El primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, interviene en la reunión. (Foto: Lai Hoa/VOV)

Según el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, hasta las 9 de la mañana de este viernes Bualoi había dejado 66 personas muertas o desaparecidas y más de 172.000 viviendas dañadas.

El campo figura entre los sectores más golpeados: unas 89.000 hectáreas de arroz y otros cultivos resultaron arrasadas, murieron más de 2.700 cabezas de ganado y aves de corral, y se registraron pérdidas en 17.000 hectáreas de acuicultura y en más de 50.000 de bosques.

Las infraestructuras también sufrieron un fuerte impacto, con más de 7.500 tramos de carreteras bloqueados por inundaciones y deslizamientos, además de daños en diques y canales. Cerca de 1.500 escuelas y 145 centros de salud quedaron afectados. El balance económico provisional supera los 15,8 billones de dongs (unos 600 millones de dólares).

Pham Minh Chinh recordó que, solo en septiembre, Vietnam sufrió cuatro tifones consecutivos, siendo Bualoi el más severo, con lluvias torrenciales que provocaron inundaciones a gran escala, crecidas súbitas y corrimientos de tierra.

En la reunión, el jefe de Gobierno instó a priorizar la localización de desaparecidos y la atención urgente a los heridos, así como la limpieza de escuelas y hospitales y la restauración de las redes de transporte, electricidad y agua.

Reafirmó, además, la necesidad de reactivar cuanto antes la producción y las actividades económicas, esenciales para sostener el crecimiento y asegurar la estabilidad material y anímica de la población.