(VOVWORLD) - Según analistas, los sucesos impredecibles de la pandemia de Covid-19 y la situación complicada de las relaciones internacionales hacen que la eficiencia de las medidas de control en solitario de los países sea limitada. Más que nunca, el mundo necesita estrechar la solidaridad y la cooperación para superar las dificultades.
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El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones financieras internacionales advirtieron que el mundo está enfrentando una grave crisis económica y financiera, posiblemente peor que la desatada en 2008. Por otra parte, varios expertos y organizaciones alertaron sobre una inminente crisis alimentaria global debido a los impactos del Covid-19. En tal sentido, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU llamó el pasado 20 de abril a una actuación colectiva para evitar ese escenario.
Mientras, lo más preocupante es que la pandemia sigue evolucionando de modo complicado en muchos países y nadie puede vaticinar su fin. De igual modo, es imposible calcular lo que ello implica. En tal contexto, no hay otro remedio que unir las manos para superar juntos las dificultades.
Acciones solitarias no dan el resultado esperado
Desde el inicio del brote de la neumonía aguda causada por el coronavirus de nuevo tipo, muchos expertos e investigadores del mundo advirtieron que las acciones solitarias de los países ralentizan la propagación de la epidemia, pero no pueden frenarla y hacerla retroceder. El secretario general de la ONU, António Guterres, en una declaración pronunciada el 25 de marzo en la publicación del Plan Mundial de Respuesta Humanitaria al Covid-19, destacó: “La pandemia global está afectando a toda la humanidad, por eso los países deben aunar esfuerzos para contenerla. No es suficiente la acción de un solo país. Los esfuerzos globales son la única vía para vencer a este enemigo invisible”.
Lo que está sucediendo en los últimos tiempos da prueba a estas advertencias. El Covid-19 se expande cada vez más ampliamente y se han cobrado miles de vidas por día, mientras que el mundo sigue con divisiones y desacuerdos sobre varias cuestiones vinculadas a esta contingencia epidemiológica, tales como el origen del virus, la transparencia de la información y la competencia de recursos en el enfrentamiento a ella.
En realidad, los países carecen de una coordinación y cooperación internacional activa y eficiente en esta batalla. Por consiguiente, a casi medio año del brote epidémico, no se ha organizado ningún seminario o conferencia científica de escala mundial para hallar una solución a la crisis sanitaria.
Lección histórica sobre cooperación internacional en respuesta a la Gran Plaga de Manchuria
En el actual contexto, los científicos e investigadores recuerdan la lección histórica de más de 100 años atrás cuando el mundo enfrentaba la peste de Manchuria, que entonces dejó impactos devastadores en China y amenazó con ser una pandemia global. Según la cual, desde el otoño de 1910 hasta el momento en el que esa plaga fue controlada a principios de 1911, unas 63 mil personas murieron por esta enfermedad causada por roedores. Sin embargo, lo más destacado es que a principios de 1911, China convocó una conferencia internacional en busca de medidas de respuesta, así como para aclarar la causa del brote tan rápido y amplio de la plaga y elaborar planes destinados a controlarla de la mejor manera posible. Así que a pesar de las diferencias políticas, una serie de países, entre ellos Estados Unidos, Japón, Rusia, Reino Unido, Francia, Italia, México y Alemania, enviaron a especialistas de sus más prestigiosos centros de investigación a la mencionada cita celebrada en la ciudad china de Shenyang. Según estimaciones, la conferencia contribuyó en gran medida al control de la peste de Manchuria para impedir que fuera una pandemia global y se convirtió en una gran lección para la humanidad sobre la importancia de la solidaridad y la cooperación internacional frente a las crisis.
Muchas personas creyeron que un evento similar al de 1911 hubiera podido ayudar al mundo a contener tempranamente el Covid-19. Lamentablemente, las divisiones y la polarización que vivimos hoy en día son mucho más graves que hace más de un siglo. Mientras, muchas naciones con pocos recursos, entre ellas varias profundamente hundidas en la guerra y la pobreza, buscan con locura la manera para protegerse de la epidemia, y las grandes potencias como Estados Unidos, China, Japón y los países clave en la Unión Europea no demuestran su debida atención y coordinación en la respuesta a la crisis, sino que compiten por suministros sanitarios y controlar la situación. La perspectiva de una conferencia internacional que reúna a los grandes expertos en la salud aún queda lejos.
No obstante, podemos estar esperanzados en un salvavidas posible para la humanidad gracias a la cooperación y la solidaridad internacional concretadas en iniciativas y acciones responsables de numerosos países, como las recientes reuniones virtuales de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) y entre esta agrupación con China, Corea del Sur y Japón para abordar medidas de respuesta al Covid-19. Los impactos expandidos de esos eventos presididos por Vietnam han sido reconocidos por la comunidad internacional y podrán motivar la cooperación y la solidaridad internacional en el enfrentamiento a esta crisis global.