(VOVWORLD) - Los enfrentamientos más feroces en casi 20 años entre Israel y Hezbolá en el Líbano están llevando a ese último país al borde de una nueva guerra a gran escala, en medio de un estancamiento de casi un año en la Franja de Gaza que ha tenido graves consecuencias para toda la región.
El enfrentamiento entre Israel y las fuerzas de Hezbolá en el Líbano se ha intensificado desde que estalló en octubre de 2023 el conflicto en la Franja de Gaza entre dicha nación hebrea y el movimiento Hamás, aliado de Hezbolá. Sin embargo, las dos partes han estado al borde de una guerra a gran escala en los últimos días después de una serie de medidas para intensificar la violencia.
Escalada integral
Las graves escaladas en el conflicto entre Israel y Hezbolá comenzaron el 17 de septiembre, cuando se produjeron una serie de explosiones de equipos de comunicación en territorio libanés, incluidos buscapersonas y comunicadores portátiles que son dispositivos utilizados por muchos civiles, así como por miembros de Hezbolá. Estas explosiones mataron a casi 40 personas e hirieron a más de 3000. Aunque Tel Aviv no hizo ningún comentario sobre estos incidentes, los observadores estimaron que se trataba de un ataque directo contra Hezbolá y los grupos del "Eje de la Resistencia" que se oponen a Israel en la región.
Después, el ejército israelí lanzó una feroz campaña de ataques aéreos en numerosos lugares del Líbano y confirmó que hasta el 26 de septiembre, sus bombardeos habían atacado más de 1600 objetivos que se cree estaban relacionados con Hezbolá en el sur del Líbano y la capital Beirut, destruyendo muchas infraestructuras militares y matando al menos a 3 comandantes de alto rango de esa fuerza. Cabe destacar que estos ataques aéreos se cobraron la vida de casi 700 civiles libaneses, el mayor saldo de víctimas mortales diarias desde la guerra civil en el Líbano hace más de tres décadas.
En respuesta, las fuerzas de Hezbolá también lanzaron cientos de cohetes, vehículos aéreos no tripulados (UAV) y misiles balísticos contra blancos en territorio israelí, incluido el primer incidente en el que sus misiles balísticos alcanzaron Tel Aviv, el 25 de septiembre.
Según los observadores, la grave y rápida escalada actual ha empujado a ambas partes a las primeras etapas de una guerra a gran escala. Khaldoun Barghouti, un experto en Israel, consideró este problema como una escalada calculada por parte de los líderes israelíes en el contexto del estancado conflicto en Gaza.
“La escalada a lo largo de la frontera con el Líbano ha llevado a muchos israelíes, incluidas las familias de los rehenes, a creer que la cuestión del acuerdo de alto el fuego con Hamás ha sido olvidada y que la atención se centra ahora en el frente norte de Israel y la transferencia de tropas de Gaza al norte”, indicó.
Mientras tanto, el experto Andreas Krieg, de la Escuela de Estudios de Seguridad (Reino Unido) evaluó que Israel quiere cambiar la situación en el Norte, alejando a las fuerzas de Hezbolá de la frontera para que pueda traer de regreso a casa a su gente en el Norte. Sin embargo, Andreas Krieg comentó que se trata de un cálculo arriesgado.
"Esta es una campaña costoso cuyo resultado, en el mejor de los casos, puede lograr las metas operativas y militares, pero es poco probable que cumpla los objetivos estratégicos, ya que Hezbolá no será expulsado del Líbano y no será destruido”, enfatizó.
Frágil oportunidad para la diplomacia
Ante el riesgo de una guerra que podría hundir a toda la región de Medio Oriente en el caos, la comunidad internacional está llevando a cabo urgentemente campañas diplomáticas para desactivar la mecha de detonación. En el 79.º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU (AGNU-79) que se celebra en Nueva York, Estados Unidos, líderes de países y organizaciones internacionales advirtieron que una guerra a gran escala entre Israel y Hezbolá tendría consecuencias inimaginables para toda la región, no sólo por el sangriento conflicto en Gaza, sin final a la vista, sino también por los riesgos de atraer muchas fuerzas, incluso otros países dentro y fuera de la zona a participar en este conflicto bélico.
De esta manera, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó: “Hacemos un llamado a todas las partes para que detengan las matanzas y la destrucción, reduzcan la retórica de intimidación y se alejen del borde de la guerra. Hay que evitar a toda costa una guerra a gran escala, porque sin duda sería un desastre total".
El movimiento diplomático más notable hasta la fecha es la propuesta presentada por Francia y Estados Unidos el 25 de septiembre, según la cual las partes necesitan implementar un alto el fuego durante 21 días para dar tiempo a las negociaciones diplomáticas. Aunque recibió un gran apoyo de muchos países, esta sugerencia no es aceptada por Israel y Hezbolá.
En una declaración publicada el 26 de septiembre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que el ejército del país continuará su campaña de ataque total contra Hezbolá, mientras que esta última fuerza aún no ha respondido a dicha propuesta.
Según el experto Andreas Krieg, la clave para desactivar la detonación en el Líbano sigue estando en poner fin al conflicto en Gaza, porque es poco probable que Hezbolá acepte una propuesta de negociación o acuerdo con Israel mientras el conflicto en Gaza continúe y el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu siga afirmando que no hará ninguna concesión en esa región.