(VOVworld) – Las pinturas de culto de las diferentes etnias de la región norteña de Vietnam están vinculadas con la religión y creencias relacionadas con el Budismo y Taoísmo, pero al mismo tiempo, mantienen la originalidad artística de sus respectivas comunidades. Cada grupo aborigen cuenta con sus propios rasgos pictóricos, lo que se refleja en los dibujos, la coloración y el número de creaciones de un juego.

Pintura de culto de las etnias Tay y Thai

En la región montañosa del norte de Vietnam habitan compatriotas de las etnias Tay, Nung, Dao, Cao Lan y San Diu, quienes tienen la costumbre de colocar en su casa pinturas de culto para las ocasiones rituales. Entre las comunidades aborígenes que logran preservar el mayor número de dicho género pictórico, resaltan las de Tay y Dao. De acuerdo con el pintor Nguyen Manh Duc, las pinturas de estos grupos étnicos sirven para guardar las almas de los muertos y enseñar a los vivos a llevar una buena vida para su propia salvación. Las creaciones se dividen en dos categorías, la de maestría para instruir a la gente a hacer lo bueno y la de disuasión para mostrar las sanciones que sufrirían las personas en el infierno si cometen delitos en el mundo secular. Hasta la fecha, la mayoría de las pinturas de veneración se preservan en el Museo de Bellas Artes de Vietnam, elaboradas principalmente por artistas del barrio de Hang Trong. Según Nguyen Manh Duc, esta es una de las tres fuentes de creación del producto. “Las pinturas de culto de la región montañosa se origina de las creaciones similares de Hang Trong. Antaño, este barrio se especializaba en elaborar este producto y lo vendía en grandes cantidades a compatriotas, principalmente de la etnia Tay en la región montañosa al norte del país. Otra fuente de producción son los propios étnicos, quienes reutilizan las creaciones provenientes de la zona llanera con materiales vegetales para dibujar y colorar las obras. Esta técnica resalta por su diversidad creativa mientras la ingenuidad de los dibujos ha ayudado a la pintura de veneración a ganar popularidad”.

Mientras el artista, Le Dinh Nghien, evaluó que los pintores del barrio de Hang Trong han creado la espiritualidad de las obras de veneración. El único heredero de la pintura de Hang Trong reveló: “Con una pluma, dibujamos una raya lateral, presionamos suavemente el instrumento y así podemos reflejar la sonrisa del Buda. El arte de combinar la acuarela y aplicar el color sin agua, nos permite describir su rostro honrado. Esta técnica es única y no se confunde con ningún otro género pictórico en el mundo, incluidas las creaciones de Corea del Sur, China y Japón”.

Obra pictórica de veneración del grupo aborigen de San Diu

Las pinturas de veneración elaboradas por los étnicos evidencian su pensamiento sobre la vida cotidiana. Aunque los dibujos son ingenuos, destacan el alma de cada trabajo. Para crear una obra, los artistas tienen que cumplir un proceso muy estricto. En cuanto al tema, el pintor Nguyen Manh Duc dijo: “Los que dibujan pinturas de culto deben ser pintores calificados. Antes de crear una obra, ellos viven aislados de su familia durante un tiempo en una habitación privada. En su opinión, para comenzar el trabajo, tienen que mantener la pureza sin ningún vínculo con la vida cotidiana. Ya que esta labor es considerada un rito, los pintores trabajan con todo su amor y dedicación”.

A diferencia de las creaciones de Dong Ho, Hang Trong y Kim Hoang, en las actividades cotidianas, los étnicos del norte de Vietnam no usan pinturas de culto para decorar sus viviendas. Al respecto, el pintor Nguyen Manh Duc dio a conocer: “Las pinturas de veneración no sirven para decorar la casa, sino para ocasiones especiales como funerales y rituales tradicionales. Aunque no se cuelgan estas obras en la pared, se usan ampliamente en la comunidad gracias a su sencillez en la vida social. Con el transcurso de tiempo, muchos productos envejecen por las cenizas de inciensos o manchas de aceite adherentes a la superficie, marcando las huellas de la vida cotidiana. Mientras las pinturas decorativas no se usan más cuando se rasgan, las de culto serán recuperadas para preservar su santidad, destacando la singularidad de este género pictórico”.

Las pinturas de veneración satisfacen la necesidad espiritual de los étnicos en las áreas montañosas del norte de Vietnam por lo que tienen matices vivos y profundos con los colores rojo, azul turquesa, blanco y amarillo. Cada obra se conserva cuidadosamente, razón por la cual mantiene los rasgos arraigados de sus respectivas culturas hasta hoy en día.