Visitamos esta clase especial en el número 30 de la calle de Nguyen Hong, distrito de Dong Da, Hanói, a las 4 de la tarde, cuando la sesión de dibujo de bodegones en acuarela había comenzado hacia una hora. En un espacio de aproximadamente 30 metros cuadrados, lleno de lienzos y paletas de colores, un joven instructor explicaba en detalle sobre la estructura de un cuadro y la combinación de colores. Alrededor de la mesa rectangular, los practicantes canosos escuchaban atentamente, y luego daban con avidez las primeras pinceladas.

Los participantes de mayor edad de la clase prestan atención a las instrucciones de los guías.

Lo interesante de esta clase es que es solo para estudiantes mayores de 45 años, la edad considerada “la tarde de la vida”. Regularmente los lunes, miércoles y viernes, de las 3 a las 5 y media de la tarde, la clase está abierta a sus estudiantes especiales, el mayor de ellos tiene 75 años. Cada sesión vale 200 mil dongs (más de 9 dólares) y cubre muchos temas diferentes como retratos, paisajes, etc.

Nguyen Quynh Hoa, una nueva estudiante de 54 años, estaba muy interesada en las actividades de la clase.

“Ya he estado en algunas sesiones. Me gustaba dibujar, pero no tenía tiempo para estudiar. Ahora tengo más tiempo libre, así que quiero satisfacer mi deseo. Aquí puedo pintar sin preocupaciones y me siento muy feliz”, Hoa compartió.

La idea sobre una clase especial para mayores fue materializada por Le Dang Ninh, dueño del estudio de dibujo de “Atelier” en Hanói desde finales de 2017 y hasta ahora ha atraído a una gran cantidad de participantes que son ancianos, jubilados, amas de casa e incluso aquellos que aún están trabajando. Aquí, no les importa dibujar bien o mal, el objetivo principal es crear un espacio cultural para mejorar la calidad de la vida espiritual de las personas de la tercera edad, como compartió Ninh:

“Quiero que los adultos mayores puedan mantener la alegría de vivir, porque sé que muchos a menudo se encuentran frente al vacío o puntos muertos en su vida. Además de actividades como el yoga, la meditación o la natación, creo que el arte también ayuda a mantener la salud y a difundir la alegría de vivir”.

Un anciano está dibujando su cuadro de paisaje.

El ambiente de la clase es relajante. Los estudiantes intercambian abiertamente sobre las pinturas creadas.

 “Aquí agrego un poco de blanco”

 “Cuando pintas olas, creo que debes hacerlo así para que parezcan más realista”.

 “Al dibujar niños, el cabello rizado les da un aspecto más inocente”.

En esta clase especial, los mayores aprenden a dividir la composición y usar materiales como plomo, seda, acrílico y acuarelas, así como a resaltar la línea y colorear los dibujos. Bajo la guía de los instructores saben a mezclar colores y usar pinceles para crear su propia pintura. Al principio se mostraron incómodos y torpes, pero después de unas pocas sesiones, gracias a la entusiasta guía de los instructores muchos pueden dibujar autorretratos, retratos de sus hijos y nietos y paisajes.

Las obras completas

Al trazar una palmera suavemente sobre el lienzo, la señora Nguyen Le Chi, de 68 años, residente en el distrito de Cau Giay, Hanói, dijo: “Dibujar es una sensación muy relajante y cuando lo haces, no tienes que preocuparte por otras cosas en la vida sino solo concentrarte en tu pintura, tu mente está muy relajada. Después de tres lecciones aquí, hoy puedo dibujar a mi nieto y cuando lo pinto, siento muchas emociones y quiero hacerlo de la mejor manera posible”.

Otro estudiante de la clase, el señor Nguyen Lap, dijo mientras coloreaba un paisaje rural: “Estoy dibujando una escena rural con un río, campos, bambús, casas pequeñas, una vista muy familiar de mi juventud”.

No se limitan dentro del espacio del aula, los estudiantes también participan en picnics o en exposiciones. Estas actividades parecen hacerles olvidar su edad y tener más alegría de vivir.