Una mujer que no cesa de dar amparo y formar oficios a jóvenes discapacitados

(VOVWORLD) - Nacida en 1962 y fundadora de un Centro de Formación profesional humanitario en las afueras de Hanói, Doan Thi Hoa ha destinado 17 años a amparar y enseñar oficios a jóvenes con discapacidades. A la fecha de hoy esta mujer ha dado cariño y esperanza a más de 500 desfavorecidos.
Una mujer que no cesa de dar amparo y formar oficios a jóvenes discapacitados - ảnh 1Doan Thi Hoa, fundadora del Centro de Formación profesional humanitario Quynh Hoa. (Foto: Vietnam+)

En una sala espaciosa y abierta, con muchos diplomas y fotos colgados de la pared, cursillistas están enfrascados en elaborar pinturas y animales con papeles. Sus manos manejan con rapidez y destreza los trozos de papel para crear hermosos productos artesanales. A primera vista es difícil saber que tienen impedimentos físicos y que varios de ellos enfrentan limitaciones mentales.

Para Le Trang, una muchacha de 29 años y con discapacidad desde su nacimiento, la comunicación es su mayor obstáculo. Pero a cambio, sus manos son muy hábiles.

“Los estudios aquí me parecen muy divertidos. Este lugar es como otro hogar para mí. La madre Hoa y otros muchachos me han ayudado mucho”, expresó Trang.

La madre Hoa, que con cariño nombran Trang, creó el Centro Humanitario Quynh Hoa en 2007 y al principio, con 10 máquinas de coser, enseñaba la costura a jóvenes con discapacidades. La devota mujer tuvo que aprender diversas profesiones para después enseñarles a quienes confían en ella. Al final sacó la conclusión de que de los 20 oficios que se han enseñado en el centro la artesanía con el papel es la más conveniente para las condiciones de salud de sus estudiantes. Aunque, como admitió Hoa, esta labor requiere mucha paciencia.

“Es difícil enseñar a las personas saludables, pero es cien veces más difícil enseñar a los que padecen discapacidades. Uno tiene que tener mucha paciencia y dedicación para cumplir con esta tarea”.

La mayor inquietud de la “madre Hoa” es encontrar un empleo estable para cada uno de los estudiantes del centro, una vez que termine la formación vocacional en el centro.

La mujer manifestó: “Encontrar un trabajo es todo un gran reto para las personas con discapacidades. Numerosos de nuestros estudiantes van a instalaciones de producción en busca de empleos, pero tienen que regresar a casa tras recibir una respuesta negativa. Espero que el Estado adopte políticas preferenciales y acuda a los centros de apoyo a los discapacitados para poder ayudar a más personas de este sector poblacional”.

Una mujer que no cesa de dar amparo y formar oficios a jóvenes discapacitados - ảnh 2Jóvenes con discapacidad del centro enfrascados en su trabajo. (Foto: Vietnam+)

Lo que ha hecho Doan Thi Hoa para la causa humanitaria ha tocado el corazón de muchos vecinos, especialmente los progenitores de las chicas y los chicos con discapacidad.

“Lo que más me impresionó fue cuando la señora Hoa vendió su manada de cerdos para conseguir dinero destinado al cuidado y la formación de los muchachos y abrió este centro”, dijo un padre.

“Gracias a la guía entusiasta del Centro Quynh Hoa, veo un crecimiento claro de los jóvenes. En primer lugar, tienen una vida más disciplinada. En segundo lugar, son capaces de crear productos comercializables”, expresó otro.

Más allá de brindar a los jóvenes discapacitados una profesión, la mujer de 62 años de edad y con el corazón de oro ha dado un entorno de aprendizaje y de vida que los ayuda a sentirse seguros y confiados en sí mismos. También se convirtió en la casamentera de 23 parejas del centro. Esa es la verdadera felicidad de su fundadora.

“Aquí los jóvenes hacen amistades, practican profesiones y reciben la atención de organizaciones sociales que los visitan. Se sienten cómodos y felices. Varias parejas se conocieron en el centro y se casaron. Unos tienen dos hijos varones, otros, dos hijas. Hay también los que dieron a luz tanto varón como hembra. Son niños hermosos e inteligentes que sacan muy buenas calificaciones en la escuela”, dijo Hoa.

Tras 17 años de funcionamiento, unos 500 jóvenes discapacitados se graduaron del centro de enseñanza vocacional humanitario Quynh Hoa y 23 parejas contrajeron matrimonio y viven felices. Su fundadora, la “madre Hoa” sigue trabajando con la misma abnegación y entusiasmo de siempre, para brindar un dulce hogar a más personas con impedimentos físicos. Ese apodo sencillo plasma todo el cariño y la gratitud de sus “hijos” hacia ella.  

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