Deportación por Turquía de combatientes del Estado Islámico: una tarea espinosa

(VOVWORLD) - Turquía continuó deportando este 14 de noviembre a supuestos combatientes del autoproclamado Estado Islámico detenidos recientemente por Ankara en el noreste de Siria. Se trata de la segunda fase de tal labor iniciada este lunes. Numerosos de estos reclusos provienen de Europa. La actitud determinante de Turquía al respecto inquieta a muchos países del Viejo Continente y aumenta la tensión entre las dos partes.
Deportación por Turquía de combatientes del Estado Islámico: una tarea espinosa - ảnh 1 Un combatiente extranjero afialiado al Estado Islámico en Siria en 2014. (Foto: AFP)

Turquía estima que Europa le está pidiendo encargarse de los refugiados sirios, incluidos miembros del Estado Islámico (EI). Sin embargo, varios países de esa zona  rechazan su responsabilidad al retirar la nacionalidad de muchos de esos combatientes. Las  autoridades turcas afirmaron que su país no se convertirá en el hotel de los yihadistas del EI y hará todo lo posible para obligarlos a regresar a sus territorios de origen.

Respuesta reservada de Europa

Actualmente, en Turquía hay unos mil 200 presuntos miembros del EI entre detenidos, en libertad vigilada o condenados a prisión. Además, en su reciente operación militar en el noreste de Siria contra los milicianos kurdos, las fuerzas turcas capturaron a 287 yihadistas del EI, cuya mayoría procede de Oriente Próximo y el norte de África, y unos 80 de ellos tienen pasaporte europeo (fundamentalmente de Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Bélgica). Es precisamente este último grupo de recién detenidos a los que Turquía quiere sacarse de encima cuanto antes.

Frente a la determinación y la prisa con la que Ankara emprende la deportación, hasta ahora solo Francia, Holanda, Alemania e Irlanda aceptan recibir a sus ciudadanos. Antes de iniciar el proceso, Ankara criticó la lentitud y la respuesta reservada de numerosas naciones europeas al respecto.

Con anterioridad, a principios de este año, ante el llamado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la repatriación de combatientes extranjeros del EI, la ministra de Justicia francesa, Nicole Belloubet, afirmó que París no tenía una nueva política relacionada a este tema y seguiría con el regreso de cada caso en particular. Mientras, el Reino Unido rechazó de modo directo la propuesta, alegando que los miembros de la red terrorista EI debían ser juzgados donde perpetran sus crímenes. Suecia también coincidió con el criterio del Reino Unido. Entre tanto, Austria se quejó de las dificultades que enfrentaría en la repatriación. En el ámbito continental, la Unión Europea (UE) declaró que el bloque no ha adoptado ninguna decisión al respecto, y que este es un tema bajo la autoridad de los gobiernos de sus países miembros.

En este contexto, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, llamó el 12 de noviembre a un acuerdo internacional sobre el destino de los yihadistas extranjeros detenidos en Oriente Medio, y al mismo tiempo dijo que Siria e Irak no tienen por qué resolver este asunto en lugar de los países de procedencia de estos combatientes. De acuerdo con el jefe de la ONU, las partes no deben limitarse en pedir a esas naciones árabes donde surgió el EI solucionar el problema, sino que para encontrar una salida al respecto urgen la cooperación y la solidaridad internacional.

Razones preocupantes

Los países europeos siempre prestan especial atención al hecho de que los yihadistas sean deportados, y numerosos de ellos no desean recibirlos ni tampoco a sus familiares, por el temor de que puedan ser amenazas para la seguridad nacional.

Este miedo tiene fundamento cuando Europa presencia en los últimos años muchos escalofriantes atentados terroristas. Las autoridades europeas temen que al regresar a sus países de origen tales elementos puedan ser riesgos considerables para la seguridad, especialmente en el contexto de que siguen detectando documentos relativos a los planes terroristas del EI en todo el continente. Esos materiales describen al detalle las formas que el grupo terrorista continuará utilizando para manejar redes internacionales, trasladar a sus miembros a través de líneas fronterizas, saquear bancos, atropellar a la gente con coches, asesinar y realizar ataques cibernéticos. El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FBS) advirtió que a pesar de sus devastadoras pérdidas en Siria e Irak, las organizaciones terroristas como el EI y Al Qeada y los grupos armados vinculados siguen siendo una gran amenaza para Europa.  

Obviamente, mientras permanece el riesgo de ser atacados, la repatriación de los ciudadanos que se habían afiliado al EI inquieta profundamente a los países europeos. No obstante, Europa no puede tensar las relaciones con Turquía, ya que este territorio es además el lugar de amparo de más de 3,6 millones de refugiados. Los líderes turcos dejaron claro que si la UE considera como una invasión la operación militar denominada “Primavera de la Paz” que Ankara realizó en el noreste de Siria, Turquía abrirá todas sus puertas para la libre entrada de los refugiados a Europa. Esto sí representa una gran preocupación para Bruselas.

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