(VOVWORLD) - En los caminos de tierra que conducen a las comunas fronterizas de la provincia meridional de Dong Nai se levantan nuevas viviendas sólidas. La presencia de los soldados de la guardia fronteriza junto a los pobladores trabajando refleja la estrecha vinculación entre el Ejército y el pueblo, que se fortalece día a día en la frontera del Sudeste vietnamita.
Conscientes de que cada habitante fronterizo constituye un “hito viviente”, la Guardia Fronteriza de Dong Nai, en coordinación con las autoridades y pobladores locales, ha logrado consolidar más de 258 kilómetros de frontera, no solo mediante mojones de cemento, sino también a través del desarrollo humano y socioeconómico.
 El soldado Sin Von (i.) limpia un hito fronterizo. (Foto: Thien Ly/VOV) |
En colaboración con los gobiernos locales, se han puesto en marcha diversos proyectos de desarrollo con una inversión estimada en millones de dólares. Destaca el Proyecto 811, orientado a crear “zonas residenciales junto a los puestos fronterizos”, que ha transformado por completo el paisaje de la región.
El Mando Militar provincial ha construido 245 viviendas distribuidas en 12 zonas residenciales que no solo garantizan la estabilidad de las familias locales, sino que también conforman un cinturón protector a lo largo de la frontera, fortaleciendo la defensa y el arraigo en estas áreas estratégicas.
En la comuna de Loc Hoa (antiguo distrito de Loc Ninh), el primer punto poblacional, iniciado en 2020, contaba con solo cinco casas de una planta, de 72 m2 cada una, con servicios básicos y parcelas agrícolas. Hoy son 48 viviendas que laten de vida y esperanza. Thi Tho, una mujer de 29 años, compartió: “Al vivir aquí nuestra vida ha mejorado bastante. Nuestra comunidad está unida y se ayuda mutuamente, y las fuerzas fronterizas colaboran con la población en el desarrollo económico. Antes vivíamos en una choza, ahora tenemos casas cómodas, televisión, refrigerador y olla arrocera eléctrica. La vida es estable y los niños pueden estudiar; estamos muy felices”.
 Las fuerzas fronterizas apoyan a los pobladores locales que viven en condiciones precarias. (Foto: Thien Ly/VOV) |
Además de construir casas y regalar ganado, los soldados acompañan a la población en cada temporada de cultivo. El movimiento “Tres Juntos” (comer, vivir y trabajar juntos) se ha convertido en una característica de los soldados, quienes están dispuestos a destinar parte de su salario para apoyar a familias en dificultades, entregan animales y semillas, y trabajan junto a ellas en los campos. Cada puesto fronterizo cuenta con pequeños modelos de agricultura que mejoran la vida y sirven como “aulas prácticas” para que los habitantes aprendan nuevas técnicas.
Nguyen Thi Hong Khanh, de Dac O, compartió emocionada: “Los soldados de la guardia fronteriza nos dieron una vaca para desarrollar nuestra economía. Tras un año, tuvo cría. Estamos muy contentos, pues hemos superado dificultades y progresado económicamente, aunque no tengamos tierras de cultivo”.
Durante más de 10 años, las fuerzas fronterizas de Dong Nai han desplegado con eficacia los programas “Acompañando al niño a la escuela” e “Hijos adoptivos del puesto fronterizo”, los cuales permiten a cientos de estudiantes de minorías étnicas continuar sus estudios.
 Un soldado impartiendo clase a un niño adoptado por el puesto de guardia fronteriza. (Foto: Guardia Fronteriza de la provincia de Dong Nai) |
Actualmente, los soldados apadrinan a 8 estudiantes y apoyan a otros 118, de los cuales 9 son de origen camboyano. Muchos ya se han graduado de la universidad y regresan a servir a sus comunidades. Nguyen Sang, estudiante de 7º grado en la Escuela Secundaria Thien Hung B, huérfano de padre y madre, dijo: "Agradezco a los soldados de la guardia fronteriza por cuidarme durante estos 10 años. Prometo ser un buen hijo, un buen estudiante y merecer su atención y cuidado”.
Gracias a la colaboración entre el gobierno local y los soldados de Dong Nai, la vida de los residentes en la frontera mejora día a día. La comunidad, consciente de su responsabilidad, considera los límites y mojones como “su hogar” y, junto a la fuerza fronteriza, patrulla, despeja senderos y reporta actividades sospechosas. Hasta ahora, 33 colectivos, 169 familias y más de 200 personas han firmado compromisos para proteger la frontera. Sin Von, de la comuna Hung Phuoc (antiguo distrito Bu Dop), afirmó: “Soldados fronterizos y pobladores locales trabajan juntos para proteger los mojones. Cuando los soldados patrullan, ellos colaboran; cuando no, los vecinos revisan y reportan cualquier situación. Nos sentimos felices de apoyar a los soldados, es nuestra responsabilidad”.
 El alumno Nguyen Sang recibe regalos de la Guardia Fronteriza con motivo del Festival del Medio Otoño de 2025. (Foto: Thien Ly/VOV) |
El Coronel Nguyen Anh Duc, jefe de la Guardia Fronteriza de Dong Nai, señaló que el trabajo de movilización de masas es la “llave de oro” para consolidar la defensa nacional basada en la confianza del pueblo. “Hemos coordinado con los gobiernos locales para apoyar a las familias necesitadas, fomentar el desarrollo socioeconómico, y aprovechar el respaldo de las personas prestigiosas y dignatarios religiosos para difundir leyes y políticas del Estado al pueblo”.
Desde la construcción de viviendas, la donación de ganado y la entrega de becas, hasta la realización de actividades comunitarias, las fuerzas de la guardia fronteriza han consolidado una “línea de defensa especial” basada en la confianza y el apoyo del pueblo, demostrando que la frontera no se protege solo con mojones, sino con compromiso y amor a la Patria.