrollados ha provocado numerosos movimientos contrarios a los derechos humanos, como los ataques a la igualdad de género y a los derechos de los migrantes.

“Actualmente existe un aumento significativo de la financiación de Europa, Rusia y Estados Unidos a movimientos contrarios a los derechos humanos. Este gran recurso, junto con el control de los medios de comunicación y las estrategias de desinformación, han convertido estas agendas contrarias en una poderosa fuerza interregional”, resaltó Turk.

La advertencia del funcionario de la ONU también ha sido mencionada en repetidas ocasiones por el Parlamento Europeo (PE) este año. Según cifras del Foro Parlamentario Europeo sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, entre 2019 y 2023 los grupos contrarios a los derechos humanos en el Viejo Continente recaudaron casi 1.200 millones de dólares, una cantidad muy superior a la aportada a programas de derechos humanos en algunos países.

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