(VOVWORLD) - Grave y enigmático, el Ki pah es un símbolo cultural con el que la etnia Ede de Tay Nguyen (Altiplanicie Central) se comunica con lo divino y guía sus rituales más sagrados. No bulle como el gong ni canta como la flauta: suena profundo, resonante, como si llevara en su aliento el eco de la tierra, los árboles y el viento. Su timbre, majestuoso y salvaje, se expande con fuerza por la selva.
El artesano Y-Dak Nie con el instrumento musical Ki pah. (Foto: H Zawut Bya/VOV) |
Este instrumento se fabrica a partir del cuerno de un búfalo macho adulto, animal vinculado al trabajo, la vida cotidiana y la espiritualidad de los Ede. En su lengua, ki significa "cuerno" y pah, "golpear". Para modular el sonido, el intérprete cierra o abre con el pulgar izquierdo la punta del cuerno, mientras golpea la base ancha con la mano derecha, generando un eco que se proyecta a la distancia.
La creación de un Ki pah exige un proceso minucioso y lleno de saberes ancestrales. El artesano debe elegir un cuerno grande, firme y sin fisuras, limpiarlo a fondo, vaciarlo y darle forma.
El maestro artesano Y-Dak Nie (Ae H’Nham), de la aldea de Sut Mdung (comuna de Cu Sue, distrito de Cu M’Gar, provincia de Dak Lak), explica que el secreto del sonido está en la lengüeta, elaborada en bambú o madera, y colocada en la boquilla del instrumento.
“Cuando era niño, veía a los ancianos tomar un trozo de raíz del bosque para la boquilla y bambú para la lengüeta, unidas al cuerno con cera de abejas. Antiguamente, solo se podía tocar el ‘Ki pah’ en los campos; estaba prohibido hacerlo dentro del poblado. Hoy enseñamos a nuestros hijos y nietos a tocarlo, como esfuerzo por conservar esta tradición”, manifestó.
Y-Du Eban interpreta Ki pah en el Buró de VOV en las Tierras Altas Centrales. (Foto: H Zawut Bya/VOV) |
Debido a su gran potencia sonora, el Ki pah se utilizaba en el pasado para emitir órdenes de combate o espantar animales salvajes. En las ceremonias de ofrenda al elefante, su sonido sirve como súplica a las deidades por la paz, la salud y la prosperidad de la comunidad. También se emplea para reunir a los aldeanos, anunciar la llegada de huéspedes importantes o alertar sobre peligros procedentes del bosque.
El maestro Y-Du Eban (Ama Dam), también residente en Sut Mdung, recordó: “Escuché a los ancianos decir que en el pasado solo se tocaba el ‘Ki pah’ en dos ocasiones profundamente sagradas. La primera, en los funerales del miembro más adinerado del poblado, si fallecía tras los 70 años, ceremonia que incluía el sacrificio de un búfalo. La segunda, durante la elaboración del banco kpan (un banco largo tradicional de las casas sobre pilotes), donde se realizaban ofrendas y festejos durante un mes. En el cortejo de traslado del banco, se soplaba el ‘Ki pah’ como anuncio y señal de alegría colectiva”.
Sin embargo, la urbanización ha reducido los espacios donde puede escucharse este sonido sagrado, y los artesanos escasean cada vez más. La técnica tradicional está en riesgo de desaparecer. Así lo advierte el maestro Y-Trinh Eban (Ae Yuom), también de Sut Mdung.
“Hacer un ‘Ki pah’ es muy difícil. Solo los ancianos que lo conocen a fondo pueden fabricarlo. Los jóvenes no saben cómo hacerlo. En nuestra aldea, ya no queda nadie que lo elabore, y en otras, quizá solo unas pocas personas. Hoy lo usamos de forma ocasional en festivales o para mostrarlo a los turistas”, afirmó.
A pesar de las dificultades, los artesanos Ede siguen esforzándose por conservar este instrumento, no solo como objeto musical, sino como parte viva de su historia, su espiritualidad y su identidad cultural. Mientras resuene el Ki pah, seguirán contándose las historias del bosque y de un pueblo que habla con los dioses a través del viento.