(VOVworld) – En su proceso de roturar la tierra y asentarse en el delta del río Mekong en la región meridional de Vietnam, los jemeres llevan consigo el legado cultural de Angkor y la civilización del cultivo de arroz acuático, además de asimilar costumbres de los grupos étnicos Hoa (chino) y cham establecidos en el lugar, enriqueciendo así su muy peculiar acervo cultural. Esta comunidad dispone de diversos instrumentos musicales muy originales, entre ellos se destaca el juego de cinco tonos llamado “ngu am”.
El espacio cultural muy particular de la música "ngu am" de los jemeres residentes en el sur de Vietnam
|
“Ngu am”, o Phlieng Pinpeat en idioma jemer, es un conjunto de instrumentos musicales compuesto por 5 grupos de materiales: bronce, hierro, madera, cuero y viento. Los tonos creados por estos instrumentos tienen un gran volumen y esta música se suele interpretar en los rituales religiosos celebrados por las pagodas o en las festividades importantes de la comunidad.
No se exagera al decir que la música “ngu am” es la voz del alma de los jemeres dirigida a sus deidades, la naturaleza y sus prójimos. Casi todas las pagodas jemeres cuentan con una orquesta tradicional, que anteriormente se presentaba solo en las grandes ceremonias religiosas en pagodas, pero que ahora extiende su ámbito de servicio hasta las fiestas comunitarias. El señor Ly Danh, en la ciudad de Soc Trang, informó:
“Gracias a la inversión del Estado, la vida del pueblo mejora y cada aldea establece un conjunto capaz de tocar los instrumentos de “ngu am” para su propio disfrute. Ahora cada vez que se celebra alguna fiesta en nuestra aldea para pedir la bendición del Buda o rendir homenaje a los antepasados, ya no tenemos que recurrir a otras localidades. Además, se han abierto clubes para enseñar la música tradicional a los jóvenes de forma gratuita. Quien lo ama puede aprenderlo, pero también es difícil interpretar esta música”.
Un instrumentista toca el juego de gongs Cuong-tuoch en la regata tradicional "ghe ngo"
|
Entre los instrumentos integrados en el “ngu am”, el Roneat-ek, compuesto por 26 tablillas de madera o bambú rectangulares unidas, es el principal, pues marca el ritmo del concierto. Se incluyen otro instrumento similar pero de menor tamaño y con menos tablillas, denominado Roneat-thung, además de los gongs Cuong-tuoch y Cuong-thom, y un par de tambores grandes. Normalmente son instrumentos necesarios para formar la orquesta “ngu am”. Esta música no solo refleja de modo profundo las melodías antiguas, sino los ritmos populares y las nuevas obras musicales de los jemeres.
No es nada fácil tocar el “ngu am”. Los instrumentistas no solo deben dominar las técnicas de tocarlos y tener conocimientos básicos acerca de la música jemer, sino que además deben bañarse en la cultura autóctona para poder transmitir a la audiencia el ritmo, el alma y la belleza de la cultura jemer. El artesano Ly Phat, también radicado en la ciudad de Soc Trang, es uno de los pocos fabricantes de estos instrumentos que quedan en la localidad. Al respecto comentó:
“Desde hace 20 años me dedico a la fabricación de los instrumentos “ngu am”. Dominé las técnicas cuando tenía 15 años de edad. A principios mis productos no eran muy buenos, pero poco a poco he perfeccionado mis habilidades aprendiendo de los artesanos experimentados. Así hago los instrumentos más bonitos y de buena calidad. Pero en este oficio, uno debe saber tocar los instrumentos para poder crearlos.”
Jóvenes jemeres en una clase de la música tradicional
|
Actualmente, cada pagoda jemer abre un club para enseñar a los niños y jóvenes interesados a tocar instrumentos musicales tradicionales. En la pagoda Doi, en Soc Trang, Lam Quyet Thang está enfrascado en el ensayo de los ritmos folclóricos con uno de los instrumentos “ngu am”. El joven nos contó :
“Comencé a estudiar la música “ngu am” luego de una visita hace tres años a la pagoda de mi localidad. Al principio me parecía muy difícil, pero he hecho muchos esfuerzos para seguir las instrucciones. Ya mis manos se han acostumbrado a los instrumentos y ahora me resulta más cómodo tocarlos.”
La música “ngu am” es considerada una herencia invaluable de la etnia jemer en la Cochinchina, y su orquesta de cinco tonos simboliza el espacio cultural original y el alma de los jemeres, ejerciendo influencias muy profundas en su vida espiritual.