Elecciones anticipadas en España: otro gobierno derrocado por la crisis

Los resultados de las elecciones parlamentarias anticipadas de España efectuadas el pasado 20 de noviembre no difieren de los pronósticos de los analistas. El gobernante Partido Social Obrero Español (PSOE) sufrió un gran fiasco, dado la decepción de las masas por la gestión del gobierno y el encarecimiento de la vida por la crisis económica.

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Miles de votantes festejan el triunfo del PP en Madrid

Con el escrutinio del 100 por ciento de los votos, concluido en la madrugada de este 21 de noviembre, el candidato del opositor Partido Popular (PP) a la presidencia del Gobierno español, Mariano Rajoy, obtuvo el 44,62 por ciento de las papeletas frente al 28,73 por ciento obtenido por su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. Con este resultado, los conservadores lograron la mayoría absoluta con 186 escaños en el Congreso de 350 bancas, mientras los socialistas sólo ganaron 110 asientos. Se trata del peor descalabro en la historia del PSOE bajo la administración de José Luis Rodríguez Zapatero. Así, el mes de noviembre marca el colapso de 3 gobiernos de la eurozona en apenas 15 días, a causa de la crisis económica y la deuda soberana. Tras el retiro casi simultáneo de la arena política de los respectivos primeros ministros de Grecia e Italia, Yorgos Papandreu y Silvio Berlusconi, el presidente de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a organizar con anticipación las elecciones legislativas, en las cuales el partido gobernante sufrió su mayor pérdida en la historia por su ineficiente gestión de la economía nacional. El fracaso del PSOE se deriva de la indignación y desilusión del pueblo de la península ibérica, que reprocha la acción inoportuna del gobierno de Rodríguez, la cual afecta gravemente a la cuarta economía de Europa, además del recorte salarial y el encarecimiento de la vida por las medidas de austeridad adoptadas para enfrentar la aguda crisis de la deuda soberana. Se estima que al votar por el PP, los españoles esperan programas de  reforma del opositor partido de centro derecha de Mariano Rajoy para fomentar la economía y generar empleos. Miles de seguidores del PP festejaron en las calles de la capital Madrid el triunfo electoral de Rajoy. Sin embargo, todo queda aún en la expectativa, pues cualquier facción que asuma el poder en España en estos momentos debe hacer frente a problemas difíciles de resolver. Cabe mencionar primeramente la creciente deuda soberana, la cual representa actualmente el 65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Pese a que este nivel se mantiene más bajo que el promedio del 85 por ciento de la Unión Europea, y que Madrid no recurre todavía a la ayuda de la Euro zona, los analistas comentaron que si España no aplica políticas adecuadas, le será difícil defenderse hasta el cierre del 2012. Por otro lado, este país debió rebajar a 0,7 o 0,8 por ciento el crecimiento de su PIB en 2011, lejos de la previsión inicial de un 1,3 por ciento. Este débil crecimiento se debe principalmente al alto índice de desempleo que actualmente le ubica en el primer lugar entre los países industriales desarrollados, con el 20,89% registrado en el segundo trimestre, razón por la cual disminuye su poder adquisitivo. Incluso, algunos analistas pronosticaron un posible retorno de España a la recesión. La agencia de inversión Goldman Sachs y el Instituto de Estadísticas de Francia prevén que la economía española decrecerá en un 0,2 por ciento en el cuarto trimestre del presente año y un 0,1% en los primeros 3 meses del 2012. En vísperas de los comicios parlamentarios anticipados, el 13 de octubre, la Agencia de clasificación a nivel internacional Standard & Poor’s rebajó el raking a largo plazo de España de AA a AA- por el triste escenario económico en este país.

Tras culminar las elecciones anticipadas el 20 de noviembre, el protagonismo en el escenario político de España ahora se transferirá al PP, al igual que los lastres de la crisis económica y el endeudamiento público. El conservador Mariano Rajoy se comprometió a trabajar “por todos los españoles”, sin embargo puso acento en que “no habrá milagros” en la solución de la actual crisis económica. Los españoles que votaron por él están esperando cómo manejará Rajoy el gobierno y desplegará su política de “austeridad sin dolor”, un compromiso que le ayudó a ganar más puntos ante otros rivales durante toda la campaña electoral.  

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