(VOVWORLD) - Diego Del Valle Cortizas fundó la marca de moda Chula Fashion, ampliamente conocida en Vietnam desde hace cerca de 20 años. El renombre de este diseñador de nacionalidad española se debe a sus colecciones de moda de gran creatividad y originalidad, y también por el gran amor que profesó a la cultura vietnamita, el que se vio reflejado en los patrones y motivos de cada uno de los trajes que diseñó.
El diseñador Diego Chula en pinturas de compañeros y amigos. (Foto: VOV5)
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Los vietnamitas conocen a Diego Del Valle Cortizas por el nombre Diego Chula. Este viajó al territorio indochino por primera vez en 2003 para visitar brevemente a unos parientes. Inmediatamente, se enamoró de la cultura vietnamita y, especialmente, de la seda y los brocados de sus regiones montañosas. Sólo un año después, regresó a este país junto a su esposa, Laura, decididos a quedarse. Dejó su carrera de arquitectura para fundar la marca de moda Chula Fashion y vivió en Hanói hasta el último día de su vida.
Según este hombre nacido en 1972 en Madrid, sólo los vestidos le podían ayudar a transmitir todo su amor por Vietnam. Los trajes diseñados por Diego Chula tienen muy marcada la influencia de la arquitectura, y son de colores vistosos. Cada uno refleja el optimismo, el amor por la paz y especialmente, los valores tradicionales del pueblo vietnamita.
Por su amor a los materiales de seda y brocados, los aplicaba en renovadas túnicas del “Ao Dai”, vestidos y otros tipos de prendas. Sus colecciones fueron presentadas regularmente en las semanas de la Moda de Vietnam desde principios de 2010, lo que lo convirtió en el modista extranjero con mayor número de shows en este evento anual. Coco, asistente de Diego Chula, dijo lo siguiente de su colega: “Diego era un hombre ‘adicto’ al trabajo, siempre lleno de creatividad e iniciativas. Cuando se le ocurría alguna idea mientras iba conduciendo, paraba para hacer enseguida unos bosquejos de ella. O cuando pasaba por sitios bonitos, les sacaba bellas fotos y se centraba en buscar nuevas ideas. Enamorado de la cultura y sobre todo, de la cultura vietnamita, Diego dedicaba mucho tiempo a estudiarla de modo profundo, por lo que, a pesar de ser extranjero, era un conocedor de la cultura de este país. Por el amor tan grande a Vietnam, cualquier cosa que encontraba en esta tierra le emocionaba y le daba energía positiva, las cuales se reflejaban en los diseños que tanto fascinan a la gente”.
En la memoria de todos, Diego Chula era una persona cálida y amable. (Foto: VOV5)
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Diego tenía el sueño de llevar la marca Chula a más países del mundo como productos “Hechos en Vietnam”. Su amor por Vietnam se refleja en cada motivo de sus trajes, tales como viejas ventanillas, jaulas de aves, u hojas caídas del Hanói otoñal…
Lo auténtico de Vietnam está presente en las creaciones de Diego Chula, desde sus diseños de moda, obras arquitectónicas, trabajos públicos en los que participó, y hasta la música que tocó, la poesía que escribió y las obras pictóricas que creó. Cualquier material de Vietnam, por más sencillo que sea, encuentra su lugar en las colecciones del diseñador. Tal como la canción “Book me a ride” que compuso Diego. En esta pieza, habla de un Hanói con su río Rojo, su plato popular “bun cha” en los tenderetes de la acera, el té de limón y sus taxi-motos como algo muy cercano.
Otra cosa muy especial en los diseños de Chula Fashion es que fueron realizados por las hábiles manos de personas con discapacidades, a quienes Diego Chula consideraba amigos o miembros de su familia. El dueño de la marca de moda les ayudó a tener empleos estables en su taller de costura. Diego decía que: “Trabajar con personas discapacitadas es un honor. Creo que cada uno tiene sus propias potencialidades, sea quien sea. Yo estoy aquí y quiero transmitir mi amor por Vietnam”.
Por esta razón, en Chula Fashion, los empleados con impedimentos físicos no tienen que lidiar con sus complejos, ya que Diego les inspiró y les apoyó para que se realizaran en la vida. Una de estos trabajadores, Vu Thi Thuy, del servicio de corte de Chula Fashion, dijo: “Diego era muy bueno, amigable y cercano. Siempre nos dio estímulo de uno u otro modo. Nos alentó a vivir con energía positiva y optimismo, y a mostrar libremente todas las capacidades que tenemos. Decía: ‘Cualquier cosa hay que probar, tratar de hacerla, y evitar decir no a nada en este mundo’. Por eso, siempre estoy muy agradecida. Con su gran pasión, era como una locomotora, y nosotros, detrás de él, teníamos la motivación para cumplir de la mejor manera posible nuestras tareas como pudiéramos”.
Además de su pasión por la moda, Diego Chula participaba en muchas actividades comunitarias y aportó a Hanói varios proyectos artísticos de gran valor. A inicios de 2021, formó parte del proyecto de murales Phuc Tan en la orilla del río Rojo. El diseñador convirtió jaulas gallineras de tejido de bambú en pantallas para faros, añadiendo un impresionante toque artístico al camino que conduce al mercado nocturno de Long Bien, para la satisfacción de la gente local.
La muerte de Diego el pasado 13 de octubre tras un ataque al corazón conmovió a todos los suyos, y también a sus amigos y seguidores. Partió a otro mundo, dejando incompleta una colección de brocados para el programa por el Día Nacional de Vietnam, previsto para diciembre en la Exposición Universal de Dubái. Sin embargo, lo que contribuyó a Hanói, a la moda y a los que los rodeaban, se quedará para siempre, con gratas memorias sobre un español profundamente enamorado de Vietnam, su gente y su cultura.