(VOVWORLD) - En algunos países desarrollados, no es extraño encontrar a robots dando servicio en restaurantes, hoteles o aeropuertos. Sin embargo, en Vietnam apareció. Se trata de una cafetería llamada Robo Café, en la calle de Lac Trung, del distrito hanoyense de Hai Ba Trung. Inaugurado en diciembre de 2017, el lugar ha captado mucha atención de los ciudadanos, puesto que ahí hay un robot automático producido por sus dueños mismos que lleva bebidas a los clientes.
- “Hola, soy Mortar. ¡Bienvenidos!”
Un robot de 1,3 metros de altura y 40 kilogramos de peso saluda agradablemente, con un guiño y una sonrisa, a los clientes cuando entran por la puerta de la cafetería. Su carcasa es blanca y azul, mientras sus expresiones faciales son mostradas mediante una pantalla de 7 pulgadas colocada en lo que sería la cara.
El espacio de Robo Café se parece a una nave espacial (Foto: Quynh Mai/VOV5)
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Igualmente impresionante es la decoración del lugar, bajo el tema espacial. La habitación tiene una forma alargada. Al final hay una ventana grande de cristal con dirección a la calle. Las paredes están dibujadas con motivos abstractos de circuitos electrónicos, paneles de control y planetas, e iluminadas por lámparas de neón. Todos se parecen a una nave espacial. Hay un total 8 mesas cuya superficie tiene instalado un sistema de sensores infrarrojos que puede reconocer cuando algo la toca para encender las bombillas LED abajo. Compartiendo sobre la iniciativa de esta tienda, Nguyen Quoc Phi, uno de los tres dueños, dijo: “Soy azafato de vuelo así que viajo frecuentemente al extranjero. He encontrado muchos robots de servicio en lugares públicos en Japón, Corea del Sur o Francia. Son muy útiles así que me pregunté porqué no aplicaba ese modelo en Vietnam.”
Agregó que a él solo se le ocurrió la idea, mientras que todo el proceso de diseño, producción y operación del robot fue llevado a cabo por su hermano menor, Do Trung Thanh, ingeniero mecánico de la Corporación Panasonic. Junto con otros cinco amigos, Thanh dio nacimiento a Mortar después de nueve meses de trabajo incansable y con muchos desafíos. El chico compartió que el mayor fracaso que enfrentó fue cuando hacía la cubierta. Añadió lo siguiente: “Primero utilizamos la tecnología de impresión 3D para dar la apariencia del robot. Sin embargo, el producto no cumplía nuestras esperanzas de durabilidad, estética, tamaño y capacidad de operar en el entorno real. Fue la mayor pérdida financiera y de tiempo que sufrimos. Luego, tuvimos que optar por otra medida.”
El Robot Mortar, camarero especial de la cafetería (Foto: Quynh Mai/VOV5)
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El gasto total de la fabricación de Mortar es de más de 100 millones de dongs (4.500 dólares). Una vez finalizado, este camarero especial puede trabajar 16 horas continuas. En sus manos tiene una bandeja para poner las bebidas. Entretanto, los sensores debajo de sus pies le ayudan a seguir las cintas adhesivas de aluminio en el suelo para llegar a la mesa elegida anteriormente.
- “Aquí están sus bebidas. ¡Gracias y disfrútenlas!”
Después, Mortar volverá a su posición inicial. Además de ser capaz de moverse, el robot puede evitar obstáculos gritando “agua hirviendo, agua hirviendo, ceda el paso”. Tan amable y encantador, Mortar rápidamente ha conquistado el corazón de muchos jóvenes. Bui Thanh Chau, de 21 años de edad y estudiante de la Universidad Nacional de Ingeniería Civil, expresó: “Conocí esta cafetería por casualidad. Entonces, me impresionó mucho por haber un robot que sirve las bebidas. Volveré más veces para enseñársela a mis amigos.”
Al lado de los adolescentes curiosos, muchos padres también prestan atención a este nuevo modelo y llevan a sus hijos al lugar para que contemplen y jueguen directamente con el robot. Nguyen Ngoc Trung, de 9 años de edad, contó con alegría: “¡Me encanta! Mortar puede guiñar, sonreír y hablar, como un humano real. Cuando crezca, voy a crear un robot más moderno que él.”
No solo Trung, muchos niños también comparten esa ilusión. De esta manera, Robo Café celebró recientemente una clase para menores en la cual aprendieron todas las etapas para crear un robot simple, incluidas la diferencia de los tipos de componente discreto y la programación e instalación de los circuitos electrónicos. Por lo general, los alumnos tenían al menos 12 años de edad, pero también había algunos de solo 8, con un nivel bueno inglés y conocimientos de informática. El profesor de la clase es Do Trung Thanh, quien manifestó lo siguiente: “A través de esta actividad, quiero ayudarles a saber aplicar lo que aprenden en la escuela en la vida, tales como los conocimientos de química o física. Asimismo, espero estimularles a crear un producto por sí mismos e inspirarles el amor hacia la robótica.”
Actualmente, Phi y Thanh están fabricando un segundo robot con el fin de satisfacer las crecientes demandas de la clientela. En la actual coyuntura de la cuarta Revolución Industrial, su cafetería, Robo Café, es una evidencia de la creatividad y la capacidad de integrarse internacionalmente de los jóvenes vietnamitas en poner los avances tecnológicos al servicio de la vida diaria.