Es difícil lograr un gran avance en las relaciones entre Estados Unidos y China

(VOVWORLD) - Los principales diplomáticos de Estados Unidos y China sostuvieron el 18 de marzo la primera reunión de alto nivel entre los dos países desde que el presidente estadounidense, Joe Biden, asumió el cargo en enero pasado. Aunque ambas partes han mostrado una buena voluntad, las diferencias entre ellas seguían siendo muy grandes. Por lo tanto, fue difícil lograr a través de la cita un gran avance en las relaciones entre estas dos primeras potencias mundiales. 

Es difícil lograr un gran avance en las relaciones entre Estados Unidos y China - ảnh 1Representantes de Estados Unidos y China en las negociaciones directas de alto nivel llevadas a cabo el 19 de marzo. (Foto: Reuters)
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se reunieron en el estado estadounidense de Alaska con el director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, Yang Jiechi, y el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi. Este encuentro tuvo lugar en el contexto de que continúan tensos los vínculos entre ambas naciones en muchos aspectos, desde los temas sensibles relacionados con territorios chinos como Hong Kong, Taiwán y Xinjiang, hasta los asuntos de la seguridad marítima y las políticas económicas.

¿Un diálogo estratégico o simplemente un encuentro inicial?

Debemos señalar en primer lugar la forma en que las dos partes hablan de esta cita. Si bien los funcionarios chinos describen la reunión en Alaska como “un diálogo estratégico”, los estadounidenses solo la consideran como un contacto inicial, para entender las preocupaciones, intenciones y prioridades de cada parte. Al mismo tiempo, ambos países determinaron que no harían ninguna declaración conjunta. 

Mientras, los observadores tanto de Washington como de Beijing comentaron que “es difícil que Estados Unidos y China reactiven con éxito sus relaciones”. Entre ambos países existen tantas diferencias profundas que será casi imposible llegar a un acuerdo para cambiar la actual situación, agregaron.

También se deben destacar las “líneas rojas”, es decir, los problemas sin concesiones, los cuales ambas partes mostraron antes de la reunión. Eso demuestra que era poco probable alcanzar algún resultado concreto en dicha conferencia. 

Durante una rueda de prensa en vísperas de dicha cita, el titular de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, mencionó estas “líneas rojas”, que incluyen los temas de Hong Kong, Taiwán, Xinjiang y el Mar del Este. A su vez, funcionarios estadounidenses insistieron en que se unirían a las conversaciones con una firme actitud. 

Aparte de eso, la administración de Biden está tratando de fortalecer los lazos con sus aliados en el Indo-Pacífico, para limitar la influencia de China en la región.

Un día antes de la conferencia, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció la orden de castigar a 24 funcionarios chinos en relación con una enmienda a la ley electoral en Hong Kong a principios de este mes. Washington acusó a Beijing de socavar unilateralmente el sistema electoral de esa Región Administrativa Especial. 

Claramente, esta es una señal en el plan de la nueva administración estadounidense para presionar al gigante asiático sobre sus acciones que, según Washington, violan las reglas y normas internacionales. Por su parte, Beijing sostiene que el país norteamericano está interfiriendo en sus problemas internos.

Por ende, según observadores, en esta reunión las dos partes solo podrían lograr un consenso en la cooperación en respuesta al cambio climático.

Señales menos optimistas

Los vínculos entre Estados Unidos y China están en su peor momento en años. Sus tensiones se han incrementado en los últimos tiempos, involucrando principalmente los temas de comercio, inteligencia, espionaje y pandemia del covid-19. 

En el Foro de Lanting celebrado en febrero de 2021 en Beijing, Wang Yi propuso cuatro propuestas para que las relaciones entre los dos países volvieran al camino correcto de desarrollo, entre ellas: respetar mutuamente sus intereses y dejar de interferir en los asuntos internos del otro país; fortalecer el diálogo y controlar los conflictos de desacuerdos; reiniciar la cooperación bilateral, y eliminar los obstáculos y restaurar los intercambios en diversos campos. Sin embargo, el lado estadounidense siempre ha mostrado una actitud muy dura con China. 

Desde que Biden asumió su cargo, se ha visto que Estados Unidos no ha tomado ninguna medida para aliviar las tensiones comerciales o tecnológicas entre ambas partes, sino al contrario, ha aumentado la presión a Beijing sobre los asuntos relativos a los derechos humanos en relación con Hong Kong y Xinjiang.

De hecho, durante la sesión de apertura de la conferencia, las dos potencias criticaron mutuamente las políticas de la otra, lo que evidencia claramente las profundas tensiones en sus relaciones.

Por lo tanto, el diálogo entre Estados Unidos y China, con un comienzo no tan favorable, parece ser solo el punto de partida para las futuras conversaciones bilaterales, en lugar de ofrecer una solución real a las actuales tensiones entre las dos partes.
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