(VOVWORLD) - ¿Alguna vez has entrado en una cafetería sin wifi, sin aire acondicionado, sin agua y donde, además, se recomienda no hacer demasiadas fotos, en pleno corazón de Hanói, una ciudad repleta de locales atractivos? A pesar de ir a contracorriente, Reng Café mantiene un lugar especial en el corazón de los amantes del café de la capital vietnamita. Diferente, pero con encanto, así es Reng.
La sencilla cafetería Reng vista desde la puerta. (Foto: Tung Lam/VOV) |
Ubicada en un estrecho callejón de la calle Ly Nam De, la cafetería presenta un aspecto rústico: una puerta de madera pintada de blanco en armonía con las antiguas calles de los alrededores. No hay rótulo luminoso, solo un discreto tablero con el nombre del local y sus horarios de apertura y cierre.
Reng cuenta con dos plantas y una superficie de apenas 20 metros cuadrados, con espacio suficiente para unos quince visitantes. Sus asientos son sillas de plástico blanco acompañadas de mesas de madera sobre un suelo de baldosas de cerámica oscura, de estilo clásico.
Para pedir café, los clientes deben subir a la segunda planta, donde Nguyen Duy Bieu, su esposa y su hermano preparan las bebidas. Después, esperan a que la taza baje a la planta baja. Este curioso procedimiento se complementa con normas poco habituales: hablar en voz baja, no tomar fotos y disfrutar del café en silencio. Más sorprendente aún es la ausencia de agua potable y wifi.
Al explicar estas reglas, Nguyen Duy Bieu comentó: “Quería crear un espacio en el que el café fuera lo primero. Mi idea era que los clientes se concentraran en disfrutar de su café sin distracciones. Por eso aquí no hay wifi. Solo servimos una cosa: café. Vienes aquí por café, nada más. Y la falta de agua potable se debe a que somos solo tres camareros, y si servimos agua hay que lavar los vasos después, lo que genera más trabajo”.
El propietario, Nguyen Duy Bieu, prepara café para los clientes. (Foto: Tung Lam/VOV) |
En sus inicios, Reng fue una cafetería ambulante. En aquella época, su dueño recorría en bicicleta el casco antiguo de Hanói para vender café. El nombre del local se inspira en el sonido de la bocina de esa bicicleta.
Según Bieu, la gente acude a Reng porque ofrece uno de los menús más interesantes de Hanói. El establecimiento utiliza café arábica puro de Da Lat, un grano que, según él, representa apenas tres quintas partes del arábica consumido en el mundo. Los precios también son muy asequibles: entre 30.000 y 40.000 dongs (de 1,14 a 1,52 dólares) por taza.
El café de Reng se prepara principalmente con máquina de espresso y distintos niveles de tueste: claro, medio, oscuro y extra oscuro. Antes solo se ofrecían dos tipos: vienés e italiano. Además de espressos clásicos como latte o cappuccino, la especialidad de la casa es el “Ba Na”. En lugar de mezclar miel con leche condensada, como en un latte, utiliza crema fresca Anchor con un poco de leche condensada, lo que le da un sabor más intenso.
Sería un error pensar que, debido a sus estrictas normas, Reng carece de clientes. Aunque no siempre está lleno, nunca faltan visitantes que entran y salen cada día. La mayoría son habituales: suben en silencio a la segunda planta a pedir, bajan con su taza a la primera y disfrutan del café sin hablar. Quienes desean fumar o conversar por teléfono salen al exterior.
Uno de ellos, Dang Hong Quan, comentó: “Para los amantes del café como yo, Reng es un lugar muy especial. Soy cliente habitual desde hace dos años porque la calidad del café aquí es excepcional: más fuerte y más puro, distinto al de las cafeterías callejeras”.
Para Hoang Quynh Anh, oficinista en la calle Ly Nam De, Reng es un refugio perfecto para desconectar.
“A diferencia de la mayoría, yo busco un lugar tranquilo para disfrutar de un café y concentrarme en leer o trabajar sin interrupciones. Reng me conquista con su delicioso café y su atmósfera sosegada, por eso es mi cafetería favorita en Hanói”, dijo Hoang Anh.
Un café Latte al estilo de Reng. (Foto: Tung Lam/VOV) |
Claro que no todos los clientes logran adaptarse a este estilo, como reconoce Nguyen Duy Bieu: “También hay clientes que no se acomodan al estilo de Reng. Muchos están habituados al bullicio de las cafeterías típicas de Hanói y hablan en voz alta. En esos casos, debo recordarles que, si no siguen las reglas, no pueden quedarse. A muchos les resulta incómodo y no vuelven más”.
Aun así, Bieu asegura que Reng no cambiará su manera de funcionar y continuará sirviendo café arábica puro de Da Lat. Confía en que los clientes aprecien y respeten esta filosofía, convencido de que, si comprenden el mensaje de Reng sobre la calidad del café, valorarán su trabajo y amarán cada vez más la cafetería.
Si te apasiona el café y visitas Hanói, ¿por qué no acercarte a Reng y disfrutar de una taza con un sabor especial en un espacio único?