(VOVWORLD) - Los líderes del grupo de las siete principales economías industrializadas (G7) celebrarán el 20 de febrero su Cumbre de forma virtual. Esta será la primera conferencia del G7, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, desde abril de 2020, y también el primer evento internacional importante en el que participa el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden. En el contexto de la pandemia del covid-19 que continúa propagándose e impactando fuertemente a escala global, esta cita, además de muchas expectativas, generará grandes presiones.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. (Foto: AFP/VNA) |
Según analistas, la mayor misión y desafío de la Cumbre del G7 constituye la lucha contra la pandemia del covid-19, cuyo impacto se extiende a escala mundial y dificulta el proceso de recuperación de la economía.
Misión
Una semana antes del evento, la Casa Blanca emitió un comunicado en el cual indicó que la Cumbre del G7 sería una buena oportunidad para que Joe Biden, junto con los líderes de los demás países miembros del bloque, debatiesen los planes de respuesta a la pandemia y buscasen medidas favorables al proceso de restauración de la economía mundial, que actualmente se ve muy afectada por este flagelo.
En consecuencia, los deliberaciones se centrarán en cómo impulsar globalmente la producción y distribución de vacunas anticovid-19, y mantener los esfuerzos de colaboración contra la actual amenaza a través del mejoramiento de la capacidad nacional y el establecimiento de un fondo de seguridad sanitaria para la prevención de epidemias.
Al mismo tiempo, los líderes mundiales intercambiarán sobre sus políticas económicas, que animan a los países miembros del grupo a acelerar la recuperación económica y proponer otras medidas favorables a un desarrollo común.
Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, país presidente de la Cumbre del G7 en 2021. (Foto: Reuters) |
Por su parte, Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, país que asume el cargo de presidente del G7 en 2021, enfatizó que en la agenda de la Cumbre de este año se debatirán las soluciones a los desafíos que enfrenta el mundo, incluidos el despliegue de un programa universal de vacunación contra el covid-19, el enfrentamiento al cambio climático y la búsqueda de una recuperación económica después de la crisis sanitaria.
Johnson pidió al G7 adoptar un enfoque global sobre la respuesta a la pandemia. También propuso diseñar un sistema de alerta temprana, destinado a poner fin “al nacionalismo y la división política” que han socavado los esfuerzos para contener la propagación de la enfermedad.
El dirigente prometió que Londres aprovechará el papel de presidente del grupo para promover el consenso en una recuperación económica posterior a la pandemia, hacia la sostenibilidad y el libre comercio.
Anteriormente, durante la reunión efectuada el pasado 12 de febrero, los funcionarios de Finanzas del G7 también analizaron las medidas de cooperación para resolver las dificultades económicas provocadas por el covid-19. Después de la cita, el ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, dijo que los delegados abordaron los pilares de las políticas macroeconómicas para poder minimizar los impactos de la pandemia, así como apoyar a los países de bajos ingresos en la reducción de la deuda.
Presiones y desafíos
Para lograr los objetivos establecidos, el G7 debe fortalecer la solidaridad y lograr el consenso entre los países miembros. Sin embargo, según expertos, esta es una tarea difícil porque, de hecho, existe una división significativa dentro de los siete principales países industrializados del mundo especialmente en los planes de acción.
Un ejemplo de ello es la oposición del primer ministro japonés, Suga Yoshihide, a la propuesta de su homólogo británico Boris Johnson de fortalecer aún más el papel de los Estados invitados a este foro y firmar con ellos la “Carta de la Sociedad Abierta”.
Según el Gobierno japonés, el objetivo de la Cumbre de este año es promover una reconstrucción interna, y no busca “institucionalizar” las relaciones con los países invitados. Otros territorios integrantes europeos, como Francia, Italia y Alemania, también han expresado opiniones similares.
Durante mucho tiempo, la presencia de los países invitados en la Cumbre del G7 se ha considerado como una práctica tradicional realizada por las naciones de acogida, pero su función y contribución en estos eventos han sido significativamente limitadas.
Por lo tanto, algunos diplomáticos del bloque acusaron al Reino Unido de tratar de “ir por la puerta trasera” para “dar forma” a la estructura del G7. Mientras tanto, diplomáticos europeos advirtieron que la medida de Londres corría el riesgo de poner al grupo en una confrontación con China y otros países, algo que los integrantes del G7 estaban tratando de evitar. Este intento se fortalece especialmente después de que no lograsen evitar que el expresidente estadounidense, Donald Trump, hiciera lo mismo.